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Entrevista

Bogotá

¿Por qué se consumirá más agua del río Bogotá y no de los embalses de Chingaza? Acueducto explica

La gerente de la Empresa de Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño, visita el embalse de Chuza.

La gerente de la Empresa de Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño, visita el embalse de Chuza.

Foto:MAURICIO MORENO

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La idea de la Empresa de Acueducto de Bogotá es invertir los volúmenes que venía tratando y suministrando de las principales plantas de tratamiento. No se descarta insistir en nuevo embalse en el páramo de Chingaza. Hay reducción de lluvias.

Guillermo ReinosoEditor de Bogotá
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) está cumpliendo 136 años de existencia y tal vez no había enfrentado tantos desafíos como los que ahora plantean el cambio climático y el racionamiento de casi tres meses por los bajos niveles de los embalses que abastecen a Bogotá y a 12 municipios de la Sabana.

Conforme a los criterios de

A toda esta coyuntura pareciera sumarse una reducción de las lluvias en la última semana, lo que llevó a que los niveles de los reservorios, en especial del sistema Chingaza, se quedaran sobre el 42 por ciento. Solo hasta ayer mejoró un poco y el Acueducto confía en que sea una situación coyuntural.
En entrevista con EL TIEMPO, Natasha Avendaño, gerente de la EAAB y quien está completando 6 meses al frente de la principal empresa del Distrito, respondió sobre la nueva situación del clima, de la necesidad de tener fuentes de agua, de qué va a pasar con el proyecto de la Ptar Canoas que completa 2 años estancado.
“Si seguimos con presiones climatológicas en el sistema Chingaza, tendríamos 70 por ciento de posibilidad de Tibitoc (río Bogotá) y el restante de Wiesner (la planta que trata el agua de Chingaza)”, señaló Avendaño.
El consumo de agua y el nivel de los embalses

El consumo de agua y el nivel de los embalses de Chingaza

Foto:Alcaldía de Bogotá

El Acueducto de Bogotá está cumpliendo 136 años, en los que ha tenido desafíos, pero ahora hay retos mayores con el cambio climático y el racionamiento por los bajos niveles de los embalses, ¿cómo enfrentarlos?

Uno no puede tomar decisiones apresuradas para solucionar situaciones de largo plazo. Hemos venido actuando frente a la coyuntura del desabastecimiento que se presentó por una serie de factores que confluyeron en el primer trimestre, como extrema sequía, altísimas temperaturas y unas afluencias desde el último trimestre del año pasado mucho menores a las esperadas en el sistema Chingaza. 

Uno no construye un embalse en 2 o 3 años, hay que estructurar bien, con base en la información que hay, en el apoyo que hemos recibido de los multilaterales, como el Banco Mundial y el BID, para poder definir cuáles son esas alternativas

Lo que hicimos fue reaccionar de la manera en la que están en los planes de emergencia: empezar a hacer los cambios operativos para traer más agua del río Bogotá y campañas de ahorro, todo eso que los bogotanos han vivido en estos primeros seis meses de crisis. 
Tenemos unos estudios, una información en la que ha venido avanzando la empresa en los últimos años, esa es la base de la información con la que vamos a tomar decisiones. Uno no construye un embalse en 2 o 3 años, hay que estructurar bien, con base en la información que hay, en el apoyo que hemos recibido de los multilaterales, como el Banco Mundial y el BID, para poder definir cuáles son esas alternativas, porque no es una sola, que nos van a permitir la tranquilidad de que más allá del 2040 los bogotanos y la ciudad región cuenten con fuentes de abastecimiento.
Gerente del Acueducto, Natasha Avendaño y alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán.

Entrevista con la gerente de la Empresa de Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño.

Foto:

Reproducir Video

¿Hay preocupación porque no ha llovido en los últimos días en el embalse de Chuza, el más importante que tiene Bogotá?

La coyuntura que se viene presentando desde el año pasado, que se materializó con un fenómeno de El Niño más seco, más fuerte y más extremo y que demostró que sí puede afectar al sistema Chingaza, nos puso en la situación en la que estamos ahora y a pensar en que tenemos esa vulnerabilidad, pero también hemos demostrado que podemos abastecer la ciudad con el sistema Norte, no en su totalidad.
Estamos abasteciendo la ciudad con el 50 por ciento del agua proveniente de Tibitoc, la planta de tratamiento de agua del río Bogotá. Antes era 24 o 26 por ciento. A partir del 1 de julio entramos con un metro cúbico adicional, es decir, vamos y seguimos bajándole la presión al sistema Chingaza. Lo ideal, por la calidad del agua, por las condiciones de tratamiento, es mucho mejor contar con el agua de Chingaza, sin embargo, no podemos dejar desabastecida a la ciudad.

Pero ha llovido poco en los últimos días...

Estamos haciendo un permanente monitoreo de las lluvias, que en las primeras tres semanas de junio nos permitieron un nivel que superaba estas curvas guías de crecimiento, pero los últimos días han estado bastante secos arriba. No importa que diluvie en Bogotá, si arriba no cae una gota de agua. En Chingaza ha llovido muy poco, casi que cerca de cero afluencias, pero esperamos que sea una situación coyuntural. Todavía no estamos para preocuparnos, para decir que toca volver al esquema anterior. Confiamos en que históricamente las lluvias son intensas en julio y agosto y que así va a ser este año.
Tibitoc, ubicada en el municipio de Tocancipá, es vital para la potabilización y el suministro de agua al 25 por ciento de la capital.

En la planta de Tibitoc, ubicada en el municipio de Tocancipá, se trata el agua que se capta del río Bogotá. 

Foto:Acueducto de Bogotá

¿Tibitoc es una solución parcial, temporal o se puede mantener?

No es ni parcial ni temporal. Por eso estamos optimizando la planta para llegar a tener en su tope máximo de 12 metros cúbicos por segundo y un caudal promedio de 10,5 metros cúbicos por segundo.
Hay varias cosas que hay que hacer y que estamos haciendo. Por un lado, estamos haciendo los estudios para solicitar el aumento definitivo del caudal concesionado por parte de la CAR. Ya hicimos solicitudes de aumentos temporales, que son los que estamos utilizando, para poder llegar a 8,3 metros cúbicos por segundo, pero la idea es que cuando esté optimizada la planta, a finales de este año o principios del próximo, podamos tener ese caudal de 10,5 metros cúbicos siempre, que es un poco invertir los porcentajes de participación; si seguimos con presiones climatológicas en el sistema Chingaza, tendríamos 70 por ciento de posibilidad y el restante de Wiesner (la planta que trata el agua de Chingaza).

¿Chingaza II se descartó? Esta opción tiene factores en contra como el debate ambiental, las proyecciones de menor caudal y el costo...

El costo es el menor de los problemas, porque cualquier proyecto de embalse o de capacidad mayor de abastecimiento requiere un costo y unas inversiones que son reconocidas en los esquemas tarifarios. Tenemos que garantizar el abastecimiento, esa es la realidad. Esta era una conversación importante que se vuelve urgente: ¿cómo vamos a garantizar el abastecimiento de la ciudad más allá del año 2040?

Chuza es un embalse o un sistema de regulación anual, es decir, se llena y se desocupa en el mismo año, mientras que al tener La Playa se puede convertir el sistema en un embalse de regulación multianual.

Voy a empezar por cambiar el nombre de Chingaza dos. Eso es algo a lo que nos acostumbramos y no es así. Se llama la construcción del embalse La playa. Desde de los años 60, cuando se concibió el sistema Chingaza, constaba de los embalses de La playa y de Chuza. El embalse La playa tiene 134 millones de metros cúbicos de almacenamiento, pero en su momento se tomó la decisión de hacer primero el de Chuza, porque era más grande, con 220 millones de metros cúbicos.
Chuza es un embalse o un sistema de regulación anual, es decir, se llena y se desocupa en el mismo año, mientras que al tener La Playa se puede convertir el sistema en un embalse de regulación multianual. Esa es una discusión técnica, con un componente de diseño y de ingeniería muy importante. Claro, tiene unos componentes ambientales importantísimos, pero la discusión tiene que darse sobre la posibilidad real o no de hacerlo, y salirnos un poco de la ideología. Hay que ver si eso que está concebido desde el principio es una alternativa a la que le puede apostar ciudad.
El embalse de Chuza continúa siendo crítico; habrá modificaciones en el turno 3 de racionamiento .Natasha Avendaño, gerente del Acueducto de Bogotá, estuvo en la zona para verificar el comportamiento y las condiciones de la laguna.

Durante dos días, la gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), Natasha Avendaño, hizo un recorrido técnico por el embalse de Chuza, ubicado en Chingaza, para revisar en terreno el comportamiento y las condiciones de la principal estructura de almacenamiento de agua y cuyas imágenes reflejan los efectos de la sequía. Foto MAURICIO MORENO CEET EL TIEMPO

El embalse de Chuza es la principal fuente de Bogotá.

Foto:Mauricio Moreno

¿Para usted hay posibilidad real de hacerlo?

La única manera de saber si hay una posibilidad real es hacer la consulta ante la autoridad correspondiente. Esa es una decisión que tendremos que tomar de si se hace la solicitud de la licencia para la construcción del embalse La Playa ante la Agencia Nacional de Licencias Ambientales o no. Desde el punto de vista de diseño y técnico así se concibió desde los años 60.

Otra opción es que el Acueducto tiene que trabajar más en la reducción de pérdidas, ¿qué se hace en esa línea?

El control de pérdidas es uno de los retos más importantes que tiene la empresa y va de la mano de la modernización de las redes, de tener las redes más medidas y, de esa manera, detectar más fácilmente los daños y las fugas. Está asociado también a un tema de comportamiento de mucha gente que lastimosamente usa la red ilegalmente para abastecerse.
Desde en diciembre del año pasado se creó una gerencia de gestión de pérdidas que ha tenido resultados muy importantes, pero en los últimos años la empresa ha recuperado más o menos 900’000.000 de metros cúbicos de agua que se perdían y que ahora se facturan, es decir, dejó de ser agua no contabilizada. En Bogotá es una ciudad muy grande, tenemos más de 10.000 kilómetros de redes y unos 2,4 millones de usuarios, y súmele los municipios.

¿Qué hacer con municipios como Soacha, donde las pérdidas son considerables?

Soacha es un municipio con unas condiciones de pérdidas muy superiores a las del promedio de Bogotá. En el área de prestación, las pérdidas están cerca del 50 por ciento y es muy difícil la gestión, por las condiciones sociales, sobre todo de los barrios de las partes más altas, donde tenemos más conexiones ilegales. Hemos contado y esperamos seguir contando con el apoyo de los alcaldes y también les hemos insistido a las empresas a las que les vendemos agua en bloque que la gestión de pérdidas les ayuda a ellas y ayuda a cuidar el recurso hídrico del que nos abastecemos.
La red de intersectores y la estación elevadora de Canoas (foto), que está en construcción, son pasos previos para conducir las aguas residuales a la Ptar Canoas.

La red de intersectores y la estación elevadora de Canoas (foto), que está en construcción, son pasos previos para conducir las aguas residuales a la Ptar Canoas.

Foto:Sergio Acero Yate / El Tiempo

¿Qué podemos esperar con el proyecto de la PTAR Canoas?, ¿qué espera que suceda en el Tribunal Administrativo de Cundinamarca?

Estoy convencida de que ese proyecto será realidad. Vamos avanzando por buen camino. El hecho de que la magistrada (Nelly Villamizar) haya dado la señal de permitir que avanzáramos en la etapa de precalificación hace 3 meses y que ya tenemos cuatro empresas en ese proceso de cumplimiento de requisitos, ha sido muy positivo y eso quiere decir que el proyecto sí va. Tengo la confianza de que con las otras alternativas que le hemos mostrado para lograr una descontaminación o una reducción de la contaminación que se le aporta al río, mientras llegamos finalizar y operar la PTAR Canoas, ella va a poder tomar la mejor decisión.
Espero en el corto plazo tener buenas noticias en ese sentido, porque una vez tengamos una modificación o el levantamiento de la medida cautelar, podemos avanzar a la siguiente fase, que es la de solicitud de ofertas, y poder ver la ruta clara de cuándo podríamos recibir ofertas, cuándo podríamos estar adjudicando y cuándo podríamos estar poniendo la primera piedra de la PTAR.
No es un proyecto de Bogotá solamente, es un proyecto de país. Lo está construyendo el Distrito con la Corporación Autónoma y la Gobernación de Cundinamarca, y está en cabeza la Empresa de Acueducto Alcantarillado Bogotá, pero el impacto de la PTAR Canoas es de país.
rio bogotá, embarcaciones, tansporte fluvial

Imagen del río Bogotá 

Foto:Néstor Gómez / EL TIEMPO

La PTAR es la que va a permitir descontaminar todas las aguas residuales que produce Bogotá, porque ya la de Salitre trata el 30 por ciento, ¿cuántos municipios se ven afectados por no tener la planta?

Más de 80 municipios, más de 20 departamentos se van a beneficiar con la entrada de la PTAR Canoas, por eso digo que es un proyecto de país y es tal vez el proyecto ambiental más importante del país.
También va a permitir una baja de las cargas que caen al río Bogotá, por más o menos unos 50 kilómetros, la estación elevadora de Canoas, que está en su última fase de construcción. Esperamos empezar a finales del año la etapa de pruebas y que el próximo año estar operando la estación elevadora, para seguir garantizando el agua que se necesita para la generación de energía en el embalse del Muña; eso nos activa todos los interceptores y colectores que la empresa ha construido por más de 15 años.

¿La estación hace una especie de pretratamiento?

Sí, porque hay un cribado, es decir, se retiran los sólidos gruesos de más de 6 centímetros y al hacer el ejercicio de la elevación con el pozo de bombeo, hay un poco de oxigenación de las aguas residuales. Eso va a servir, pero lo más importante es la activación de los interceptores y colectores que están construidos, que están listos para ser usados y que hacen parte del sistema Canoas, pero aún no se utilizan.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ
Editor de Bogotá
En X: @guirei24

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