Cuidados

Sentía cansancio extremo, pero lo que me faltaba no eran horas de sueño, sino vitamina D

Durante meses me sentí sin energía alguna durante el día, no me podía concentrar, y hasta se me caía el pelo más de lo habitual. Pero no era por las razones que creía.
cansancio extremo
‘Lucifer’ (Netflix)

Sentir cansancio extremo parece estar a la orden del día en los últimos años. El estrés, la ansiedad, familia, trabajo… Dormir y descansar realmente por las noches a veces parece misión imposible. Pero ese no era mi caso, al menos del todo.

Durante meses pasé por un agotamiento como nunca había experimentado, empezó poco a poco hasta llegar al punto de que a mediodía se me había acabado la energía, a lo que luego se sumó la falta de concentración total en el trabajo (a veces escribía y tenía que revisar mil veces lo que ponía porque ni me acordaba) y una fuerte caída del pelo fuera de la época habitual.

Lo raro era que dormía mis 8 horas diarias y descansaba bien. Claro, luego durante el día el estrés se apoderaba, así que atribuía el bajón a ello y al no poder parar en todo el día. Era normal, algo pasajero. Pues no, no lo era.

Durante el año me había hecho una analítica normal con mi médico de cabecera, pero no fue hasta el verano, cuando por otras razones acudí al endocrino, cuando me enteré de que tenía déficit de vitamina D, una vitamina-hormona increíblemente importante para nuestra salud diaria y de la que hasta un 90% de la población puede sufrir insuficiencia y muchos ni lo saben.

“Lo raro es que una persona sepa que tiene un déficit de vitamina D por los síntomas”, nos explica Isabel Viña Bas, residente de Endocrinología y Nutrición y fundadora de IVB Wellness Lab. “Esto se debe a que los síntomas son tan “sutiles” que se suelen confundir con cansancio o el estilo de vida actual. Así, los síntomas más comunes y sugestivos de déficit de vitamina D son: dolores óseos, debilidad muscular y en niños, retraso del crecimiento, arqueamiento de las piernas, estado de ánimo bajo…En casos de deficiencias más graves de vitamina D (valores sanguíneos por debajo de 10ng/mL) puede haber mayor tendencia a padecer infecciones recurrentes, especialmente infecciones respiratorias”.

A esto se suma también caída del pelo, alteraciones del estado de ánimo (estados depresivos, ansiosos, intranquilidad mantenida, problemas de sueño…), aunque no tienen que darse todos, por supuesto.

Sin embargo, conocer nuestros niveles de vitamina D cobra importancia más allá de estos síntomas. “Hasta hace 10 años la única importancia que se le atribuía a la vitamina D era su papel en la adecuada salud ósea gracias al aumento de la absorción intestinal del calcio y fósforo que produce. Sin embargo, actualmente se sabe que la vitamina D codifica hasta 1/3 del genoma y que participa en funciones tan claves como la modulación del sistema inmune, de diferentes vías implicadas en la protección de desarrollo de cáncer, como el cáncer de colon, o la modulación de hormonas y neurotransmisores implicados en el neurodesarrollo y estado de ánimo”, comenta la Dra. Viña.

El Dr. Antonio Hernández, médico formulador de Be Levels, marca española de complementos alimenticios, añade que “normalmente el déficit de vitamina D puede tener un impacto directo en el correcto funcionamiento del sistema inmune, es por ello que determinados estados inflamatorios asociados a la fatiga crónica, patologías autoinmunes o síndrome asociados a la inmunosupresión pueden exacerbar como consecuencia del déficit de vitamina D. Igualmente, la vit D actúa a nivel neuronal y ante la existencia de un déficit profundo puede existir mayor predisposición a trastornos neurocognitivos así como ansioso-depresivos”

¿Y cómo podemos saber si tenemos niveles bajos?

Única y exclusivamente a través de una analítica y pidiéndole a nuestro médico que se mida esta prohormona. “Esta prueba la pueden solicitar tanto los médicos de familia como todos aquellos médicos implicados de alguna manera en las diversas funciones de esta hormona-vitamina, como son los endocrinos, reumatólogos, pediatras, ginecólogos, geriatras, traumatólogos o internistas. La decisión última de la solicitud de los valores sanguíneos de vitamina D reside en el médico que, tras valorar las condiciones individuales de cada persona que va a su consulta, decide si, a su criterio, conocer el estatus de vitamina D es clave para conocer mejor la situación de salud del paciente, o si su determinación le puede ayudar en el proceso diagnóstico o terapéutico.

Eso sí, el paciente puede, y es su derecho, conocer, en el caso de que no se le solicite, el porqué de la no solicitud. Y es el médico quien debe ofrecer la información pertinente a por qué no considera necesario realizar la medición de la vitamina D”, dice la experta, pero también agrega que “hay diversas situaciones dónde casi con toda seguridad se debería medir la vitamina D, como son personas con dolores óseos sugestivos de déficit de vitamina D, mujeres en etapa de la menopausia, personas con enfermedad celíaca o síndromes malabsortivos (pancreatitis, fibrosis quística), personas con antecedentes de caídas y fracturas aparentemente no traumáticas, mujeres embarazadas y lactantes, personas con ingesta de determinados fármacos como los glucocorticoides, niños y adultos con un índice de masa corporal por encima de 30 kg/m2…”


¿Qué niveles indican déficit de vitamina D?

Aquellos valores por debajo de 30ng/mL indican insuficiencia, y según explica la propia analítica, por debajo de 20ng/mL se consideraría deficiencia (en mi caso tenía 14,1 ng/mL). El tomar alimentos ricos en esta vitamina y tomar sol unos minutos al día a veces no resulta suficiente o seguro, y por ello el médico puede recomendar suplementos que aseguren que se toman las cantidades diarias suficientes para que los niveles vuelvan a la normalidad.

El Dr. Hernández hace hincapié en que “no recomendamos la inclusión de la suplementación de la vitamina D a menos que se verifique la concentración de dicha vitamina baja en sangre”. Es decir, si te sientes cansado o tienes dolores musculares y crees que por tus hábitos podrías tener vitamina D baja, acude a tu médico para que realice las pruebas pertinentes. Puede que tus síntomas se deban a eso o a otra cosa, y recurrir a suplementos si no es necesario puede ser contraproducente.

Vitamina D3 + K2 de Be Levels - Cápsulas veganas (2000UI)

¿Cuánta vitamina D debemos tomar?

Si buscas suplementos de esta vitamina, puedes encontrar de todo un poco, pero no todas las dosis son buenas ni aconsejables según los expertos. Como explica Hernández “la cantidad diaria recomendada por la guías médicas son entre 400-800 UI unidades diarias, aunque es cierto que cada vez hay más estudios que demuestran que existe déficit de vitamina D en muchos rangos de edad de población y que quizá dichas dosis se quedarían cortas. No asumimos prudente elevar nuestras cápsulas a la cantidad de 4000-5000 UI que se pueden encontrar en otros formatos, de esta forma la cantidad recomendada por el facultativo es más fácil de controlar con dosis de 2000 UI”.

Además, de acuerdo con Viña “en cuanto a la necesidad de tomar más dosis en función del grado de deficiencia de vitamina D, no hay ningún protocolo definido para ello. Sin embargo, puesto que los niveles de vitamina D no han bajado de un día para otro, tampoco debería haber prisa para subirla. Lento pero sostenido en el tiempo siempre será mejor que rápido e intermitente. Es mucho más importante mantener los niveles conseguidos que conseguirlos rápido y luego permitir que descienda al abandonar su toma (que es lo que suele suceder al tomar grandes cantidades de vitamina D, que no se pueden sostener en el tiempo).

¿Cuánto tiempo hay que tomar complementos?

Esta fue una de las dudas cuando me diagnosticaron el déficit. ¿Debo tomarlo solo en invierno? ¿Hasta que me haga otra analítica y salgan los valores normales? No.

“Una vez que ha habido una insuficiencia o deficiencia de vitamina D la toma debería ser de manera más o menos crónica. Ya que, una vez que se ve analíticamente una insuficiencia de vitamina D sin tener una causa definida, el origen de dicha insuficiencia es multifactorial (influye tanto la polución, la inclinación de los rayos del sol sobre la tierra, disruptores hormonales a nivel cutáneo y múltiples vías metabólicas implicados en los diversos pasos de absorción activación y transporte de vitamina D).

Así, es muy complicado saber con seguridad en cuántas partes de la vía metabólica de síntesis de vitamina D tenemos nuestros “problemas” y si solo la tomamos durante un periodo de tiempo, como en invierno, asumimos que la única causa de no conseguir los niveles de vitamina D es la falta de sol, cuando en realidad pueden (y probablemente lo sean) muchas más causas. Así, ante la duda, la toma crónica de cantidades adecuadas de vitamina D es perfectamente segura, e incluso recomendada, dada la más que frecuente insuficiencia de vitamina D en la población general, incluyendo niños y adolescentes”, resume la doctora Viña.

Suplemento Vitamina D3+K2 de IVB Wellness Lab - Cápsulas veganas sin azúcar (1000UI)

La importancia del K2 y el magnesio

Otra de las cosas que aprendí es que es fundamental tomar la vitamina D junto con la K2, y no todos los suplementos incluyen esta última. La vitamina K2 “evita que el calcio dietético que absorbemos gracias a la vitamina D3 se acumule en las arterias, en vez de dirigirse a los huesos, dónde debe estar constituyendo el esqueleto óseo”, explican desde IVB Wellness Lab.

Además, el magnesio también juega un papel importante y ya que “los niveles adecuados de magnesio intracelular son claves para un correcto funcionamiento de la vitamina D en varios puntos: aumenta la absorción intestinal de vitamina D, ayuda al transporte de la vitamina D en la sangre y ayuda a que se active esa vitamina D en el hígado y riñones permitiendo que, finalmente tengamos la vitamina D activa que es la verdaderamente funcional: 1,25 dihidroxivitamina D3 o calcitriol”, concluye Viña. Ahora bien, siempre necesitaremos conocer sus valores mediante un análisis.

Los efectos de los correctos niveles de vitamina D

Depende de cada caso ya que como recuerda Hernández, “​​en muchas ocasiones no tenemos por qué esperar ningún tipo de efecto beneficioso a efectos clínicos puesto que hay muchísima población que tiene los niveles de vitamina D baja y aún no tiene ninguna sintomatología asociada”.

En mi caso, que sí tenía síntomas como cansancio extremo, falta de concentración, o caída del cabello, la mejora fue increíblemente rápida sobre todo en las dos primeras situaciones. Y si mi endocrina no hubiera pedido medir esta vitamina, tal vez hubiera seguido con los síntomas más tiempo pensando que eran por estrés o dormir mal aunque no me diera cuenta.

Pero como recuerda el experto, “principalmente prevenir la caída de la vitamina D en sangre tiene un potencial terapéutico preventivo como en el caso de las mujeres a partir de la menopausia donde es importante asegurar las concentraciones adecuadas de vitamina D para la correcta densidad mineral ósea y que en el futuro no haya osteoporosis. Esto lo podríamos aplicar a muchos procesos que pueden aparecer a largo plazo cuando se extiende dicha concentración baja de vitamina D aunque existen algunos síntomas y signos clínicos asociados a la depresión del sistema inmune que pueden revertirse a corto plazo si parcialmente se encuentran vinculados al déficit de vitamina D”.

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