Mostrando entradas con la etiqueta Nota Biográfica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nota Biográfica. Mostrar todas las entradas

miércoles, 20 de febrero de 2008

"Murió Cárdenas", de Jorge Teillier




El poeta Lorenzo Peirano llega desde Coinco
a la calle Esperanza, luego, respirando
callejones, pasa por Libertad y me envía a La
Ligua un telegrama: “Murió Cárdenas”.
Nos vimos por última vez un 18 de Septiembre
en Inés de Suárez, la ciudad estaba
embanderada en honor de nuestro encuentro.
Ahora sólo puedo esperar que nos encontremos
junto a Samuel Donoso para leer a Saint—John—
Perse y cantar: “Oh que dulce es el misterio de
la vida”. Espérame Rolando. Has dado la señal.”







1990

* Publicado en EL MOLINO Y LA HIGUERA, 1993.

* La calle Esperanza está ubicada cerca del barrio Brasil, en Quinta Normal, Santiago de Chile.

* El parque Inés de Suárez (En conmemoración a la amada española del conquistador Pedro de Valdivia) está ubicado en la comuna de Providencia, bordeado por las calles Antonio Varas y Bilbao, en Santiago de Chile.

* Samuel Donoso González, "Chamelo", fue amigo de Teillier. Nació en Lautaro en 1933 y fue también integrante de la “Cofradía de las República de Lautaro y Guacolda”, publicando los poemas "Elegía al regreso", "Elegía a la despedida", "Cuando el día" y "Exordio a la manera de León Felipe".

* Saint-John Perse (realmente llamado Alexis Saint-Legér Léger) nació el 31 de mayo de 1887 y murió el 20 de septiembre de 1975. Fue un poeta de origen francés que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1960.

© Notas de Juan Carlos Villavicencio



domingo, 3 de febrero de 2008

"Lunes en Calafell", de Jorge Teillier





Lunes en Calafell. Dónde estarán
los monos, los perros, los tenistas.
Sólo queda la hora del fin del mundo
después del tibio fin de semana.

La tibieza que conduce a la muerte,
me trae a añorar el frío austral.
Yo sé todo sobre fenicios y romanos
sólo quiero una explanada y la Calle San Pedro.

He comprado un mapamundi en Barcelona
y una guía turística en este puerto
Fillol, Cornejo, Orantes o Santana,
una vela blanca en el horizonte.

Eso sólo puede traer el domingo.
Ahora pido que el rosario de las olas
rece por mí frente a la Isla de los Muertos
donde mis antepasados enviaron sus canoas.

Adiós Calafell, rascacielos y turistas.
Cala que fue la Cala de los locos
tu silencio no tiene una palabra.
Domesticada arena, pez contaminado.

Mar Mediterráneo condenado
yo camino indiferente hasta tu olvido.
Adiós, fenicios, griegos y romanos,
adiós rascacielos y turistas.
Me voy hacia el frío Sur que no perdona
la Isla de los Muertos allí me espera.






* Publicado en EN EL MUDO CORAZÓN DEL BOSQUE, el año 1997.

* Calafell es un pueblo ubicado en la Costa Daurada, en Cataluña, a orillas del Mar Mediterráneo. Hay noticias desde 999 de Calafell y del castillo de Calafell desde el 1037, alrededor del cuál se forjó la aldea. Su fiesta mayor se celebra el 16 de julio. Acerca de su paso por esos lares, Teillier escribe: "'No es raro echar de menos Madrid, Calafell, el Escorial. Aquí me consuelo leyendo revistas deportivas (1945: Argentina Campeón de S.A. De la Matta, Mendez, Pedernera, Labruna y Loustau en la delantera). Escribo algunos poemas como quien lanza botellas al mar. ¿Seremos los últimos sobrevivientes que recojan las palabras de la tribu de Eddy, Milocz, Dylan, René Guy Cadou, Rojas Giménez (¡Vivan las arbitrarias mescolanzas!), Cendrars, los tripulantes de Stevenson. Aquí estoy con los niños de Dikens sometido a los padrastros que aman sólo la prosa. Bueno, un abrazo a ti y a los muchachos. No seas grasa y escríbeme. Y no silbes demasiado por las calles'. (Santiago del Penúltimo Extremo, 29-VI-1976 (San Pedro y San Pablo. Temperatura máxima 14 grados. Mínima; 2, 5 bajo cero a las 2.30 AM)".

* La Isla de los Muertos está ubicada a 3 kilómetros de Caleta Tortel, en la Región de Aysén, Chile. Debe su nombre a que en 1906 murieron en la zona 120 trabajadores de la Sociedad Explotadora del Baker y fueron enterrados ahí. No se sabe con certeza la causa de sus muertes, que se atribuye desde a una epidemia de escorbuto hasta a una matanza por envenenamiento por parte de los empleadores para ahorrarse el pago de sus sueldos.



© Notas de Juan Carlos Villavicencio






sábado, 2 de febrero de 2008

"A Darío, mi nieto que aún no sabe leer", de Jorge Teillier




Desde el campo junto al otoño con olor a jacarandá
            y buganvilia
Saludos te envía el Perro Toby
A quien amabas como tu tío Sebastián ama a las plantas
Saludos te envía el Gato Pedro
Que ronroneaba bajo tu mano
Te recuerdo en la limpia y clara mañana
Acompañando al jardinero
A llevar leña en la carretilla
Hijo del futuro
Vuelve a Lautaro
A la casa de madera de los antepasados
Al lado de la línea férrea
Remarás en el Cautín aún no contaminado
Son los deseos de quien no teme repetirse
Vuelve al pasado
Acuérdate “que hay que tener un hijo, escribir un libro,
            plantar un árbol”
Sé digno de tu nombre y te digo en nombre de Vallejo
“Darío de las Américas Celestes”.





* Poema publicado en HOTEL NUBE, el año 1996.

* Jorge Teillier tuvo dos hijos (Sebastián y Carolina) con Sybila Arredondo, con quien estuvo casado siete años. Sebastián (nacido el 22 de mayo de 1956 en Lautaro, Chile, el año de Para Ángeles y Gorriones) tiene estudios primarios y secundarios en Santiago, Lima, Lautaro y Bucarest (Rumania), mientras que los universitarios los realizó en Bucarest, Rumania. Biólogo, con especialidad en botánica, particularmente sistemática y taxonomía, es decir, evolución y clasificación de las plantas. Coquetea con la literatura traduciendo del rumano al castellano y viceversa. Soltero con un hijo putativo llamado Alejandro y una nieta guapísima, de nombre Danae. Carolina (nacida el 4 de noviembre de 1957) es madre de Tamia, Adrián Portugal y Darío Pedraglio, de 31, 30 y 17 años a la fecha (23 de abril, 2008).

* El gato Pedro era la mascota de Teillier. Supongo que el perro Toby tambíén.

* Lautaro es un nombre proveniente del mapudungun Leftraru, que significa "Traro veloz" ('
Traro' es un ave rapaz de gran tamaño, de la familia de los falcónidos es también llamado carancho, caracara moñudo, guarro y moñudo.) Así fue llamado el gran cacique mapuche, genial estratega de mediados del s. XVI que se opuso a la invasión española durante la Guerra de Arauco. En su honor se le da el nombre de Lautaro al poblado en el que nació Jorge Teillier. Está ubicado en la Provincia de Cautín, en la Región de la Araucanía, y fue fundado el 18 de febrero de 1881 por Manuel Recabarren.

* El río Cautín (junto al río Quillén) bordea el límite norte de Lautaro.

* "Hay que tener un hijo, escribir un libro, plantar un árbol” es un refrán popular atribuido ligeramente a José Martí. Él da cuenta de una actitud anterior como queda demostrado en el siguiente fragmento del discurso pronunciado por el cubano el 21 de marzo de 1881 en Caracas, Venezuela: "Y vi entonces, desde estos vastos valles, un espectáculo futuro en que yo quiero, o caer o tomar parte. Vi hervir las fuerzas de la tierra; y cubrirse como de humeantes desfiles de alegres barcos los bullentes ríos; y tenderse los bosques por la tierra, para dar paso a esa gran conquistadora que gime, vuela y brama; y verdear las faldas de los montes, no con el verde oscuro de la selva sino con el verde claro de la hacienda próspera; y sobre la meseta vi erguirse el pueblo; y en los puertos, como bandadas de mariposas, vi flamear, en mástiles delgados regocijadas, alegres y numerosísimas banderas; y vi, puestos al servicio de los hombres, el agua del río, la entraña de la tierra, el fuego del volcán. Los rostros no estaban macilentos, sino jubilosos; cada hombre, como cada árabe, había plantado un árbol, escrito un libro, creado un hijo; la inmensa tierra nueva, ebria de gozo de que sus hijos la hubiesen al fin adivinado, sonreía; todas las ropas eran blancas; y un suave sol de enero doraba blandamente aquel paisaje. ¡Oh! ¡qué Calvario hemos de andar aún para ver hervir así la tierra, y correr, por entre nuestras manos, como el agua del río, el fuego del volcán! Mas, como no ha de haber obra atrevida, que, a pesar de sí mismos, si oponerse a sí mismos se les antojara, no puedan realizar cumplidamente los hijos de Bolívar, sus primogénitos, sus herederos obligados, los ejecutores de su voluntad: como no ha de haber fuego potente que no encienda en sus almas nobles los ojos fulgurantes de sus damas, para luchar briosamente ante los cuales quisiera el brazo los tiempos de los antiguos caballeros, los de banda al cinto, armadura de hierro, y barba de oro, como la voluntad humana basta a entorpecer o acelerar el porvenir nunca a impedirlo; bien haya ese calvario que así ha de dar espacio a probar la fortaleza de nuestros hombres, y la energía de nuestra voluntad. Basta, para ser grande, intentar lo grande. Y yo tomo mi cruz humildemente; y la rocío con las amargas lágrimas del desconocido, y ayudaré a este pueblo en sus trabajos... (Las negritas son mías).

* César Abraham Vallejo Mendoza (Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892 - París, 15 de abril de 1938) fue un extraordinario escritor peruano, aunque destaca ostensiblemente como poeta. Sus obras más conocidas son Los heraldos negros (1918), Trilce (1922), España, aparta de mí este cáliz y Poemas humanos, siendo póstumos estos dos últimos. “Darío de las Américas Celestes” es un verso que escribió en el poema "Retablo", de Los heraldos negros. El poema dice así: "Yo digo para mí: por fin escapo al ruido; / nadie me ve que voy a la nave sagrada. / Altas sombras acuden, / y Darío que pasa con su lira enlutada. // Con paso innumerable sale la dulce Musa, / y a ella van mis ojos, cual polluelos al grano. / La acosan tules de éter y azabaches dormidos, / en tanto sueña el mirlo de la vida en su mano. // Dios mío, eres piadoso, porque diste esta nave, / donde hacen estos brujos azules sus oficios. / Darío de las Américas celestes! Tal ellos se parecen / a ti! Y de tus trenzas fabrican sus cilicios. // Como ánimas que buscan entierros de oro absurdo, / aquellos arciprestes vagos del corazón, / se internan, y aparecen… y, hablándonos de lejos, / nos lloran el suicidio monótono de Dios!//". (Las negritas son mías).


© Notas de Juan Carlos Villavicencio








* Mis agradecimientos a Carolina y Sebastián Teillier por ayudarme a confeccionar mejor esta nota.









viernes, 14 de diciembre de 2007

"Nadie ha muerto aún en esta casa", de Jorge Teillier





Nadie ha muerto aún en esta casa.
Los presagios del nogal
aún no se descifran
y los pasos que regresan
siempre son los conocidos.

Nadie ha muerto aún en esta casa.
Lo piensan las pesadas cabezas de las rosas
donde el ocioso rocío se columpia
mientras el gusano se enrosca amenazante
en las estériles garras de las viñas.

Nadie ha muerto aún en esta casa.
Ninguna mano busca una mano ausente.
El fuego aún no añora a quien cuidó encenderlo.
La noche no ha cobrado sus poderes.

Nadie ha muerto pero todos han muerto.
Rostros desconocidos se asoman a los espejos
otros conducen hacia otros pueblos nuestros coches.
Yo miro un huerto cuyos frutos recuerdo.

Sólo se oyen pasos habituales.
El fuego enseña a los niños su lenguaje
el rocío se divierte columpiándose en las rosas.
Nadie ha muerto aún en esta casa.









domingo, 18 de noviembre de 2007

"Aparece 'Black Dog' en los Consejos de Guerra", de Jorge Teillier y Juan Cristóbal

Capítulo III de la serie "La Isla del Tesoro"




Viejo tripulante de los Navíos Nocturnos, como sabrás los perros negros y salvajes han hecho de las suyas: han bombardeado todas las provincias de la costa y todos los sueños de los niños, y han poblado de sangre las calles y los anhelos del verano. La guerra parece desatarse y los corazones de los hombres ya no sueñan ni las primaveras bailan con los trigos. Me gustaría cambiarme de posada: mi corazón también sangra como mis padres en medio de las rocas, me agradaría, te lo confieso, llegar a una playa donde sobreviva como las huellas infinitas del silencio, pero no como un viejo vagabundo, pues los años pesan demasiado para dormir al aire libre viendo a las mariposas desaparecer en los aleros desgastados de la dicha, aun cuando las estrellas o los vientos nos sean favorables en el rostro. Partir ya no es una simple necesidad para tu amigo, sino el agua inconmensurable de los días. Bebe lo que puedas: por mí y por los amigos, por los gatos y el otoño. Por aquí, extrañas infamias parecidas a los lobos, surcan las galeras verdes de mis ojos, y ya no hay tiempo para nada, ni para envejecer en los molinos del Ingenio.




en LA ISLA DEL TESORO, 1982.










martes, 23 de octubre de 2007

Nota sobre el autor







Jorge Teillier nació en Lautaro, el 24 de Junio de 1935 (día de la muerte de Carlos Gardel). Estudió en los Liceos de Lautaro y Victoria, y cumplió su aspiración de niño de estudiar Pedagogía en Historia en la Universidad de Chile, pero sólo ejerció un año el magisterio. Luego ingresó a la redacción del "Boletín de la Universidad de Chile", del cuál llegó a ser Director.

Ha publicado ocho libros de poemas, desde Para ángeles y gorriones (1956) hasta Muertes y maravillas (Editorial Universitaria, 1971) y la antología Los trenes que no has de beber... (San Salvador, 1977, selección de textos e ilustraciones de Germán Arestizábal).[1]

Algunos de sus poemas han sido traducidos a varios idiomas, desde el inglés y el francés hasta el eslovaco y el sueco, pasando por el italiano y el rumano. Sin embargo, le hubiera gustado ser traducido al piapamento y el malgache.

Tiene dos hijos, Sebastián y Carolina, y una nieta, Tania Portugal, nacida y residente en Lima.

Relee más que lee, lo que le parece un signo de precoz envejecimiento. Actualmente a Nicolás Garín, Conrad, Hans Fallada, Raymond Chandler, Gaston Leroux, Gonzalo Bulnes.

Le gusta visitar los supermercados, pasear por el Metro, ver jugar dominó a los amigos. Suele apostar con muy mala suerte a la Polla Gol y es partidario de la Universidad de Chile, el Green de Temuco y el Celta de Vigo.

Ha extraviado su pasaporte y su carnet de identidad.

Suele participar en concursos poéticos y ha obtenido algunos premios, desde el Canto a la Reina de la Primavera de Victoria en 1952 hasta el Canto al Sesquicentenario de la creación de la Bandera Nacional (1967) y el 1er. Premio de los Juegos Florales de la revista "Paula" en 1976, entre 4000 participantes. Le gustaría ver aparecer un Ovni, como el que vio en su ciudad natal a mediodía del mes de enero de 1958; hacer un viaje en velero hacia Chiloé, y uno en el ferrocarril de Temuco a Carahue, la "Ciudad que Fue". [2]



Jorge Teillier, San Pascual de Las Condes, Santiago, Noviembre de 1977.




En Para un pueblo fantasma, 1978.







Notas del editor


[1] Entre los textos citados por Teillier, publicó El cielo se cae con las hojas (1958), El árbol de la memoria ( 1961), Los trenes de la noche y otros poemas (1961), Poemas del País de Nunca Jamás (1963) , Poemas secretos (1965) y Crónica del forastero (1968). Además -después-, escribió los poemarios Para un pueblo fantasma (1978), Cartas para reinas de otras primaveras (1983), El molino y la higuera (1994) y las obras publicadas póstumamente Hotel Nube (1996), La Isla del Tesoro (con Juan Cristóbal, poeta peruano, 1996) y En el mudo corazón del bosque (1997). Fueron publicados, también, La confesión de un granuja (traducción y antología con Gabriel Barra del poeta ruso Serguei Esenin, en 1973), Los dominios perdidos (antología a cargo de Erwin Díaz, en 1992), Le petit Teillier illustré (edición de Jorge Teillier y Germán Arestizabal con dibujos de Arestizábal, en 1993), La invención de Chile (con Armando Roa, en 1994), Poesía universal traducida por poetas chilenos (1996), Prosas (recopiladas por Ana Traverso, en 1999), Entrevistas, 1962-1996 (recopiladas por Daniel Fuenzalida, en 2001) y Lo soñé o fue verdad (Conjunto de poemas inéditos, primeras [o ciertas] versiones y poemas facsimilares, en 2003).

[2] Jorge Teillier murió en Viña del Mar, el 22 de abril de 1996.