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Entrevista

Mujeres

‘Rechazar a una persona con discapacidad intelectual es discriminación’

Mariana Lozano tiene una discapacidad intelectual leve que se desarrolló por la falta de oxígeno en su parto.

Mariana Lozano tiene una discapacidad intelectual leve que se desarrolló por la falta de oxígeno en su parto.

Foto:Néstor Gómez. EL TIEMPO

Mariana Lozano, defensora de esta población, habla de los prejuicios que afrontan personas como ella

Natalia Tamayo GaviriaPeriodista
Mariana Lozano Medina tiene 27 años y en 10 más se proyecta con un trabajo estable y digno. Antes de agregar que también desea formar una familia, hace una pausa y suma con los dedos para estar segura: en una década tendrá 37.

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Siempre se le han dificultado las matemáticas y otras muchas actividades que para los demás puede llegar a ser algo mecánico y sencillo. ¿La razón? Una mala praxis médica durante el parto generó una falta de oxígeno y sentenció un desarrollo cognitivo diferente.
Desde pequeña necesitó de terapias físicas para desarrollar su movilidad y el habla. De hecho, cuando la iban a matricular en un colegio bilingüe la recomendación para sus padres fue no hacerlo. “Si uno no puede con un solo idioma, cómo va a poder con dos, decían. Sin embargo, mis papás no hicieron caso y poco a poco aprendí inglés”, recuerda Mariana.
Y no fue solo el inglés: aprobó matemáticas, física, química y todas las materias necesarias para graduarse. Claro, también tuvo que darle frente a los cambios de colegio por el trabajo de su papá (muchas veces en el exterior), y las nuevas experiencias, los nuevos amigos y entornos diferentes, que la pusieron a prueba, una prueba que fue superando de la mano de personas que siempre le brindaron su apoyo.
“A veces me daban más tiempo para entregar un trabajo, o me ponían menos preguntas en los exámenes, o me dejaban utilizar calculadora en matemáticas”, dice Mariana sobre el tipo de apoyos que le brindaron a ella y que deberían dárseles a todas las personas con una discapacidad intelectual.
Si bien a Mariana le costaba aprender más que a los demás, eso no la desmotivó para seguir con sus metas académicas. Sin embargo, cuando ingresó a la educación superior (hizo dos semestres de diseño gráfico) se dio cuenta de que el apoyo a personas con discapacidad intelectual era nulo.
Buscando alternativas, sus padres encontraron el programa Opciones y Apoyo para la Transición a la Vida Adulta (OAT) de la Universidad del Rosario junto a la cooperativa Coopmente, que reúne a familias con discapacidad intelectual. 

“En OAT aprendí sobre mi discapacidad, sobre mis limitaciones y cómo llevar una vida independiente. Me enseñaron a pagar servicios, a comprar cosas y a manejar el dinero”.

“En OAT aprendí sobre mi discapacidad, sobre mis limitaciones y cómo llevar una vida independiente. Me enseñaron a pagar servicios, a comprar cosas y a manejar el dinero”.
Pero más allá de las cosas prácticas, algunas elementales, lo que más destaca Mariana de su paso por OAT es haber hecho amigos de verdad. “Conocí personas iguales a mí, que hoy en día me aceptan y me reconocen como soy”.
OAT también le abrió las puertas a su primera experiencia laboral como pasante en la Unidad de Trabajo Legislativo de la entonces representante Juanita Goebertus. Allí hizo resúmenes de noticias relacionadas al Acuerdo de Paz y el conflicto armado, creó glosarios con definiciones sobre conceptos difíciles de entender para personas con discapacidad intelectual, entre otras cosas.
Ya en 2023, la misma Goebertus, como directora de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), la animó para que se postulara a la beca Marca Bristo que entrega la organización desde 2020 en honor a la defensora de derechos de personas con discapacidad. Luego de un largo proceso, Mariana ganó la beca y durante este tiempo ha recibido capacitación sobre defensa de los derechos de esta población, manejo de las redes sociales y recomendaciones para recaudar fondos para causas sociales. También ha conocido procesos interesantes en los que impulsan programas de vida independiente para personas con discapacidad.
Pero la mayor experiencia fue representar a HRW en la Conferencia sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas (COSP17), que se llevó a cabo del 11 al 13 de junio pasado.
“El tiempo se ha encargado de desmentir a quienes dudaron de mí por sus prejuicios capacitistas. He demostrado que, con un apoyo decidido para incluirnos en la sociedad, las personas con discapacidades podemos prosperar igual que cualquier otra persona”, fueron algunas de sus palabras en su discurso en Naciones Unidas.
Ya concluida su formación alrededor de la beca, Mariana no quiere dejar de aprender. En la Universidad del Rosario sigue vinculada a programas en formación de derechos para personas con discapacidad intelectual y está muy activa en la consolidación de Gestor en Derechos, un emprendimiento de Coopmente para hacer capacitaciones a empresas y colegios.
También está en búsqueda de trabajo, tras su paso por el Colegio Rochester, donde elaboró bases de datos y fue apoyo en la biblioteca y el archivo. Por eso, y gracias a su experiencia y trayectoria, quiere enviarles un mensaje a las empresas colombianas: no solo hay que contratar a las personas con discapacidades físicas. También hay que darles una oportunidad a quienes tienen una discapacidad intelectual, discapacidad que no es tan notoria como otras.
Mariana Lozano durante su intervención en la COSP16.

Mariana Lozano durante su intervención en la COSP16.

Foto:Luis Rodríguez - HRW

Escuchamos mucho de sexismo, clasismo, y otras formas de discriminación. En su discurso en la COSP17 habló de prejuicios capacitistas. ¿Qué significa?
Cultural y socialmente sigue existiendo la idea de que las personas que tenemos discapacidad estamos enfermas y, por tal razón, nos excluyen socialmente de la vida en comunidad. A partir de la Convención de derechos de personas con discapacidad de Naciones Unidas, que fue aprobada en Colombia en 2009, se empezó a entender que rechazar a una persona con discapacidad intelectual en la educación o en un trabajo es discriminación y capacitismo, porque creen que no somos capaces y que no podemos aprender. Nosotros aprendemos, tenemos habilidades y capacidades diferentes para desarrollarnos como cualquier persona. También tenemos derecho a tener un proyecto de vida independiente con los apoyos necesarios. Por eso trabajamos para cambiar estas ideas. Y los medios tienen mucho en que ayudarnos.
Cuando a un hombre gay le dicen que no se le nota que es homosexual se habla de discriminación. ¿Por qué no ocurre lo mismo en su caso y con su discapacidad?
La discapacidad intelectual muchas veces no es visible como la discapacidad física. En la educación y el trabajo debe haber una inclusión real para todas las personas con discapacidad, no solo para aquellas a ‘las que se les nota’. Todos merecemos tener un lugar dentro de la sociedad. Por eso es importante hacer visible nuestra condición porque así nos pueden brindar las oportunidades y los apoyos necesarios.

Existen prejuicios de que seremos niños por siempre, que no aprendemos, que no somos capaces de tomar nuestras propias decisiones.

Todas las discapacidades son difíciles, ¿por qué su discapacidad representa en algunas situaciones más barreras?
A una persona con discapacidad física es fácil ponerle un ascensor o una rampa, por ejemplo. Pero muchas veces no saben cuáles son los apoyos o las ayudas que necesita una persona con discapacidad intelectual para estudiar o trabajar porque no están concebidas. La discapacidad intelectual ha sido muy estigmatizada. Existen prejuicios de que seremos niños por siempre, que no aprendemos, que no somos capaces de tomar nuestras propias decisiones. Sin embargo, yo soy un ejemplo de inclusión y de que sí se pueden romper las barreras con los apoyos necesarios. Yo aspiro a desarrollarme profesionalmente en una organización que valore todas mis capacidades y me brinde los apoyos para desempeñar mejor el trabajo que se me asigne.
En Colombia existen cuotas de género, de inclusión, etc. Y, por ejemplo, organizaciones feministas denuncian que partidos políticos usan a las mujeres como rellenos para cumplir con la cuota de género, demostrando poco compromiso con la participación política de las mujeres. ¿Qué pasa con la cuota de inclusión en las empresas?
Las medidas como las leyes de cuotas están más dadas para las personas con discapacidad física. Las empresas también deberían darnos la oportunidad a nosotros, las personas con discapacidad intelectual. Con la normativa vigente, la oferta debería ser más amplia. Para nosotros sigue siendo un desafío cumplir con el rendimiento que quieren los empresarios en los puestos de trabajo y se les olvida que necesitamos de ajustes y apoyos.
Usted estudió en colegios privados donde recibió apoyos, quisiera saber cómo funcionan esos apoyos en la educación pública, si es que existen.
Personas con discapacidad física, visual y auditiva han logrado –con apoyos– acceder a la educación básica y profesional. Para las personas con discapacidad intelectual la oferta es muy poca. Existen programas en Sena de formación técnica, pero la oferta que hay no nos permite elegir de acuerdo con nuestros intereses. Nos siguen imponiendo programas que, según ellos, son las cosas que podemos hacer. Por ejemplo, auxiliares de oficinas, en logística en almacenes de cadenas. Es triste que no podamos elegir.
Hay casos en los que los niños con discapacidad son incluidos en una institución educativa, pero por su situación se les excluye y aísla de sus compañeros para personalizar su proceso. ¿Eso está bien?
Cuando nos sacan aparte, creen que así nos están ayudan y enseñan mejor, pero perdemos los mejores años de nuestra vida para crecer, aprender y desarrollarnos en un ambiente de comunidad. También nos impiden construir redes de apoyo y ser aceptados y respetados tal cual somos. Si desde niños nos aíslan y no nos enseñan a aceptar la diversidad, siempre estaremos excluidos de la vida en sociedad. Deberían darnos la oportunidad de que otras personas nos reconozcan, valoren y nos den el lugar que nos corresponde en la sociedad.

La educación y el trabajo son derechos fundamentales para construir nuestro futuro.

¿Por qué hay que insistir en el acceso y la permanencia de personas con discapacidad en entornos educativos y laborales?
La garantía de los derechos empieza en la educación. Desde la educación, nuestro entorno nos empezará a ver distinto y derribará prejuicios sobre nosotros. No queremos estar más apartados, por más de que piensen que así nos protegen. Queremos construir redes de vida en comunidad. Y la educación y el trabajo son derechos fundamentales para construir nuestro futuro.
Se cumplen cinco años de la Ley 1996 de 2019, mejor conocida como Ley de capacidad jurídica. Es una ley desconocida y que no tuvo mucho eco en la opinión pública. ¿Cuál es la importancia de esta ley, especialmente para personas con discapacidad intelectual?
Esta ley reconoce que somos personas con capacidad jurídica como todos, que podemos expresar nuestra voluntad y preferencias. Antes nos podían declarar interdictos y otra persona decidía por nosotros. Eso era muy triste, porque de nada servía prepararnos y estudiar, si otros eran los que decidían sobre nuestras vidas. Es importante hacer visible esta ley para todas las familias con personas con discapacidad y para la misma sociedad, para que nos reconozcan y garanticen nuestros derechos como personas con la capacidad de tomar nuestras decisiones. Seguiremos defendiendo e insistiendo para que se conozca que tenemos el derecho legal a ser tenidos en cuenta, para expresar nuestra voluntad y preferencias frente a situaciones que tengan impacto jurídico. También a contar con los apoyos que consideremos, dado el caso. También debemos ser parte de la toma de decisiones, en la creación de políticas públicas. Hago eco del slogan mundial de las personas con discapacidad: ‘nada sobre nosotros, sin nosotros’.
NATALIA TAMAYO GAVIRIA
REDACCIÓN DOMINGO
X: @nataliatg13

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