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Oración a San Pedro para pedir a Dios el don del arrepentimiento y gozar una vida plena

El 29 de junio, la comunidad católica mundial conmemoró la Solemnidad de San Pedro y San Pablo.

Foto:iStock

San Pedro, venerado por su liderazgo en la Iglesia, es invocado en oraciones para pedir el don del arrepentimiento y una vida plena, siguiendo el ejemplo de su profunda fe y dedicación a Dios.

María Camila Salas Valencia
El 29 de junio, la comunidad católica mundial conmemoró la Solemnidad de San Pedro y San Pablo. Estos dos apóstoles son venerados como pilares fundamentales de la Iglesia, debido a su incansable labor de difusión del mensaje cristiano en los primeros años de su existencia.

Celebración conjunta de San Pedro y San Pablo

De acuerdo con ACI Prensa, pese a su gran importancia, muchos fieles desconocen la razón por la cual la liturgia celebra a ambos apóstoles en la misma fecha. Existen varias explicaciones que arrojan luz sobre esta significativa conmemoración para los católicos.

1. Tradición ancestral

La Solemnidad de San Pedro y San Pablo ha sido celebrada el 29 de junio desde tiempos antiguos, según la Enciclopedia Católica (1913). Esta fecha podría estar relacionada con el fallecimiento de ambos apóstoles o con el traslado de las reliquias de San Pablo a Roma, de acuerdo al Martirologio Jeronimiano, el registro más antiguo de mártires cristianos de la Iglesia latina del siglo V. 
La opinión prevalente sugiere que Pablo murió el mismo año y día que Pedro; sin embargo, algunos Padres de la Iglesia afirman que fue el mismo día pero en años diferentes. San Dionisio de Corinto, uno de los testigos más antiguos, utiliza la expresión griega "kata ton auton kairon", que puede interpretarse como "al mismo tiempo" o "aproximadamente al mismo tiempo", según detalla la Enciclopedia Católica.

2. Fundadores y protectores de la Iglesia de Roma

En una homilía pronunciada el 29 de junio de 2012, durante la celebración de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa Benedicto XVI describió a estos apóstoles como "patronos principales de la Iglesia de Roma". Enfatizó que "la tradición cristiana siempre ha considerado inseparables a San Pedro y a San Pablo: juntos, en efecto, representan todo el Evangelio de Cristo".

3. Columnas del edificio espiritual

San Pedro y San Pablo son descritos como "columnas del edificio espiritual que es la Iglesia". Por ejemplo, San Pablo, anticipando su muerte, escribió a Timoteo: 'He luchado el noble combate' (2 Tm 4,7). Este combate no se refiere a una batalla militar, sino a la difusión de la Palabra de Dios con fidelidad a Cristo y a su Iglesia. 
Por su dedicación, el Señor le otorgó la corona de la gloria y lo colocó, junto a Pedro, como una columna del edificio espiritual de la Iglesia, según Benedicto XVI en la misma homilía.

4. Día de unidad eclesial

Nombrar a estos mártires como "pilares" de la Iglesia no es casual. Ellos sostienen el "peso" de la comunidad cristiana que peregrina en el mundo, similar a las columnas de un edificio. Sin su presencia, la estructura espiritual se derrumbaría. Con ellos, siempre hay estabilidad. San Agustín lo explicó en uno de sus sermones: "El día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo… Es que ambos eran en realidad una sola cosa aunque fueran martirizados en días diversos".

En muchos lugares del mundo se conmemora esta fecha especial para los católicos.

Foto:Tomado de Es La Croix

Oración a San Pedro

Príncipe de los Apóstoles y de la Iglesia Católica: por aquella obediencia con que a la primera voz dejaste cuanto tenías en el mundo para seguir a Cristo; por aquella fe con que creíste y confesaste por Hijo de Dios a tu Maestro; por aquella humildad con que, viéndole a tus pies, rehusaste que te los lavase; por aquellas lágrimas con que amargamente lloraste tus negaciones; por aquella vigilancia con que cuidaste como pastor universal del rebaño que se te había encomendado; finalmente, por aquella imponderable fortaleza con que diste por tu
Redentor la vida crucificado, te suplico, Apóstol glorioso, por tu actual sucesor el Vicario de Cristo.
Alcánzame que imite del Señor esas virtudes tuyas con la victoria de todas mis pasiones; y concédeme especialmente el don del arrepentimiento para que, purificado de toda culpa, goce de tu amable compañía en la gloria.
Amen.
MARÍA CAMILA SALAS V
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO

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