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Conversaciones fascinantes sobre la inteligencia artificial

La IA está definiendo nuestro mundo, está trazando desde ya las bases sobre las que la humanidad se moverá.

Diego Santos
Vivimos en un mundo que está siendo constantemente inundado de información. Si no son los medios de comunicación los que lo hacen, ahí están las redes sociales. Ya no son una docena de fuentes, sino millones las que están generando contenido diario. Nadie está blindado de esta avalancha, sobre todo en las ciudades. Por ello, nuestra capacidad de centrar la atención en un tema es cada vez menor. Y no necesariamente eso es algo malo, pero sí afecta que no le prestemos el debido interés a entender a profundidad algunos temas críticos como la inteligencia artificial (IA), por ejemplo.

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Sin estudio en mano, me atrevería a señalar que nuestros conocimientos de la IA no pasan de ChatGPT y de lo que hacen algunos robots. Aún vemos lejano este tema, propio de ingenieros nerdos de Silicon Valley. Quizás algún que otro artículo que se publica sobre la materia puede generarnos interés para leerlo y comentarlo, pero nos quedamos ahí, en la superficie, en un conocimiento pandito. Y eso sí está mal. La IA está definiendo nuestro mundo, está trazando desde ya las bases sobre las que la humanidad se moverá. Miles de millones de dólares cuya magnitud no podemos ni procesar de lo mucho que es están siendo invertidas en perfeccionarla, y no es para nada descabellado el pensar que la misma existencia del ser humano podrá verse alterada en formas en las que ni nos alcanzamos a imaginar. La IA permitirá cumplir el sueño milenario del hombre: no jugar a ser Dios, sino serlo.
Entiendo que no dispongamos del tiempo para sentarnos a investigar, estudiar y disertar sobre la IA. Los quehaceres del día a día, las obligaciones en nuestros trabajos y el espacio de esparcimiento necesario para mantener nuestras cabezas sanas no permiten que hagamos lo anterior. Ahora bien, no es imposible hacerlo. Quizás pudiéramos sacrificar un poco del tiempo que desperdiciamos en redes para leer ensayos, artículos y charlas sobre la IA.

La IA permitirá cumplir el sueño milenario del hombre: no jugar a ser Dios, sino serlo.

Ojo, no es esta una columna alarmista sobre si la IA va a acabar con la humanidad. No. Es una columna que quiere transmitirles lo fascinante que estamos viviendo sin que nos demos cuenta, las conversaciones que estamos dejando de lado, la oportunidad de volvernos más competitivos y prepararnos para lo que se viene.
Por ejemplo, uno de los grandes inventores y futuristas de nuestro planeta, Ray Kurzweil, señala que estamos muy cerca de que la IA se fusione con los seres humanos y se desate lo que se conoce como la singularidad, que no es otra cosa que volver al hombre eterno. Sí, esto es de lo más pendejo que haya leído, pero, ¿y si termina siendo una realidad? ¿Qué implicaciones tendría para los Estados, para la economía, para la densidad poblacional?
“La predicción de Kurzweil ya no se ve tan tonta con todo lo que está pasando”, le señaló al NYT el profesor Geoffrey Hinton, uno de los padres de la red neuronal, un método de la IA para enseñarles a las computadoras a procesar datos. “En la próxima década no moriremos por temas de edad”, señala Kurzweil.
Independientemente de que se cumplan las predicciones del futurista estadounidense, esta es apenas una de las muchísimas aristas que se derivan de la IA. La nueva ética y moral que nos debe regir, el impacto laboral en todas las industrias, privacidad y seguridad, la superinteligencia, avances militares, los desarrollos en la medicina, el arte y la creatividad que se derivarán de ella, son aspectos que debemos discutir entre nosotros, aquí, en Colombia.
El Congreso ha adelantado debates al respecto. Importantísimo. Por su parte, Prisa Media realizó el año pasado un foro muy interesante sobre la IA en el país. Todo eso suma, y la ciudadanía no debería ser ajena a estas conversaciones. Más allá de lo fascinante, es algo que nos impactará de lleno.
DIEGO SANTOS
Analista digital
En X: @DiegoASantos
Diego Santos
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