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Por su trabajo ambiental, la paisa Marcela Fernández es una de las mujeres más influyentes del mundo, según la BBC

Cada año la cadena de noticias publica un listado con las mujeres que se destacan a nivel global por su trabajo a favor de la naturaleza y de los más vulnerables.

  • Desde hace cinco años Marcela Fernández lidera la organización Cumbres Blancas. Foto: Cortesía Stanislas.
    Desde hace cinco años Marcela Fernández lidera la organización Cumbres Blancas. Foto: Cortesía Stanislas.
21 de noviembre de 2023
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Hace cinco años la lectura de una entrevista le cambió la vida a Marcela Fernández, la única colombiana en ser incluida en el listado de las cien mujeres más influyentes de 2023, una selección hecha por la BBC. La leyó en Vivir en El Poblado y en ella un científico prendió las alarmas sobre el estado de los glaciares en Colombia: si las cosas siguen como van, los picos blancos de las montañas desaparecerán para siempre en menos de 25 años. Desde entonces orientó sus energías al cuidado de los glaciares, de los frailejones y de los páramos. Para ello fundó la organización ambiental Cumbres Blancas. EL COLOMBIANO habló con Marcela sobre este reconocimiento y sobre la urgencia de cuidar la naturaleza.

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¿Cuál fue su reacción al recibir este reconocimiento de la BBC?

“Realmente es una noticia muy conmovedora. Todavía estoy asimilándolo. En este momento me encuentro con mi familia, con mis amigos. De hecho, estamos sembrando un jardín en mi casa. Estamos devolviéndole a la tierra lo que estamos recibiendo. Para mí es muy importante que los aplausos y el reconocimiento realmente se los lleven los páramos colombianos, los glaciares tropicales. Este reconocimiento es el resultado del trabajo en equipo de Cumbres Blancas, compuesto por voluntarios que, también como yo, han puesto su tiempo y su talento al servicio de los ecosistemas más frágiles. Y es un motivo de sentir que a veces es más difícil ser uno profeta en su propia tierra”.

Cuando usted menciona que es más fácil ser profeta por fuera que en la propia tierra, ¿eso significa que su trabajo no ha sido apoyado en el país?

“Yo creo que nosotros nos hemos ganado la reputación y la credibilidad en estos cinco años. Sacamos un libro donde entrevistamos más de 55 expertos. Un libro fotográfico que convierte a los lectores en caminantes. Hemos hecho exposiciones, expediciones. Hoy como Cumbres Blancas no tenemos un estatus como organización de ciencia ciudadana. No nos hemos sentado realmente a conversar con el gobierno. Para nosotros entrar a hacer nuestro trabajo en los parques nacionales sigue siendo difícil. En otros países donde también está la organización a veces no lo es tan difícil. A veces es difícil conseguir recursos para restaurar los páramos colombianos construyendo nuestros viveros de frailejones. De pronto se necesita un empujón internacional para entenderlo”.

¿Cuál es el objetivo de Cumbres Blancas?

“Cumbres Blancas es una organización que nace hace cinco años. Yo no sabía que era un glaciar. No sabía que era un glaciólogo. Y en una entrevista que leí En vivir en El Poblado entendí que a los glaciares les quedaban en ese momento 30 años de vida. Teníamos 37 kilómetros cuadrados de nieve y hoy solo 32. Y al finalizar el año seguramente el reporte del IDEAM nos dirá que tenemos menos nieve. Repito: tenemos 32 kilómetros cuadrados de nieve en cuatro volcanes y dos sierras.

El alimento del glaciar es la nieve. Y nos hemos preguntado qué podemos hacer para que pueda nevar más en Colombia o para que la temperatura no esté tan caliente. Y esa respuesta no solamente está en los hábitos, en las leyes, en las tomas de decisiones, sino también en la restauración de los ecosistemas. Entonces, si el frailejón y el páramo son una fábrica de neblina, de niebla, ¿qué tal si creemos que se pueda hacer la utopía de hacer nevar en Colombia gracias a la siembra de frailejones en viveros que puedan propagar su semilla?

Además, son más de 90 especies de frailejones los que tenemos en el país, de las cuales 72 son endémicas, de las cuales más de 50 están en algún tipo de peligro y 15 en estado crítico. Es decir, también nuestros frailejones, aunque creemos que van a durar para siempre, pueden estar en riesgo de extinción si seguimos como vamos, porque los incendios acelerados están afectando nuestros páramos. Hay tractores en nuestros páramos, hay monocultivo en nuestros páramos, hay ganado y ganadería extensiva en nuestros páramos. Y esa es nuestra agua, ese es nuestro oro”.

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Ahora usted también mencionó algo muy interesante y es un vivero de frailejones. ¿Cuántos se han hecho alrededor del país? ¿Cómo funciona eso?

“En este momento los viveros ya existen. Hay viveros del ejército, hay viveros de campesinos, pero nosotros con Cumbres Blancas, con nuestro método de propagación, estamos empezando a tener los tres primeros viveros de frailejones en alianza con entidades privadas. De hecho, uno de esos primeros viveros va a ser en el Páramo de Belmira. Hay un proyecto del cual somos muy cercanos que se llama Save the Frailejones. El líder de esta organización creó un método para que las semillas de los frailejones crezcan más rápido”.

¿Dónde están los otros dos viveros?

“El otro en Sumapaz, con la Casita Feliz. Y el otro por la zona de Aquitania. Y estamos en constante búsqueda de predios de Páramo para montar nuestros viveros”.

¿Cómo financia estos proyectos?

“Realmente ahorita con empresas privadas, pero queremos que este reconocimiento atraiga recursos internacionales. También tenemos un proyecto que nosotros empezamos que se llama Adopta un Frailejón. Y los inicios de este proyecto era que cualquier colombiano podía adoptar un frailejón. Y todavía lo pueden hacer. Las personas pueden ir a nuestra página, a nuestro Instagram, y adoptar por 30 mil pesos un frailejón. Recibes un certificado, le puedes poner un nombre y puedes ir a sembrarlo con nosotros. Y nosotros te mandamos la foto de tu frailejón y la georreferencia de tu frailejón. Entonces hay diferentes caminos”.

Si no se hace algo, ¿hasta cuándo tendremos glaciales y demás?

“A los glaciares colombianos se dice que les pueden quedar 25 años de vida, pero el 16 de septiembre pasó algo alarmante y es que la masa glacial Conejera del Santa Isabel, desapareció cinco años antes de lo que se pensaba. Es decir, este año en Colombia un glacial dejó de ser glacial y los colombianos no nos enteramos de estas cosas. Estamos a puertas de perder lo más sagrado que existe, nuestras cumbres blancas. Y perder una cumbre blanca no es solamente perder el blanco, del punto más alto de una montaña, sino también que nosotros como generación nos estamos quedando cruzados”.

Este reconocimiento le abre la posibilidad de enviar un mensaje a la ciudadanía...

“Sí. Hay que conocer más lo nuestro, hay que caminar más los páramos, pero no con turismo irresponsable, sino con conciencia. Y hay que creer sobre todo en la capacidad humana, en la innovación, en la creatividad. A lo mejor esto sí es algo irreversible, pero no por eso vamos a quedarnos de brazos cruzados. No podemos permitir que el derretimiento de los glaciares sea en vano y es hora de aprender las lecciones y que de ellos nos sirvan como maestros para despertar”.

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