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“Escribiendo una entrada del diario / o redactando un manifiesto / o firmando un mensaje / o discutiendo, / siempre citamos lo vuestro”, son versos de la canción “Todo nos parece una mierda”, del desaparecido grupo de pop electrónico Astrud, que me recuerdan la actitud frente a la vida del músico, ilustrador, productor audiovisual y diseñador Benja Villegas (Ripollet, Cataluña, España. 1982); un personaje en el que el pop arraiga en su naturaleza existencial, así como el género, se sitúa más allá de lo que transmite, mucho más allá de lo que se explica a sí mismo; más aún porque está entregado a un mundo que no es para él diálogo ni el discurso, sino una expresión de su terrenalidad. Éste es el ámbito del pop. Lo que en él se contiene es inmanente (inseparable) al sujeto y a la realidad del mundo.

En entrevista, charlamos acerca de su trabajo artístico, literario, musical y, curiosamente, sobre Selena Quintanilla. ¡Pop es todo!

Benja Villegas, músico, ilustrador, productor audiovisual y diseñador.
Benja Villegas, músico, ilustrador, productor audiovisual y diseñador.

¿Es verdad que tus padres te bautizaron con el nombre de Ben Grim, por “La Cosa” de Los 4 Fantásticos?

¡Sí! Mis padres eran bastante jóvenes cuando nací. Por aquella época mi padre aún leía mucho las historias de Marvel y decidió que Benjamin era un buen nombre.

¿Cuál es la película betacam de la videoteca de tus padres que más recuerdas?

Recuerdo unos recopilatorios que mi padre hacía y que él titulaba como “Música”. Sencillamente eran actuaciones musicales y videoclips que él grababa. De esta forma generaba unos mixtapes audiovisuales que me encantaban.

¿Cuál fue la primera canción que aprendiste a tocar en el bajo?

Sin duda “Polly”, de Nirvana.

¿Cuál es tu concepto personal de freelance?

Es una pregunta difícil porque en España se utiliza la voz inglesa freelance como recurso para desromantizar el trabajo a cuenta propia. Para mí fue la herramienta que me permitió trabajar de algo que me apasiona, sin tener formación universitaria.

¿Qué representó para ti el video viral que dio paso a ‘Ensayo sobre la generación perdida’?

Fue un momento de reivindicación personal. Estaba en plena crisis de los 30 y quería cumplir mi sueño adolescente de grabar y publicar un disco. Este artefacto audiovisual unió mi pasión por el video, la escritura y la música, y se convirtió en un viral que me ha permitido llevar mi vida a otros lugares.

¿Cuál era el cómic favorito de tu padre?

Diría que la saga de los ‘X-Men’ aunque su personaje favorito siempre fue “Thor”.

¿Pop es redención?

Pop es todo. Para mí lo popular es lo que hace accesible cualquier cosa a las clases con menos recursos, y eso lo convierte en el arma más eficaz contra el elitismo y el esnobismo.

En ‘ELPASO: A Punk Story’ (Bandaaparte, 2018), decides escribir (conjeturar) la biografía de un grupo al que nadie conoce, porque en sus canciones, sus miserias y su falta de glamour, se cimientan las bases de la increíble historia del rock n’ roll; esta banda es ficticia, pero hay muchas otras con su misma historia, que pudieron haber conquistado la Norteamérica de los 80′, ¿por qué no ocurre, por qué los autores y las bandas más auténticas y rabiosas perecen frente a la industria?

Portada del libro 'ELPASO, a Punk Story', de Benja Villegas.
Portada del libro ‘ELPASO, a Punk Story’, de Benja Villegas.

La industria musical es una de las reencarnaciones más implacables del capitalismo. Está diseñada para adaptarse, mutar y acabar engullendo todo lo que destaque por encima del resto. Su intención es asimilarlo y replicarlo para sacar beneficio económico de lo popular. En esa digestión, si la banda es auténtica, rabiosa y se revela como algo no asimilado y replicable, la industria la regurgita y la vomita en ese agujero que conocemos como underground. Es por eso que creo que las mejores bandas y propuestas están ahí debajo.

‘ELPASO’, como la construyes, era una banda chicana, mexicana y americana a la que “rastreas” viajando a Texas, con una maleta repleta de viejos flyers, fanzines, collages y un par de grabaciones de la agrupación. En el episodio ‘Pop y homicidios’ del podcast ‘Pop y muerte’, que conduces al lado de Kiko Amat, se habla del asesinato de Selena Quintanilla; su tratamiento en dicha emisión me voló la cabeza, ya que nunca había oído hablar al Kiko de La Reina del Tex-Mex, ¿fue en esta ciudad donde conociste la música de Selena?

El viaje para documentarme y entender lo que había pasado con el punk en El Paso en los 80 me llevó a viajar por todo Texas y a conocer las vicisitudes de la cultura y realidades chicanas. Sentí cierta conexión con la historia de mis abuelos emigrantes y una de las cosas que más se repitió en las entrevistas que hice fue el nombre de Selena Quintanilla. Fue entonces cuando empecé a investigar su música y su historia, y ahora soy un fan más.

¿Sabías que Selena versionó ‘Back on the Chain Gang’ de ‘The Pretenders’, con ‘Fotos y Recuerdos’? (también covereada por Morrissey en ‘Low in High School’ (2017)

No tenía ni idea pero va a mi playlist de favoritas ahora mismo.

¿Qué opinión te merece el tema “God’s Child (Baila conmigo)” de Selena y David Byrne?

Me parece una canción maravillosa y adelantada a su tiempo. Selena en general me parece una artista adelantada a su tiempo, que vivió un trágico final que la ha convertido en mito.

¿Cómo era el underground texano en aquél momento?

Estados Unidos vivía un auténtico terremoto underground que afectó a todo el país. No había ciudad norteamericana que no tuviera una mini escena punk en los 80′. Por eso se conectó el país y bandas como Black Flag podían ir de costa a costa tocando cada noche en una ciudad diferente. Lo que yo he percibido del underground texano era tan peculiar, variado y loco como lo es Texas. Sin lugar a dudas mis grupos preferidos de esas época son texanos.

¿Cómo se te ocurrió el personaje de Daniel Álvarez, tu álter ego, encargado del diseño gráfico de todo el material que generó ‘ELPASO’?

Tenía muy claro que el líder de la banda, Ricardo, necesitaba un álter ego que lo dinamizara para bien y para mal. Además el “amigo diseñador” era imprescindible en aquellas bandas, pienso en Winston Smith o Raymond Pettibon… Además, crearlo me dio la excusa para diseñar todo ese material ficticio.

¿Qué hay entre la desmitificación y la idolatría?

En mi caso, una novela. Escribirla me ha descubierto nuevos ídolos y me ha permitido desmitificar el grunge y todo lo que pasó en Seattle a principios de los 90′. Sigo siendo un gran fan de Nirvana pero ahora prefiero a los Melvins y grupos paseños como los Teenage Popeye y los Rhythm Pig.

¿Cómo transformas la desazón en sonrisa, en tu libro de relatos ‘Huele a espíritu adolescente’ (Bandaaparte, 2013)?

En este caso fue dándole la vuelta a mis héroes de infancia y adolescencia. Quizá ese libro contenga el germen de la desmitificación que supura la novela de ‘ELPASO’. En esa primera obra traté de igualarme a mis héroes pero en vez de elevarme, quise que ellos bajaran al barro en el que yo me encontraba.

¿Alguna vez has robado un libro?

Ayudé a robar una biografía de Nirvana que luego fotocopie para leerla. No me siento orgulloso de ello, pero lo recuerdo con cariño.

¿Qué te llevó a hacer un remake del ‘In Utero’, de Nirvana, con ‘En el útero’ (Nautilus Recordings, 2013)? (¡una joya!)?

Era el segundo disco que hacía con mi grupo Anicet y quise trasladar la experiencia del remake cinematográfico o literario a la música. De la misma forma que Agustín Fernández-Mallo había reescrito ‘El Hacedor (de Borges) remake’ (2011), yo quise recomponer y reescribir una a una las canciones del ‘In Utero’ (1993) de Nirvana. Comercialmente fue un suicidio, pero artísticamente es una de las obras que más me enorgullece haber producido.

¿Qué autores y bandas mexicanas te interesan?

Cuando conocí a mi mujer, me regaló el libro de poesía ‘Hasta Nuevo Aviso’ (Mantis, 2006) de Daniel Chávez que me encantó, a pesar de no ser un gran fan de la poesía. Me han gustado mucho Furia (Almadía, 2021) de Clyo Mendoza y Las Lágrimas del Cerdo Trufero (Bunker Books, 2020) de Fernando A. Flores. Musicalmente, Molotov son un referente, pero también escucho mucho a Clubz de Monterrey y a la grandísima Julieta Venegas.

¿Qué es para ti la anarquía?

Durante mucho tiempo fue la única manera de entender la política y mi relación con ésta.

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