La Selección Colombia eliminó a Uruguay en la semifinal de Copa América 2024, un duelo que acabó con más tintes de vendetta que de partido de fútbol.
La victoria 1-0 se sigue comentando muchas horas después y no precisamente por la valentía de los colombianos para jugar todo el segundo tiempo con diez hombres (por la expulsión de Muñoz), sino por las peleas entre hinchas al final del juego en las graderías. hechos violentos en los que se involucraron varios futbolistas uruguayos.
Mientras Conmebol ah anunciado una investigación formal por los hechos, lo que abre la posibilidad de una sanción a los implicados, muchos se siguen preguntando si los reclamos de los uruguayos son justos.
En las redes sociales abundan videos, unos incriminando a los aficionados colombianos y otros a los jugadores de Uruguay, preocupados por la presencia de sus familiares en el lugar donde se iniciaron los enfrentamientos.
Focos sobre Giménez
Uno de los que aparece en aquellas polémicas imágenes es José María Giménez, quien señaló a los seguidores de Colombia como culpables del caos.
Sin embargo, un video que anda circulando da cuenta de lo que pasó antes en al cancha y que para algunos podría configurar un posible acto de racismo.
A Giménez le correspondía la marca de Dávinson Sánchez en cada acción a balón parado ofensiva y es claro que tuvo más de una dificultad, pues el caucano, autor de un gol en esta Copa América, es muy fuerte en el área rival.
Y en una de esas jugadas, Giménez acudió a la vieja táctica de la distracción al rival para provocar su error: repentinamente le acaricia el pelo, ante la evidente molestia del colombiano. Para muchos, incluso, pareciera que intentara un acto de racismo. Juzgue usted la conducta del uruguayo en esta acción:
💪🏻 Davinson Sanchez, kendisi ile uğraşan Gimenez’in haddini bildiriyor. pic.twitter.com/C06LA4SVLW
— Aslan Haber (@1905Cimbomruhu) July 11, 2024
¿Acto de justicia?
Lo curioso de la jugada es que Dávinson, lejos de caer en la trampa, acabó resolviéndolo con sus herramientas en la propia cancha.
En la acción en la que Giménez le toca la cabeza sin permiso, Dávinson se voltea cuando el balón viene en el área y sutilmente le asesta un golpe a su marcador. Giménez se levanta y la camisa y lo muestra pero no hay ningún castigo. Parece ser como el viejo dicho del fútbol: 'lo que pasa en la cancha, se queda en la cancha'.
El problema es que ahora, con decenas de cámaras alrededor, eso es bastante cuestionable: cada provocación se vuelve viral y a los entes de control, en este caso los de Conmebol, les queda muy difícil mirar a otro lado. Si a eso le sumamos el rigor de la FIFA con posibles acciones racistas. este hecho podría terminar en más que un roce habitual en el área, como se interpretó inicialmente.
