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Las heridas abiertas de Tasajera

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LAS HERIDAS ABIERTAS DE

TASAJERA


¿Qué pasó el
6 de julio de 2020?

historias

Más allá de
la explosión


Por Diana Ravelo Méndez

Enviada especial de EL TIEMPO

‘Algo muy grave va a
suceder en este pueblo’

No se sabía cuándo ni de qué manera, pero como si se hubiese tratado de un presagio inevitable, de esos que aparecen en los cuentos de Gabriel García Márquez, el 6 de julio del 2020, el cúmulo de desesperación, impotencia, hambre, pobreza y falta de oportunidades que ha aquejado a Tasajera explotó y desencadenó lo que para muchos de sus habitantes era una tragedia anunciada.

Ese día, este corregimiento —ubicado en el municipio de Puebloviejo, Magdalena— salió del anonimato y se convirtió en noticia: un camión cisterna que transportaba 5.950 galones de gasolina se volcó y estalló en plena troncal del Caribe mientras un tumulto de hombres intentaba vaciarlo con pimpinas en mano.

La escena fue escalofriante: hombres desnudos corriendo y dando alaridos de dolor mientras la piel les descolgaba como pellejo; un pellejo que se pintaba entre tonos oscuros y blanquecinos. Otros hombres, abrazados por el fuego y revolcándose en el suelo o en el lodo intentando calmar las llamas. También se veían algunos cadáveres en el piso, reducidos a cenizas.

Al recorrer Tasajera, un año después del suceso, la angustia se siente como el primer día, las problemáticas de la comunidad siguen vigentes y quienes sobrevivieron aún luchan por salir adelante en medio de la necesidad y de las consecuencias físicas y mentales que les dejó esa pesadilla que ahora les obliga a vivir huyendo de la luz; el calor, proyectado en el cuerpo, se asemeja a la sensación de retornar a ese infierno y los expone a graves enfermedades.

Muchos los juzgaron por semejante imprudencia. Parecía un saqueo más a los que ya estaban acostumbrados, cuando los camiones se desbocaban con sus mercancías sobre esa carretera que levantaron encima de una ciénaga —un ecosistema único en el mundo— que se resiste a morir.

Ahora —con las caras, las manos, los brazos, las piernas y las espaldas quemadas— intentan rebuscarse la comida, muchos de ellos, trabajando en la misma carretera que les cambió la vida para siempre. Y lloran a sus compadres muertos. Estas son sus voces y las lecciones que dejó la tragedia de Tasajera.

Créditos


Textos: Diana Ravelo, enviada especial de EL TIEMPO;

María Paulina Ortiz y David Alejandro López Bermúdez.

Diseño digital: Sebastián Forero y Claudia Cuadrado.

Jefe de Diseño: Sandra Rojas.

Maquetación: Giovany Ariza.

Fotografía y video: Vanexa Romero

Edición del video: Juan Manuel Vargas.

Audios: Julián Darío Castiblanco.

Editor y director del reportaje: José Alberto Mojica Patiño.

Periodista de Reportajes Multimedia: David Alejandro

López Bermúdez.

Editor Mesa Central: Jhon Torres.

Agradecimientos a la comunicadora Nizfisneys Gutiérrez, al escritor Javier Moscarella, al cineasta Fred Amado Jiménez de La Rosa y al señor Manuel Enrique Oliveros. Y gracias, sobre todo, a los sobrevivientes de la tragedia y a sus familiares por permitirnos contar sus historias.