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Nicholas Galitzine y Taylor Zakhar Perez (Rojo, blanco y sangre azul): “Es muy raro hacer escenas de sexo con un amigo. Cuando terminábamos, decíamos alguna estupidez, en plan: ‘¡No me toques!”

Te presentamos a la pareja protagonista de la adaptación cinematográfica de Rojo, blanco y sangre azul, la novela romántica LGTBQ que se convirtió en un best seller por sorpresa.
Taylor Zakhar Perez y Nicholas Galitzine de Rojo blanco y sangre azul
En Zakhar Perez: cárdigan y camisa Polo Ralph Lauren, camiseta Heron Preston, bermudas Dior Men, zapatos Gianvito Rossi, calcetines American Trench, colgante Healers. En Galitzine: sudadera y bermudas Fendi Men’s, camisa Ami Paris, corbata Polo Ralph Lauren, zapatos Paul Smith, calcetines Uniqlo.

El té inglés de la tarde requiere cierto nivel de decoro. Pero en un hotel de South Kensington tan pijo que no tiene ni letrero en la fachada, Taylor Zakhar Perez y Nicholas Galitzine ignoran animadamente las normas tácitas de etiqueta cuando este último saca su teléfono.

“¡Tengo que encontrar ese vídeo!”, dice Galitzine, golpeando frenéticamente la pantalla. “Lo siento, es mi vídeo favorito de TikTok”.

Ambos protagonizan la película Rojo, blanco y sangre azul, adaptación de Amazon Prime de la novela de Casey McQuiston, absurdamente popular, sobre un romance clandestino entre el Príncipe Henry de Gales, a quien da vida Galitzine, y Alex Claremont-Diaz, el hijo de la presidenta de Estados Unidos, a quien interpreta Zakhar Perez. Dada la naturaleza internacional de la historia, estamos charlando sobre acentos —específicamente, de si Galitzine, que es británico, tuvo que adoptar un deje más aristocrático— cuando éste me rebota la pregunta. “¿Eres escocés”. Así es. La revelación enciende algo en su cerebro, y de repente se pone a buscar en TikTok.

Galitzine prácticamente vibra cuando por fin encuentra su preciado vídeo. En él, dos jóvenes escoceses encolerizados pierden los papeles cuando un paisano les dice que pronuncian ‘pie’ (tarta, pronunciado ‘pai’) como ‘peh’. “¡CÁLLATE LA BOCA, TE ODIOOOO!”, grita uno de ellos, con la cara roja de rabia. Es tan, tan tonto que te tronchas.

Zakhar Perez, de 31 años, y Galitzine, de 28, se parten de la risa ensimismados, sin darse cuenta de que el teléfono suena a todo volumen en una sala diminuta llena de turistas ricos. Un grupo de italianos trajeados murmuran molestos no precisamente en silencio desde la mesa de al lado, y Galitzine les ofrece rápidamente una disculpa avergonzada.

Romper con las correctas convenciones sociales resulta particularmente oportuno aquí. Rojo, blanco y sangre azul es una comedia romántica extremadamente ligera en la superficie, con dos personajes protagonistas que lidian secretamente con los problemas de enamorarse en el escaparate político más importante del mundo, pero también va de dos hombres liberándose de los moldes asfixiantes y heteronormativos de la sociedad tradicionalista.

Si nos guiamos por las redes sociales, hay todo un público entregado que espera con ganas la adaptación. Desde que la novela debutó en 2019, Rojo, blanco y sangre azul se ha posicionado como una de las mayores obsesiones literarias de TikTok (#redwhiteandroyalblue tiene cerca de 200 millones de visitas en el momento de la redacción). Zakhar Perez cuenta que se acabó el libro; Galitzine reconoce que no. “Al final, el guion es la Biblia”, razona.

Chaleco Paul Smith. Camisa Brunello Cucinelli. Pantalón Ferragamo. Zapatillas Converse.

Josh Wilks

Chaqueta y pantalón Versace. Camisa Margaret Howell. Corbata Polo Ralph Lauren. Zapatos Louis Vuitton Men’s.

Josh Wilks

Cuando hicieron la prueba para sus papeles, Galitzine leyó con otros posibles Alex, sin encontrar el ritmo con ninguno. Pero cuando se conocieron por Zoom para una lectura de química, los fuegos artificiales aparecieron de inmediato. El director Matthew Lopez percibió esa inusual conexión enseguida. Cuando ambos actores se reunieron para ensayar en persona por primera vez, Lopez recuerda dejarlos solos. “Volví como 10 minutos después y ya eran mejores amigos”, explica. “Era como si se conocieran de toda la vida”.

Zakhar Perez —“la quintaesencia del tío alto, moreno y guapo”, según Galitzine— lleva vaqueros y una camisa blanca de manga larga, con su cabello de mechones oscuros perfectamente peinado. Galitzine reproduce su paleta de color, pero con una camiseta y una gorra deportiva que esconde su pelo rubio. Dentro y fuera del set, ambos intimaban convirtiendo cada pequeño detalle en una competición boba: piques por minucias como quién es realmente más alto (“se supone que Alex es más bajo en el libro, ¡y luego llega este tío mierda de 1,88!”, dice Galitzine) o quién era capaz de terminar su escena en menos tomas.

De cerca y en persona son dos olas de caótica energía chocando entre sí. “Somos como el agua y el aceite cuando estamos juntos”, asegura Zakhar Perez. Se toman el pelo constantemente. Se empujan. Terminan las frases del otro y discuten como un matrimonio mayor. Si les das cuerda, estás perdido.

“No me gusta Nick”, bromea Zakhar Perez. “Pero le respeto”.

“¡Lo mío es al contrario!”, contraataca Galitzine. “No respeto su rollo, pero me cae muy bien”.

En Zakhar Perez: chaqueta Louis Vuitton Men’s, jersey Tod’s. En Galitzine: chaqueta Denzil Patrick.

Josh Wilks

Galitzine llegó a nuestra cita en muletas, protegiendo el pie que se lesionó en Londres, en el rodaje de su próximo proyecto, Mary & George, un picante drama de época sobre Mary Villiers, Condesa de Buckingham (a quien da vida Julianne Moore). “El trabajo que estoy haciendo”, se explica, “está ambientado en la Inglaterra jacobina, y llevamos un vestuario increíble, con esos tacones bajos pero contundentes. Hay una secuencia entera donde a mi personaje le humillan públicamente y tiene que salir corriendo y darle una paliza a un chaval”.

Según corría, el tacón de Galitzine resbaló en el suelo y se le dobló hacia dentro. “Me rompí el hueso del tobillo”, me cuenta. “¿Quieres ver un vídeo realmente asqueroso?”. Nos reúne alrededor de su teléfono para que veamos el pus chorreando de un absceso del tamaño de una fresa. “Esto es lo que pasa cuando haces tus propias escenas de riesgo”.

“Es lo que hay, cariño”, dice Zakhar Perez, poniéndose en modo protector, girado en un ángulo de 45 grados hacia Galitzine y el brazo apoyado en el respaldo de su silla.

Ambos actores han tomado caminos sinuosos para llegar adonde están. Zakhar Perez tuvo una infancia ajetreada junto a sus cinco hermanas y dos hermanos en el lado sur de Chicago. “Organicé la cena de Navidad hace dos años”, recuerda. “Todo el mundo pilló Covid, alguien tenía piojos, otros tenían infección de garganta… No sé quién se clavó un clavo oxidado en la playa y tuvieron que ponerle la vacuna del tétanos. Fue apocalíptico”. Su padre depositó grandes expectativas sobre sus hijos: uno tenía que ser doctor, otro tenía que ser abogado, explica Zakhar Perez, que, en un momento dado, hizo confiar a sus padres en que sería un triunfador —compitió en natación durante 10 años y se pasaba los fines de semana debajo de los coches, cambiando neumáticos en el taller de automóviles familiar (“He limpiado suficientes coches como para saber que lo odio”)—. Una escuela le ofreció una beca de natación, pero terminó yéndose a la Universidad de California a estudiar biología. El plan era hacer carrera en dermatología.

Pero no era lo que él quería.

“Mi padre estuvo destrozado durante mucho tiempo”, cuenta. “Creo que le ha pasado con muchas de mis decisiones”. De adolescente, se pasó un diciembre entero metido en un teatro público viendo a su hermana participar en Annie como unas 30 veces. Aquello finalmente inspiró a Zakhar Perez a meterse él mismo a actor. “Si sigo haciendo lo que quiere la gente y viviendo en el pasado, nunca voy a madurar ni a avanzar”, añade.

Al otro lado del Atlántico, los orígenes de Galitzine no fueron muy diferentes. Su madre emigró de Grecia y la familia echó raíces en Hammersmith, uno de los distritos más concurridos de West London. Comenzó dedicándose al rugby, pero tampoco le llenaba. “Crecí en un mundo muy masculino”, dice, “pero yo era un chaval muy sensible”.

En Zakhar Perez: polo MSGM, bermudas Gucci, ropa interior Polo Ralph Lauren. En Galitzine: polo Tommy Hilfiger, bermudas Polo Ralph Lauren, cinturón Anderson’s.

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Galiztine hizo sus pinitos en la actuación a los 18 años, cuando participó en el Fringe Festival de Edimburgo como protagonista de una versión de El despertar de la primavera que los organizadores no supieron vender. “Se titulaba Ritos: Una tragedia infantil”, explica. “Era muy problemático porque venían muchos niños al espectáculo, y nosotros pensábamos: ‘Esto no es para niños”. Galitzine estaba ansioso por hacer más cosas, pero cuenta que actuar afectó a su relación con sus pragmáticos padres, a quienes “les aterrorizaba la industria”.

No tuvieron mucho de qué preocuparse. A los veintipocos, Galitzine empezó a acumular papeles en películas y el año pasado protagonizó Corazones malheridos, un drama militar de Netflix que se convirtió en un loco fenómeno viral. Zakhar Perez también se curtió interpretando al interés romántico en un culebronesco pero exitoso romance de Netflix, dando vida al tercero en discordia en el triángulo amoroso de la saga Mi primer beso.

Zakhar Perez lo explica sin ambages: los dos son la quintaesencia del “novio de verano de Netflix”.

“¿Qué coño significa eso?”, interviene Galitzine.

“¿Prefieres que diga rompecorazones?”, contesta Zakhar Perez. “Pues somos rompecorazones”.

“Eso lo dices tú. Yo nunca me llamaría rompecorazones”.

Y aun así la etiqueta les encaja. Los dos tienen mandíbulas cinceladas y ojos penetrantes, como príncipes de Disney de carne y hueso.

El Príncipe Henry, el personaje de Galitzine, es en sí mismo una confusa mezcla de ficción entre los príncipes reales William y Harry —un estoico príncipe del pueblo que termina luchando contra el sistema en el que ha nacido—. “Uno de mis grandes miedos es sentirme incomprendido”, asegura Galitzine. “Henry tiene que vivir con eso cada día… Me parecía una bonita historia: alguien que durante toda su vida ha fingido ser otra cosa y llega esa persona que cambia su forma de ver la vida”.

Para interpretar a esa persona, Alex Claremont-Diaz, el ambicioso y temperamental hijo de la primera presidenta de los Estados Unidos (a quien da vida Uma Thurman), Zakhar Perez buscó inspiración en El ala oeste de la Casa Blanca, sobre todo en el personaje de Rob Lowe, Sam Seaborn, el idealista pero falible subdirector de comunicación de la Casa Blanca. “Él es probablemente quien Alex querría ser”, dice Zakhar Perez.

En ambos: abrigo Ferragamo. En Zakhar Perez: calcetines American Trench. En Galitzine: calcetines Uniqlo, anillos Clocks + Colours. El resto de prendas de ambos looks, en imágenes anteriores.

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A medida que nuestro té se enfría y nuestro tiempo se agota, hablamos rápidamente sobre cómo fue rodar las escenas más íntimas de Rojo, blanco y sangre azul. Para luchar contra la incomodidad de estar rodeados de todo un equipo de rodaje, Zakhar Perez y Galitzine se susurraban bromas e intentaban hacerse reír. “Había un coqueteo juguetón que nunca derivó en nada inapropiado. Me encantó formar parte de esa dinámica tan encantadora”, dice Robbie Taylor Hunt, el coordinador de intimidad de la película. “Pero también se trataron el uno al otro como colegas creativos de una forma amable y colaborativa”.

“Hay mucha coreografía en el sexo… en las escenas sexuales”, dice Zakhar Perez, riendo al recordar la cantidad de tiempo y energía (y los ocasionales colchones inflables) que requerían los ensayos. “Es muy raro estar en una actitud tan íntima con un amigo”, dice Galitzine. “Y queremos que la gente se enamore de estos personajes, porque su amor tiene que ser real”.

“Durante los ensayos bajábamos las defensas”, añade Zakhar Perez. ¿Y qué pasaba cuando gritaban “corten”? “Decíamos alguna estupidez, en plan: ¡No me toques!”.

Iana Murray es una periodista afincada en Londres.

Este artículo se ha publicado originalmente en GQ.com y aparece en el número de verano 2023 de GQ bajo el título Hot Boys.


CRÉDITOS DE PRODUCCIÓN:
Fotografías: Josh Wilks
Estilismo: Martin Metcalf
Peluquería y maquillaje: Bjorn Krischker de The Wall Group con productos SOHO SKIN (Zakhar Perez) y Paul Donovan con productos Patricks (Galitzine)
Sastrería: Joel Ryan
Producción: Bijal Shah