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El desmadre de los comentarios en las noticias

La interacción con videos de este tipo, si bien puede ser numerosa, tiene muy poco valor.

Javier Borda Diaz
Un reconocido medio radial de Colombia publicó hace poco en Instagram un aterrador video —uno más— en el que se veía cómo un asesino apuñalaba sin piedad a una mujer en un establecimiento comercial. En la ‘invitación’ a verlo se escribió: “A pesar de las súplicas, un ladrón atacó sin piedad a dos jóvenes en un bar de Bogotá; uno de ellos murió”.

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(También le puede interesar: Normalicemos estar tristes en redes sociales)
Al margen de debatir por el objetivo de publicar un video así, tan violento y estremecedor, casi sin filtro y al alcance de menores de edad, tenemos que prestar atención a los comentarios que hace la gente de estos sucesos. Porque una cosa es que en redes sociales cualquiera diga lo que sea, pero otra bien distinta es que un medio de comunicación lo permita.
En los comentarios que se hicieron al mencionado video, aún se pueden leer reacciones como: “Limpieza social por favorrrrrr, ya es hora”. “Esta plaga es la que debería recibir el trato que da Bukele, nadie los va a extrañar, no aportan a la sociedad y vamos a vivir mejor sin esta plaga”. “Esos son los angelitos que reciben el $ 1’000.000 de Petro”. “Definitivamente urge una cárcel al estilo de El Salvador, para que estos animales conozcan lo que es pagar una pu*& condena”. “Y levanten las manos los que junto conmigo queremos limpieza social YA”. “Venecos en acción”. “¡Por eso estoy de acuerdo con la justicia por mano propia!”. “Que horror. Hay que estar armados”.
La figura del defensor del lector o del televidente se ha ido perdiendo y sería valiosa revivirla para el entorno digital. No puede ser posible que un medio de comunicación permita para su marca y en sus espacios esta clase de improperios, estigmatización, discriminación y hasta que la gente inste, con su permiso, al crimen impunemente.

Si se acude a un medio de comunicación respetado, este tiene la obligación de responderle con el debido cuidado de lo que publica o lo que les permite publicar a los usuarios.

Si los medios de comunicación no tienen dinero para poner a una persona a revisar los miles de comentarios de sus usuarios en sus páginas web o en sus publicaciones de redes sociales, tienen que valerse de la tecnología, de los filtros que permiten los propios sistemas de gestión de contenidos o de las opciones que ofrecen las redes sociales para limpiar, aunque sea un poco, esa cloaca de odio que hoy está descontroladamente expuesta.
La gente también debería exigir que esto no sucediera. Es decir, si se acude a un medio de comunicación respetado, este tiene la obligación de responderle con el debido cuidado de lo que publica o lo que les permite publicar a los usuarios.
Cuando hace años se abrió la puerta para que la gente opinara en los contenidos digitales fue para intentar allí una mejor comunicación con los usuarios, construir comunidad, detectar errores o imprecisiones, para contribuir a un debate constructivo y hasta para encontrar contenido generado por los usuarios digno de ser publicado. Dejarlo así a la deriva está incentivando en muchos casos más violencia, temor, odio hacia las instituciones y más sentimientos antidemocráticos, con lo cual se está autoatacando. Esta es una ironía sin defensa, porque la interacción con videos de este tipo, si bien puede ser numerosa, tiene muy poco valor. ¿O acaso de qué sirve un gran ‘engagement’ en redes sociales o un alto número de comentarios en una página web si todo va en detrimento de la propia sociedad?
Javier Borda Diaz
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