ORGULLO LGBTTTIQAP+

Alejandra Bogue, una artista consumada

La primera mujer trans en la televisión mexicana y una artista multidisciplinaria al pie del cañón –pero en puntas– con más de 30 años de trayectoria.
Alejandra Bogue luciendo un vestido verde
Presentó su primer programa televisivo: Que show con Alejandra Bogue (2008).Manuel Zuñiga #ShotoniPhone

Escuchar a Alejandra Bogue sobre el proceso de su transición a mujer, lejos de compartir los malos ratos –que sin duda hubo– denota dignidad, pues desde pequeño supo que tenía que vivir como mujer el resto de su vida y que así tendría que ser. Fue durante la adolescencia que tomó la decisión de comenzar el tratamiento hormonal, con la primera toma colocada por una mujer cis, en los albores de los años 80, “cuando apenas se ponía de moda el término gay”, compartió Alejandra.

Alejandra Bogue es la única hija entre 9 hermanos y creció en una “familia muégano mexicana”, como ella misma la define, cuyo soporte fue importante, sobre todo después de vivir como mujer y al dedicar su vida al arte, ya que de no haber tenido ese soporte su camino se hubiera tornado más difícil.

¿A qué se dedica una mujer trans?

Comenzó su trayectoria artística como performancera y vedette.Manuel Zuñiga #ShotoniPhone
Alejandra Bogue se encontró con el teatro, la danza y la improvisación.Manuel Zuñiga #ShotoniPhone

Alejandra sabía que al vivir como mujer, su destino era el trabajo sexual. Y es que en México, según el portal Vaconfirma, se estima que “más del 90% de la población trans y travesti se dedica a la prostitución”, principalmente ante un panorama que les ha excluido y discriminado laboralmente. “Lo tenía asumido tranquilamente, sin que fuera algo caótico”, asegura. Más tarde entendió que el trabajo sexual no sería el camino a seguir: “por más que lo intentaba, siempre salía algo mal, como clientes violentos o que no me pagaban”, compartió Alejandra. Y es que en la Ciudad de México, de acuerdo a la segunda Encuesta de Trabajo Sexual, Derechos y No Discriminación (2022), el 64% de las trabajadoras sexuales que laboran en la calle viven violencia y discriminación. El porcentaje asciende a 75% en el caso de las mujeres trans.

Desde muy joven, Alejandra tuvo muchos trabajos y oficios: cigarrera, vendedora de globos y refrescos, y hasta taxista, pero una mujer trans sería de gran inspiración para que la Bogue ―como algunxs le dicen con cariño― decidiera dedicarse al arte. Entonces, en los andares de la vida nocturna, se encontró con Mónica Alejandra, conocida como “Naná”, una modelo ―así se presentó ante ella― y trabajadora sexual, como lo descubrió más tarde al verla en Insurgentes.

―Ya descubriste que soy puta ―le confesó Naná.

―¿Y qué tiene? ―le respondió la Bogue―. Cada quien sus nalgas.

Así pues, Naná se volvería en una gran amiga para Alejandra, quien recordó que en aquella época era muy complicado vivir únicamente de las artes y, por otro lado, el trabajo sexual es precisamente eso, un trabajo, pero en el que todavía se requiere mucho por abogar en cuanto a derechos laborales se refiere.

Consiguió el puesto de coordinadora de vestuario en Televisa e incursionó con Válvula de escape (2001) en Telehit, convirtiéndose en la primera mujer trans en aparecer en la televisión mexicana.Manuel Zuñiga #ShotoniPhone

A finales de los 70, Alejandra ya frecuentaba lugares icónicos de la cultura de la noche, como “el Nueve”, ―uno de los primeros espacios que más adelante se denominarían LGBT―, donde comenzó su trayectoria artística como performancera y vedette. 40 años después, la Bogue tuvo una aparición especial en la recién estrenada serie Tengo que morir todas las noches (2024), basada en el libro homónimo que retrata aquellas noches del emblemático lugar.

En las décadas venideras, Alejandra Bogue se encontró con el teatro, la danza y la improvisación. También hizo performance junto a Dj Chrysler con 15 000 Volts, en el que Alejandra portaba una indumentaria hecha de tubos de cristales con gas neón y alto voltaje encapsulado. En 1997, el dúo creativo abrió el primer concierto de David Bowie en México.

Alejandra Bogue, la primera mujer trans en la televisión mexicana

A comienzos de la década del 2000, Ale consiguió el puesto de coordinadora de vestuario en Televisa e incursionó con Válvula de escape (2001) en Telehit, convirtiéndose en la primera mujer trans en aparecer en la televisión mexicana. Luego se integró al programa de humor y crítica social Desde Gayola (2002) donde ganaría popularidad con su personaje parodia “La Tesorito” de la artista Laura León.

Sin embargo, no fue hasta seis años después que la Bogue presentó su primer programa televisivo: Que show con Alejandra Bogue (2008), donde fungió como productora y directora creativa. Se trataba de un proyecto importante para ella, pues en él cantaba, bailaba, hacía imitaciones, entrevistaba y presentaba sketches con el humor que tanto la ha caracterizado. Humor y carácter con el que comparte sus historias, pues más allá de politizarlas y trastocarlas en momentos difíciles, prefiere abordarlas desde la sátira y la burla.

La Bogue es la lucha de la comunidad LGBTQ+.Manuel Zuñiga #ShotoniPhone
Considera que su paso por la televisión no fue ríspido debido a su identidad.Manuel Zuñiga #ShotoniPhone

Su personaje más emblemático vio la luz en este programa, se trataba de Betty BO5, una actriz en decadencia con problemas de alcoholismo y drogadicción, que tomaba como referencia el trabajo de la actriz argentina Juana Molina, de su programa Juana y sus hermanas (1991), que recobró alcance mediático en otras partes del mundo durante los primeros años de YouTube. Alejandra se inspiró del personaje de Marcela Balsam ―sí, como el nombre del champú―, que parodiaba la figura de la top model, durante una década en la que el modelaje adquirió relevancia en la cultura pop.

Pero, “además de modelo, esta nona era actriz, bailarina, cantante profesional en puntas, preciosa, inigualable, divina, pero la cabra de un avión”, asegura Ale entre risas. El personaje era el retrato de una sociedad cuyo comportamiento era común en el medio, interpretando de manera ácida y divertida la figura del artista y su distorsionado ego, entre desvaríos de solemnidad y problemas de adicción. Sin mucho esfuerzo puede llegar a la mente el nombre de algún artista que decidió grabar un álbum sin saber realmente cantar o la actitud de diva de alguna que otra actriz que trataba mal a su equipo; de esta y muchas otras situaciones se alimentaba la personalidad de Betty BO5.

El personaje se volvió entrañable e icónico, pero le exigía a Alejandra Bogue no desistir de la disciplina del ballet, de la concienzuda elaboración de guiones y de cualquier utensilio traído desde su casa para armar el set, pues aunque con poco presupuesto, pero mucha creatividad, logró lo que pocos con hilaridad y humor. La Bogue considera que su paso por la televisión no fue ríspido debido a su identidad y aunque está consciente de que los tiempos han cambiado, es inevitable percibir juiciosas miradas sobre su apariencia con o sin maquillaje. Para ella, el autocontrol es muy importante ante cualquier provocación, pues el hostigamiento y la incitación siempre están a la orden del día.

Para Alejandra Bogue, una carrera como la actuación e interpretación en el teatro y la industria del entretenimiento, requiere de pasión, honestidad y convicción. Actualmente, se encuentra ensayando para un proyecto de teatro que le emociona y le exige entrega total: Priscilla, Reina del Desierto. “Tienes que darlo todo y por eso el teatro es maravilloso, porque te confronta con tus propios miedos y con los del público para ver qué les vas a transmitir. El objetivo es entregarle tus emociones y lo que quieras decirles”, comparte Alejandra con más de 30 años de constante entereza para seguir creando y compartiendo arte y carcajadas.

“Cher, Madonna, Tina Turner, en puntas”…. La Bogue es la lucha de la comunidad LGBTQ+.