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Noticia

Una de cada 18 personas en el mundo consume drogas y hay una oferta y demanda 'sin precedentes' de esas sustancias, señala la ONU

Detalles del nuevo informe mundial de drogas de la ONU

Detalles del nuevo informe mundial de drogas de la ONU

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Informe global sobre drogas dice que el número de personas que usan estas sustancias llegó a 292 millones en 2022.

María Isabel Ortiz FonnegraPeriodista Judicial
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) presentó su más reciente informe global sobre drogas que habla sobre cómo el surgimiento de nuevos opioides sintéticos y la existencia de una oferta y demanda “sin precedentes” de otras drogas han provocado un aumento de los trastornos por consumo de drogas y de los daños ambientales.

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Según el Informe Global sobre Drogas,  en 2022 casi 292 millones de personas, es decir, 1 de cada 18, habían consumido alguna droga en el último año, un 20 por ciento más que el decenio anterior.
El cannabis sigue siendo la droga más ampliamente consumida en todo el mundo, con 228 millones de consumidores.
Le siguen los opioides (60 millones de consumidores), las anfetaminas (30 millones de consumidores), la cocaína (23 millones de consumidores) y el éxtasis (20 millones de consumidores).
El informe sostiene que un factor que contribuye al aumento del consumo de drogas es el resurgimiento del consumo de drogas estimulantes como la cocaína y el éxtasis, tras un descenso que hubo durante la pandemia de covid-19.
Se advierte que los nitacenos, un grupo de opioides sintéticos más potentes que el fentanilo, se han visto en varios países de renta alta, lo que ha provocado un aumento en las muertes por sobredosis.

La reciente aparición de nitacenos de alta potencia y el aumento de las muertes por sobredosis derivadas de su consumo en algunos países ilustran cómo la introducción de esas sustancias puede afectar rápidamente a la salud: UNODC

Sobre este grupo de opioides sintéticos, el informe dice que se han extendido por los mercados de América del Norte, Europa Occidental, América del Sur y Oceanía. “La reciente aparición de nitacenos de alta potencia y el aumento de las muertes por sobredosis derivadas de su consumo en algunos países ilustran cómo la introducción de esas sustancias puede afectar rápidamente a la salud y la seguridad públicas. Aunque no hay datos fehacientes que vinculen la actual oleada de muertes por sobredosis de nitacenos a la prohibición del opio en el Afganistán, sigue preocupando la posibilidad de una mayor propagación de potentes opioides nocivos”, se lee.
Y frente a las drogas sintéticas se lee que como estas tienen tiempos de producción más cortos y no tienen una geografía fija ni requieren grandes extensiones de tierra o mano de obra, su fabricación ilegal se está expandiendo en países de ingresos bajos y medios. “Se han encontrado laboratorios que producen diversos estimulantes, depresores y nuevos disociativos en Asia central, el sudeste asiático, el Cercano y Medio Oriente, África, Europa y América del Norte. En 2022, se estima que 30 millones de personas habían consumido anfetaminas el año pasado”.
En cuanto a las personas con consumo problemático de drogas, se dice que alrededor de 64 millones de personas en el mundo sufren de trastornos por el uso de estas sustancias, pero solo una de cada 11 recibe tratamiento. Las mujeres tienen incluso menos acceso a tratamiento, pues solo una entre 18 recibe tratamiento, en comparación con uno de cada siete hombres.
Se identificaron cinco grupos de sustancias de producción ilícita

El informe dice que la fabricación de  drogas sintéticas se está expandiendo a países de ingresos bajos.

Foto:Archivo EL TIEMPO / iStock

Las consecuencias nocivas del consumo de drogas son innumerables. La mayor carga mundial de morbilidad sigue atribuyéndose a los opioides, pero cada vez más consumidores de cannabis acuden a los servicios de tratamiento de la drogadicción. Nuevas estimaciones basadas en una nueva metodología sugieren que 1 de cada 81 personas en todo el mundo (64 millones) sufría un trastorno por consumo de drogas en 2022, y que esa cifra suponía un aumento del 3 % con respecto a 2018”, se lee.
El informe también dice que se estima que en 2022 alrededor de 7 millones de personas tuvieron algún contacto formal con la policía (arrestos, amonestaciones, apercibimientos) por delitos relacionados con las drogas, cerca de dos tercios de esos contactos con la policía se debieron al uso o a la posesión de drogas para su consumo.
“Además, se procesó a 2.7 millones de personas por delitos relacionados con las drogas y más de 1.6 millones tuvieron una sentencia en todo el mundo en 2022, aunque hay diferencias significativas entre regiones en cuanto a la respuesta de la justicia penal a los delitos relacionados con las drogas”, dice el informe.
Merrick Garland dijo que no hay razón para aplicar penas más severas a delitos relacionados con crack.

A nivel global, para 2022 se procesó a 2.7 millones de personas por delitos relacionados con las drogas.

Foto:iStock

En cuanto a los narcotraficantes, el documento dice que se están diversificando hacia otras economías ilícitas como el tráfico de vida silvestre, el fraude financiero y la extracción ilegal de recursos. Estas actividades, dice la ONU, también están contribuyendo a la degradación ambiental por la deforestación, el vertimiento de desechos tóxicos y la contaminación química.
“Las comunidades desplazadas, pobres y migrantes están sufriendo las consecuencias de esta inestabilidad, viéndose obligadas en ocasiones a recurrir al cultivo de opio o a la extracción ilegal de recursos para sobrevivir, cayendo en la trampa de endeudarse con grupos delictivos o en el autoconsumo de drogas”, señala UNODC.

Producción de cocaína alcanza niveles récord

Laboratorio de cocaina

Insumos para la producción de cocaína incautados en una operación de las autoridades.

Foto:Mindefensa

En cuanto a la producción de drogas como la cocaína, el informe indica que en 2022 se llegó a una nueva cifra récord de 2.757 toneladas, que es un aumento del 20 por ciento respecto a 2021; y en cuanto al cultivo de hoja de coca, se dice que aumentó 12 por ciento entre 2021 y 2022, llegando a 355.000 hectáreas.

El auge prolongado de la oferta y demanda de la cocaína ha coincidido con la escalada de violencia en los estados ubicados a lo largo de la cadena de suministro, principalmente en Ecuador y los países del Caribe: informe

“El auge prolongado de la oferta y demanda de la cocaína ha coincidido con la escalada de violencia en los estados ubicados a lo largo de la cadena de suministro, principalmente en Ecuador y los países del Caribe, y un incremento en los daños a la salud en los países de destino, incluidos los de Europa Occidental y Central”, dice la ONU.
También se habla de cómo los mercados se están expandiendo en Europa Occidental y Central, los principales flujos de tráfico de cocaína siguen circulando desde la región andina hacia otros países de América y hacia Europa Occidental y Central. Frente a las consecuencias del tráfico, se hace hincapié en la situación de Ecuador, “donde en los últimos años el aumento de dicho tráfico desde Colombia ha provocado una ola de violencia letal, vinculada a grupos delictivos locales y transnacionales, debida a la cual entre 2019 y 2022 se quintuplicaron las incautaciones de cocaína y las tasas de homicidio”.
Así mismo, este informe hace una lectura sobre el impacto de la legalización del cannabis y se dice que para enero de 2024, Canadá, Uruguay y 27 jurisdicciones de Estados Unidos habían legalizado la producción y venta de cannabis para uso no médico.

Las hospitalizaciones relacionadas con trastornos por consumo de cannabis se han aumentado en virtud de su legalización en varios países, dice la ONU. 

Foto:EFE

“En estas jurisdicciones en las Américas, el proceso parece haber acelerado el consumo nocivo de la droga y ha dado lugar a una diversificación de los productos de cannabis, muchos de ellos con un alto contenido de THC. Las hospitalizaciones relacionadas con trastornos por consumo de cannabis y la proporción de personas que sufren trastornos psiquiátricos e intentos de suicidio asociados al consumo habitual de cannabis han aumentado en Canadá y Estados Unidos, especialmente entre personas jóvenes adultas”, se detalla.
Otra advertencia frente al consumo de cannabis tiene que ver con el vapeo, pues se habla de un aumento del vapeo habitual de esta sustancia, “la disponibilidad de vapeadores, concentrados y comestibles tras la legalización puede haber conducido a un aumento general de los daños del cannabis para la salud”.
Además, se habla de cómo el “renacimiento” psicodélico está fomentando un amplio acceso a este tipo de sustancias pese a que los estudios clínicos sobre el uso terapéutico de las mismas aún no han dado lugar a alguna directriz científica estándar para su uso médico.
Ghada Waly, directora ejecutiva de UNODC.

Ghada Waly, directora ejecutiva de UNODC.

Foto:UNODC

“Dentro del ‘renacimiento psicodélico’ más amplio, los movimientos populares están contribuyendo a un creciente interés comercial y a la creación de un entorno propicio que fomenta un amplio acceso al uso no supervisado, ‘cuasiterapeútico’ y no médico de las sustancias psicodélicas”, se advierte, añadiendo que esto podría comprometer los objetivos de salud pública y aumentar los riesgos para la salud asociados al uso no supervisado de las sustancias.
En la presentación del informe, Ghada Waly, directora ejecutiva de UNODC, dijo que “la producción, el tráfico y el uso de drogas siguen exacerbando la inestabilidad y la desigualdad, al tiempo que causan daños incalculables a la salud, la seguridad y el bienestar de las personas”.
La directora de UNODC añadió que es necesario que haya tratamiento basado en evidencia a todas las personas afectadas por el uso de drogas, para que la atención no sea solo en enfrentar el mercado de las drogas ilícitas, sino también en la prevención y atención de los riesgos o daños por su consumo.

Las recomendaciones que plantea la ONU

UNODC señala que deben formularse respuestas eficaces y abordar la delincuencia organizada transnacional de forma más integral, estableciendo estrategias que impliquen a diversas instituciones para influir en la dinámica del mercado de la droga, comprender el reclutamiento y las conexiones transnacionales de grupos delictivos, identificar puntos de entrada y recuperar el control de los territorios, entre otros propósitos.
También se sugiere “ofrecer alternativas socioeconómicas a las personas que participan en los niveles más bajos de la cadena de suministro de drogas, como los agricultores y las personas que se dedican a la venta de drogas al por menor debido a la pobreza y la falta de opciones”, para la ONU, estas alternativas deben ir más allá de la sola sustitución de cultivos y abordar “las causas estructurales profundas, como la pobreza arraigada, el subdesarrollo y la inseguridad”.
Uno de los 99.097 cultivadores vinculados al Pnis recorre una siembra de coca en Caquetá.

La ONU sugiere que las alternativas socioeconómicas que se ofrezcan a las personas que participan en los niveles más bajos de la cadena de las drogas vayan más allá de la sustitución de cultivos. En la foto, un campesino del programa de sustitución PNIS.

Foto:Julián Ríos Monroy. EL TIEMPO

Otra de las recomendaciones es que haya una planificación estratégica de los recursos policiales y de justicia penal, priorizando recursos para desmantelar de forma sostenible las cadenas de suministro de drogas. “El uso de un mejor análisis estratégico, la cooperación judicial internacional, los esfuerzos para reducir la corrupción, y el desarrollo de unas fuerzas del orden cualificadas y profesionales son también fundamentales, especialmente en las zonas fronterizas”.
En cuanto a cómo abordar los problemas asociados al consumo, UNODC comienza diciendo que la prevención es la respuesta de primera línea al consumo de drogas y que las intervenciones eficaces abordan las condiciones subyacentes que contribuyen al consumo como la falta de conexión con la familia o la comunidad, la inestabilidad, la inseguridad, los traumas, la mala crianza, las normas sociales negativas, los problemas de salud mental, los conflictos y la violencia.
Otro pilar de respuesta que señala la ONU es el tratamiento, incluyendo una atención continuada basada en la evidencia científica y con servicios que garanticen la no discriminación, la no estigmatización, la plena participación, la privacidad y la dignidad.
“Abordar los daños asociados al consumo de drogas implica adoptar medidas, como la prevención y el tratamiento de la sobredosis y la prevención de enfermedades infecciosas, eficaces para prevenir y reducir las consecuencias adversas para la salud pública y la sociedad”. Además, se dice que es importante que los servicios de tratamiento y atención relacionados con las drogas estén disponibles y sean accesibles para las personas que se encuentran en centros penitenciarios y para las que acaban de salir de prisión.
Finalmente se hacen llamados frente a las políticas de drogas, diciendo que en el centro de una política de drogas eficaz está equilibrar la disponibilidad de sustancias sujetas a fiscalización para fines médicos y científicos con los esfuerzos por evitar la desviación de esas mismas sustancias para fines no médicos.
Así mismo, se habla de promover una cultura y unas percepciones basadas en la ciencia para ayudar a corregir el desequilibrio, “la información objetiva y con base científica puede reducir el miedo a la adicción y la desviación que, en algunos casos, impiden el acceso a opioides fiscalizados para el tratamiento del dolor. Al mismo tiempo, puede ayudar a los jóvenes a evaluar con conocimiento de causa los riesgos asociados al consumo de drogas y sus consecuencias”.
MARÍA ISABEL ORTIZ FONNEGRA
Redacción Justicia
En X: @MIOF_
María Isabel Ortiz FonnegraPeriodista Judicial
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