Oraciones del consagrado lazo de amor mariano para pedir por el amor de Jesucristo

“A través de la oración, todo el mundo debe encontrar su referencia justa: esto es, la referencia a Dios: mi mundo interior y también el mundo objetivo, en el que vivimos y tal como lo conocemos. Si nos convertimos a Dios, todo en nosotros se dirige a él”, explica el portal religioso ‘Aci Prensa’.

Por lo tanto, para los profesantes de la fe católica es importante tener un vínculo sano con él. Incluso, el 22 de julio de 2022, el papa Francisco presidió la Audiencia General desde la plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, y dijo que la relación con Jesús debe ser "tierna, pero no simple, directa, fuerte, libre y abierta".

"Con la vejez llegan todas estas enfermedades, no tenemos la fuerza de la juventud, pero Jesús también está en la debilidad, en la enfermedad y en la muerte", continuó.

(Siga leyendo: Oración a San José, escrita por San Francisco de Sales, para resolver los problemas).

Si usted desea trabajar por fortalecer su relación con el hijo de Dios, el sitio web de la iglesia ‘The Church of Jesus Christ’ compartió 10 consejos para lograrlo:

1. Comuníquese con sinceridad, en voz alta y con verdadera intención por medio de la oración.
2. Aprenda a escuchar.
3. Agradézcale.
4. Haga sacrificios por él.
5. Aprenda acerca de él.
6. Pase tiempo de calidad con él.
7. Preste servicio junto a él.
8. Demuéstrele confianza y compromiso.
9. Reconozca cuando se equivoca.
10. Aprenda de qué manera él le demuestra amor.

(Le recomendamos leer: Salmo 91: cómo rezarlo para proteger a los hijos).

La comunidad religiosa ‘Lazos de amor mariano’, que cuenta con la aprobación Diocesana, compartió una oración para pedir el amor de Jesús. Si lo hace con fe, podrá mejorar su vínculo y mostrar su agradecimiento. A continuación, el texto completo: 

(De interés: San Cipriano: la oración poco conocida para atraer la abundancia).

No espere alcanzar la misericordia de Dios quien ofenda a su Madre bendita.
Para alcanzar de tu misericordia, una verdadera devoción hacia tu Santísima Madre y difundir esta devoción por toda la tierra, concédeme amarte ardientemente y acepta para ello la súplica inflamada que te dirijo con San Agustín y tus verdaderos amigos:

Tú eres, Oh Cristo,
mi Padre Santo, mi Dios misericordioso,
mi Rey Poderoso, mi buen Pastor,
mi Único Maestro, mi mejor ayuda,
mi amado hermosísimo, mi pan vivo,
mi sacerdote por la eternidad,
mi guía hacia la patria,
mi luz verdadera, mi dulzura santa,
mi camino recto, mi sabiduría preclara,
mi humilde simplicidad, mi concordia pacífica,
mi protección total, mi rica heredad,
mi salvación eterna.

¡Cristo Jesús, Señor amabilísimo! ¿Por qué habré deseado durante la vida algo fuera de ti, mi Jesús y mi Dios? ¿Dónde me hallaba cuando no pensaba en ti?

Anhelos todos de mi corazón, inflámense y desbórdense desde ahora hacia el Señor Jesús; corran, que mucho se han retrasado, apresúrense hacia la meta, busquen a quien buscan.

¡Oh Jesús! ¡Anatema quien no te ame! ¡Rebose de amargura quien no te quiera!

¡Dulce Jesús, que todo buen corazón dispuesto a la alabanza, te ame, se deleite en ti, se admire ante ti! ¡Dios de mi corazón! ¡Herencia mía, Cristo Jesús! ¡Desfallezca el latir de mi corazón! Vive, Señor, en mí; enciéndase en mi pecho, la viva llama de tu amor, acrézcase en incendio; arda siempre en el altar de mi corazón, queme en mis entrañas, incendie lo íntimo de mi alma, y que en el día de mi muerte comparezca yo del todo perfecto en tu presencia.

Amén.

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SOFÍA ARIAS MARTÍNEZ
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO