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Verificado por Psychology Today

Trastorno por atracones (comer compulsivamente)

Revisado por el personal de Psychology Today

El trastorno por atracón implica el consumo recurrente de una gran cantidad de alimentos en un corto período de tiempo. Los episodios de atracones se asocian con comer más rápido de lo normal, comer hasta sentirse incómodamente lleno, comer grandes cantidades de alimentos cuando no se tiene hambre física y sentirse disgustado consigo mismo o deprimido después. Los atracones generalmente ocurren en secreto o de la manera más discreta posible. A diferencia de la bulimia, no hay purgas después de los episodios de alimentación; como resultado, los comedores compulsivos tienden a aumentar de peso y pueden tener sobrepeso u obesidad. Pero aunque los atracones están asociados con la obesidad, la mayoría de las personas obesas no se involucran en atracones recurrentes.

Casi todo el mundo come en exceso ocasionalmente y, a veces, según las circunstancias (como las celebraciones), puede ser culturalmente apropiado comer una gran cantidad de alimentos. Tales situaciones son ocasionales, sociales y festivas. Por el contrario, los atracones o comer en exceso compulsivamente reflejan un patrón de episodios recurrentes de atracones que implican una pérdida de control y causan una angustia significativa al individuo; las personas que se involucran en atracones a menudo se sienten deprimidas, disgustadas o avergonzadas por sus hábitos alimenticios. Además, los atracones implican consumir lo que la mayoría de la gente piensa que es una cantidad inusualmente grande de alimentos muy rápidamente, comer hasta el punto de sentirse incómodo, comer en secreto y comer incluso cuando no se tiene hambre.

El trastorno por atracón puede ser el trastorno alimentario más común en los Estados Unidos, donde hasta 4 millones de adultos luchan contra él. Es más frecuente entre las mujeres que entre los hombres en los EE.UU. y afecta a personas de todos los grupos raciales y étnicos. La afección se encuentra con mayor frecuencia entre las personas que buscan tratamiento para bajar de peso que en la población general. Se cree que alrededor del 15 por ciento de las personas levemente obesas, incluidas aquellas que intentan perder peso por su cuenta o con productos comerciales, padecen el trastorno.

Síntomas

El síntoma principal del trastorno por atracón son los episodios recurrentes en los que alguien come, en un período de 2 horas, una cantidad de comida significativamente mayor de la que la mayoría de la gente comería en circunstancias similares. Según el DSM, este episodio debe caracterizarse por la sensación de que uno carece de control sobre su conducta alimentaria. Además, el episodio debe caracterizarse por 3 o más de los siguientes:

  • Comer más rápido de lo normal
  • Comer hasta el punto de la satisfacción incómoda
  • Comer cuando no se tiene hambre física
  • Comer solo debido a la vergüenza por la cantidad de comida que uno está comiendo
  • Sentirse culpable, deprimido, avergonzado o disgustado consigo mismo

Para cumplir con los criterios del trastorno por atracón, los episodios de atracones deben ocurrir, en promedio, al menos una vez a la semana durante tres meses. El diagnóstico se puede clasificar en leve, moderado, grave o extremo según la cantidad de episodios de atracones por semana.

  • Leve: 1-3 episodios de atracones por semana
  • Moderado: 4-7 episodios de atracones por semana
  • Grave: 8-13 episodios de atracones por semana
  • Extremo: 14 o más episodios de atracones por semana

La afección generalmente comienza en la adolescencia o la adultez temprana, pero puede comenzar en la infancia o en la adultez tardía.

¿En qué se diferencia el trastorno por atracón de la bulimia nerviosa?

Los comportamientos de atracones también pueden ocurrir en personas que tienen el trastorno alimentario de bulimia nerviosa. Sin embargo, el trastorno por atracón es distinto de la bulimia nerviosa, porque las personas con bulimia a menudo realizan alguna actividad para evitar aumentar de peso después de comer en exceso. Pueden purgarse vomitando o usando diuréticos; pueden ayunar, no comer durante largos períodos de tiempo; o hacer ejercicio vigorosamente. Las personas con trastorno por atracón no se involucran en estos comportamientos después de un atracón y, por lo tanto, tienden a aumentar de peso como resultado de la afección.

¿Cuáles son las posibles consecuencias sociales del trastorno por atracón?

Las personas que comen compulsivamente en exceso a veces se aíslan de las reuniones públicas debido a su vergüenza y depresión por el trastorno. Pueden faltar al trabajo o a la escuela. Su capacidad para ocultar sus hábitos puede volverse tan buena que, a menudo, incluso las personas más cercanas a ellas no saben que tienen el trastorno; esto puede aumentar aún más los sentimientos de aislamiento y puede impedirles buscar tratamiento por vergüenza.

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Causas

Las causas del trastorno por atracón son en gran parte desconocidas. El trastorno parece ser hereditario, lo que puede reflejar una predisposición genética a desarrollar trastornos alimentarios o una preocupación familiar por la comida o el peso. Del mismo modo, algunos expertos sospechan que factores psicológicos como la baja autoestima, la mala imagen corporal, la inclinación por las dietas yo-yo o el estrés pueden desencadenar o exacerbar episodios de atracones. A nivel neurológico, se cree que el neurotransmisor dopamina desempeña un papel en ello; algunos estudios han descubierto que las personas que se involucran en conductas de atracones pueden tener niveles anormales de dopamina en el cerebro, aunque se necesita más investigación para solidificar esta conexión.

¿Qué factores psicológicos pueden desencadenar un episodio de atracones?

El antecedente más común de un episodio de atracones es la emoción negativa. Otros desencadenantes incluyen factores estresantes interpersonales, sensación de hambre o restricción por una dieta demasiado estricta, sentimientos negativos relacionados con la imagen corporal y aburrimiento.

Tratamiento

Hay varias opciones para las personas que desean ayuda para controlar su tendencia a comer en exceso. La terapia cognitivo-conductual (TCC) enseña a las personas a realizar un seguimiento de su consumo de alimentos y cambiar los hábitos alimenticios poco saludables; también ayuda a las personas a alterar la forma en que reaccionan en situaciones difíciles. La psicoterapia interpersonal (IPT, por sus siglas en inglés) ayuda a las personas a analizar sus relaciones con amigos y familiares y a realizar cambios en las áreas problemáticas que podrían estar desencadenando un comportamiento compulsivo. La terapia con medicamentos, como medicamentos estimulantes o antidepresivos, puede ser útil para algunas personas.

Si bien la TCC, la IPT y los medicamentos son efectivos, los investigadores continúan buscando estrategias terapéuticas más útiles. Otras vías potenciales incluyen la terapia dialéctica conductual (TDC), que ayuda a las personas a regular sus emociones; terapia farmacológica con el medicamento anticonvulsivo topiramato; ejercicio usado solo o en combinación con terapia cognitivo-conductual; y estrategias de autoayuda: libros de autoayuda, videos y grupos como Comedores Compulsivos Anónimos han ayudado a algunas personas a controlar los atracones.

Las cirugías para bajar de peso, como el bypass gástrico, se pueden usar para ayudar a alguien a controlar su peso. Sin embargo, si el problema psicológico subyacente no se trata o controla adecuadamente, dichos procedimientos pueden ser peligrosos para quienes comen en exceso. Es fundamental que las personas revelen sus conductas de atracones antes de la cirugía, algunas con este trastorno callan por temor a que revelar que lo padecen las descalifique para recibir el procedimiento, y discutan los pros y los contras de las intervenciones quirúrgicas con todos los miembros del equipo de tratamiento, incluidos psicólogos y nutriólogos. Los desafíos posteriores a la cirugía pueden provocar una recaída de las conductas de atracones.

Las necesidades exactas del tratamiento variarán de un individuo a otro. Es importante que cualquier persona que esté luchando contra un trastorno alimentario contrate a un profesional de la salud de confianza para que coordine y supervise la atención.

¿Cómo suele ser el tratamiento para el trastorno por atracón?

Muchas personas con trastornos alimentarios responden a la terapia ambulatoria, incluida la terapia individual, grupal o familiar, así como al manejo médico por parte de su proveedor de atención primaria. Los grupos de apoyo, el asesoramiento nutricional y los medicamentos psiquiátricos tomados bajo una cuidadosa supervisión médica también han demostrado ser útiles para muchas personas.

¿Qué medicamentos se usan para tratar el trastorno por atracón?

El medicamento para el TDAH lisdexanfetamina dimesilato  también está aprobado por la FDA para tratar el trastorno por atracón. Este medicamento puede ayudar a aumentar la dopamina en el cerebro, anulando la necesidad de aumentar la dopamina con la comida. Como muchos medicamentos estimulantes, también puede llevar a menos apetito como efecto secundario. Otros medicamentos que se usan para tratar el trastorno por atracón incluyen medicamentos para bajar de peso o antidepresivos, especialmente si los atracones ocurren simultáneamente con la depresión.

References
Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth Edition.
National Institutes of Health.
Conti, C., Lanzara, R., Scipioni, M., Iasenza, M., Guagnano, M. T., & Fulcheri, M. (2017). The Relationship between Binge Eating Disorder and Suicidality: A Systematic Review. Frontiers in psychology8, 2125. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2017.02125
Last updated: 04/01/2022