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Defender la Constitución

Es deber de todos defender la institucionalidad y el acuerdo más importante alcanzado en el país que es la Constitución del 91.

Luis Felipe Henao
La Constitución del 91 no surgió de la iniciativa de un presidente, sino de un verdadero movimiento social de estudiantes que desembocó en la Séptima Papeleta. Sus objetivos eran claros: cambiar una Constitución decimonónica y decadente por una democrática, incluyente, pluralista y garantista, y fue reconocida como la Constitución más moderna de América Latina:

Conforme a los criterios de

El primer logro de la Constitución del 91 contempló la dignidad humana como eje central de todo el ordenamiento; reconoció derechos nuevos como el libre desarrollo de la personalidad, la libertad de conciencia, la salud, la educación, el trabajo, el medioambiente y la paz, siendo una de las constituciones más garantistas del mundo.
Adicionalmente, estableció la especial protección de los derechos de los niños, las mujeres, la familia, los pueblos indígenas y afrocolombianos. Con fundamento en este desarrollo, la Corte Constitucional ha reconocido, además, otros derechos innominados como el agua, el acceso a internet, el matrimonio igualitario, los derechos sexuales y reproductivos, la autonomía cultural, el buen funcionamiento de los servicios públicos, sin que exista margen para la protección especial de derechos o colectivos que no hayan sido ya garantizados.
El segundo fue la democratización del Estado, superando la permanente situación de estado de sitio que hacía que la mayoría de las leyes en Colombia (como los códigos penales, civiles y administrativos) no se dictaran por el Congreso, sino por el Gobierno. También se presentó una democratización territorial a través de la elección popular de gobernadores, alcaldes, concejales y diputados. Finalmente, se presentó una democratización jurídica por medio de múltiples mecanismos de participación democrática directa como el referendo, la consulta popular y el plebiscito.
Asimismo, la Constitución creó mecanismos esenciales para la protección inmediata de los derechos de las personas como la acción de tutela e instituciones que se han convertido en pilares del Estado de derecho, como la Corte Constitucional, la Fiscalía General y la Defensoría del Pueblo. Ello no ha impedido que después de 1991 se hayan creado otras entidades como la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, la Unidad de Restitución de Tierras, la Unidad de Víctimas, la JEP y numerosos ministerios y entidades del sector nacional o territorial, sin que para ello se haya convocado a ninguna asamblea nacional.

Por otro lado, la Constitución de 1991 es flexible y, por tanto, puede ser objeto de modificaciones siempre y cuando no se afecten sus pilares fundamentales.

Por otro lado, la Constitución de 1991 es flexible y, por tanto, puede ser objeto de modificaciones siempre y cuando no se afecten sus pilares fundamentales. En virtud de ello se han hecho 44 reformas constitucionales. Los resultados sociales de la Constitución son innegables: se redujo el índice de pobreza multidimensional en más del 30 %, la salud aumentó su cobertura en más del 50 %, la tasa de alfabetización está en más de 95 % y subimos más de 30 puestos en el índice de democracia. No se entiende entonces para qué convocar una asamblea nacional constituyente teniendo una Constitución moderna, liberal y progresista y que puede modificarse de manera sencilla.
Lo más curioso de la propuesta del Gobierno es que ni siquiera ha señalado qué no le gusta de la Constitución de 1991, ni qué quiere cambiar. Al final, ya el Gobierno está revelando que con la asamblea lo único que se quiere es implantar el poder constituyente propuesto por el marxista radical Antonio Negri, que quiere eliminar el sistema de frenos y contrapesos, tal como sucedió en la nefasta Constitución venezolana de 1999.
La constitución petrista amenaza la libertad de expresión, la pluralidad política cerrando el Congreso, buscará cortes de bolsillo, tomándose de nuevo el palacio de Justicia y les dará un golpe a la empresa y a la propiedad privada. Es deber de todos defender la institucionalidad y el acuerdo más importante alcanzado en el país que es la Constitución del 91.
LUIS FELIPE HENAO
Luis Felipe Henao
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