El aumento de la demanda del famoso ‘oro verde’ que se refiere especialmente a la producción de aguacates, viene causando controversia, pues se asegura que el cultivo de esta fruta tiene impactos negativos en el medio ambiente y la distribución en el mundo.
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Si bien el problema no es el aguacate en sí, sino las prácticas y dinámicas en su producción, el uso inadecuado de fertilizantes y combustibles fósiles son los que están llevando a que el ‘oro verde’ sea un controvertido cultivo con aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero.
De acuerdo con una investigación realizada por la BBC, el cultivo de aguacate tiene rendimientos de cosecha menores que muchos otros cultivos y, por lo que lleva a tener una mayor huella de carbono por kilogramo de fruta.
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En promedio, esta fruta tiene huella de carbono de alrededor de 2,5 kg de CO₂ equivalente por kilogramo, lo que significa que todos los gases de efecto invernadero resultantes de la producción y el transporte, como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, están incluidos en el equivalente de CO₂ del calentamiento.
Un ejemplo de ello es que la huella de los aguacate dobla a la de los plátanos que se estima es de 0,9 kg de Co2 por kilogramo y también más de cinco veces mayor que la de las manzanas (0,4 kg de CO₂e por kg), aunque solo es un poco peor que la de los tomates (2 kg de CO₂e por kg).
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“Pero estas cifras son pequeñas en comparación con la huella de carbono promedio mundial de la mayoría de los productos de origen animal”, dice la BBC.
Las exportaciones de aguacate hass colombiano vienen marcando un punto de referencia, pues se ha convertido en uno de los productos más apetecidos en el exterior.
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Cabe resaltar que la producción mayoritaria de ese cultivo del agro se da en América Latina por las condiciones climáticas, hecho que mitiga en una menor medida un desafío, pues los principales demandantes de la fruta están en Estados Unidos o en Europa.
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Esto quiere decir que la mayoría de los aguacates se transportan por barco, lo que supone unas emisiones de carbono relativamente bajas debido a las enormes cantidades que se pueden transportar en un solo viaje.
“Incluso cuando viajan miles de kilómetros, el transporte marítimo produce tan solo 0,2 kg de CO₂e por kilo de aguacate, lo que suele ser mucho menos que la huella de carbono que supone su cultivo”, afirman.
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Por otra parte, insisten en que los árboles del aguacate son plantas sedientas, que requieren una media de unos 1.000 litros de agua por kg, cantidad es superior a la de la mayoría de las frutas y verduras, pero inferior a la de algunos cereales como el arroz.
“Si bien el comercio del aguacate puede ayudar a las poblaciones locales al proporcionar ingresos a los agricultores, también son ellos los que están sufriendo el peso de los problemas ambientales”, asegura ese medio.
