Julio Iglesias

El mundo de la música forma en ocasiones extrañas parejas. “To All the Girls I’ve Loved Before”, por ejemplo, reunió junto al micrófono en 1984 nada menos que a Julio Iglesias y a Willie Nelson, iconos de dos mundos que poco o nada tenían que ver. Pese a ello, el dueto entre el baladista madrileño y el crooner country convirtió en estrella internacional a un artista que ya entonces era el cantante más popular en el mundo de habla hispana. De hecho, Iglesias ya había alcanzado la fama incluso antes de empezar a interpretar canciones de amor, gracias a una carrera futbolística que tuvo que abandonar prematuramente por culpa de una lesión. Su participación como representante español en la edición de 1970 del Festival de la Canción de Eurovisión brindó a un joven Iglesias la oportunidad de exhibir ante todo el continente su carisma, su portentosa voz y su habilidad para ir más allá de cualquier frontera musical. A lo largo de los 70, logró el éxito con canciones en francés, italiano y portugués, aunque el tema en el que ofrece su más sentida interpretación es sin duda “Un Canto a Galicia” (1972), grabado en la lengua natal de su padre. Tras su irrupción en el mercado norteamericano con 1100 Bel Air Place (1984), álbum en el que contó con colaboraciones como las del mencionado Nelson, Diana Ross o The Beach Boys, Iglesias consolidó su enorme éxito con las exuberantes producciones de toda una serie de trabajos que se convirtieron en la banda sonora de apasionadas historias de amor reales y ficticias. Sus incursiones fuera del pop latino y el jazz incluyen títulos como Starry Night (1990), una colección de versiones de clásicos de los 50, 60 y 70, o Divorcio (2001), prueba irrefutable de que su poder de seducción se mantiene intacto en el nuevo milenio.