Cuando John Cena subió al escenario del Dolby Theatre como un Action Man de juguete haciendo side steps en un gimnasio. Lo único que evitaba un desnudo frontal completo era un sobre bastante grande que contenía las nominaciones al Oscar al mejor diseño de vestuario. “Los trajes son muy importantes”, bromeó de forma un tanto vulnerable ante los aplausos del público. “Es quizá lo más importante que hay”.
Su “disfraz” era básicamente el físico con que lo vemos en Wrestlemania, que también le ha valido papeles en superproducciones de Hollywood. Pero lo más importante es que llevaba dos prendas cuidadosamente seleccionadas. Mientras que su elección de calzado puede haber convencido a algunos espectadores de deshacerse de sus Birkenstocks de por vida, su otra pieza en exhibición sí que ha dado que hablar, y muy bien: el Rolex de Cena.
Se trata de su fiel Explorer II, un reloj-herramienta de 42 mm con esfera blanca, fácil de leer y muy resistente que Rolex presentó por primera vez en 1971, principalmente para exploradores polares que necesitaban saber la hora cuando se encontraban dentro del Círculo Polar Ártico. Cuenta con la importantísima escala de 24 horas alrededor del bisel, especialmente útil para saber la hora en días sin luz o en la oscuridad.
El Rolex Explorer II de John Cena, “conocido por su robustez y precisión en las condiciones más extremas, parece ayudarle a navegar con facilidad por la delgada línea entre la audacia y la elegancia”, dice el fundador de Bob's Watches, Paul Altieri.
Desde que 2017 Rolex puso su nombre sagrado en la Green Room, se ha convertido en la antesala de los Oscar, donde los presentadores y los ganadores se reúnen antes y después del anuncio de los premios para charlar, chocar los cinco y beber unas copas de champán. Quizá el truco de Cera les pareció una oportunidad para mostrar su lado más desenfadado. O tal vez no querían que TAG Heuer les adelantara por la derecha con el Carrera Plasma Diamant D'Avant-Garde con de diamantes cultivados en laboratorio que se puso Ryan Gosling durante su interpretación de I'm Just Ken.
“Sólo un verdadero explorador podría atravesar la noche más importante de Hollywood con un Rolex en la muñeca”, añade Altieri. “Fue un momento que tal vez redefinió el concepto de ‘vestirse para impresionar’, demostrando que a veces todo lo que se necesita es el accesorio adecuado, un espíritu de exploración y una pizca de audacia para causar una impresión atemporal”.
En cualquier caso, la ganadora es... bueno, Holly Waddington por su diseño de vestuario en Poor Things. Pero también Rolex, sin querer o queriendo.
