La noche caribeña se transformó en un carnaval de alegría y esperanza cuando la Selección Colombia se clasificó para la final de la Copa América, y las gobernaciones de Bolívar, Atlantico y Sucre son las primeras en prometer día cívico si este equipo brillante y luchador alza la copa.
Las calles de Barranquilla, la ciudad donde la Selección encontró su casa, se llenaron de gritos, lágrimas y abrazos, en una celebración que parecía no tener fin. ¡Un carnaval en julio!
Las pantallas gigantes instaladas en lugares emblemáticos, como el estadio Elías Chegwin, se convirtieron en epicentros de júbilo y fraternidad, donde los aficionados, sin importar las diferencias, se unieron en un solo corazón tricolor.
En cada rincón del Caribe colombiano, desde las costas de Riohacha hasta las playas de Cartagena, pasando por las calles coloniales de Santa Marta y las plazas de Montería y Sincelejo, las caravanas de motocicletas pintaron de amarillo, azul y rojo los atardeceres.
Era un mar de banderas ondeando al ritmo de los cláxones, una sinfonía de esperanza que resonaba con la promesa de un posible triunfo.
La euforia no solo embargó a los ciudadanos de a pie. Tres gobernadores, contagiados por el fervor popular, prometieron un regalo especial si la Selección Colombia lograba coronarse campeona.
Yamil Arana, Gobernador de Bolívar, fue el primero en declararlo públicamente: "Si Colombia es campeona, el lunes será día cívico en todo el departamento". Sus palabras fueron recibidas con aplausos y vítores, y no pasó mucho tiempo antes de que Erasmo Zuleta, gobernador de Córdoba, respondiera con entusiasmo: "¡Estamos listos! Mañana te paso el decreto, ya lo tenemos listo porque el domingo ganamos. Vamos con toda”.
Se sumó Lucy García, Gobernadora de Sucre, quien no se quedó atrás. Con una convicción que solo puede nacer del orgullo regional, afirmó: "¡Va pa’ esa, Gober! En Sucre estamos seguros que nuestra Selección ganará la Copa América. Vamos con toda la energía y el orgullo por la victoria".
La noticia de esta promesa corrió como pólvora por las redes sociales y los medios locales.
La región Caribe se prepara no solo para el partido del próximo domingo, sino también para una posible celebración sin precedentes con la declaratoria de día cívico si el onceno patrio consigue su segunda Copa América. Los planes de seguridad se ajustaron para garantizar que la fiesta futbolera transcurra sin incidentes, y se evalua la instalación de más pantallas gigantes en puntos estratégicos de cada ciudad.
El aire se llena de una expectativa electrizante, como si el destino mismo esté dispuesto a recompensar la fe y la pasión de un pueblo que siempre ha llevado el fútbol en el alma.
Las horas previas al partido se viven con una mezcla de nerviosismo y esperanza, mientras cada rincón del Caribe se prepara para un evento que promete ser histórico.
Más allá de los decretos y las promesas, lo que realmente se respiraba es unidad que solo el deporte puede lograr. Una unidad que nos recuerda que, en el calor de la competencia y el fervor de la victoria, siempre hay un lugar para la celebración y la esperanza en el corazón del Caribe colombiano.
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