Relojes

¡Sorpresa! Vuelve el legendario Piaget Polo

Con motivo del 150 aniversario de la marca, Piaget reedita el reloj más importante e icónico de su archivo.
¡Sorpresa Vuelve el legendario polo Piaget
Piaget Polo 79: Cortesía de Piaget.

Este artículo sobre el Piaget Polo se publicó originalmente en GQ.com.

El predominio de los relojes deportivos de acero —especialmente los diseñados por Gérald Genta, como el Patek Philippe Nautilus y el Audemars Piguet Royal Oak— está desapareciendo entre los coleccionistas. Los hombres experimentan con relojes llamativos que no desentonarían en un joyero. Además, el país se encamina hacia unas elecciones a cara o cruz entre un republicano populista y un demócrata en el poder. El año es 1979, pero también podría ser 2024. Porque, además, een ambos momentos Piaget lanza su reloj definitivo: el Piaget Polo. Una vez más.

Para celebrar el 150 aniversario de la marca, Piaget presenta el Polo 79, una versión fiel de un reloj que en su día lucieron Miles Davis, Andy Warhol y Björn Borg. “Es un icono atemporal”, afirma Alain Borgeaud, Director de Patrimonio de Piaget. Pero el Polo, al que han insuflado un vigor renovado 45 años después, es también el reloj adecuado para este momento. El nuevo Polo 79 es un reflejo del original en casi todos sus aspectos (más sobre esto después): “El reto consistía en respetar el encanto de la pieza original y, al mismo tiempo, actualizarla”, explica Benjamin Comar, Director General de Piaget.

El diseño en oro macizo, marcado por la alternancia de gallones —esos brillantes badenes a lo largo de la caja, la esfera y los eslabones que crean el efecto de que la pulsera fluye ininterrumpidamente a todo lo largo de la muñeca— conviertee al Polo 79 una escandalosa pieza de pulsera unisex, apta para un hombre o una mujer con posibles. “El Sr. Piaget suele decir: 'Es una pulsera reloj, no un reloj pulsera”, afirma Borgeaud. “Es una joya que da la hora”.

El nuevo Piaget Polo 79, in all its gadrooned glory.

Cortesía de Piaget

Al igual que en su última aparición, el Polo 79 es también un ejemplo del cambio que está experimentando el mundo de la relojería en cuestión de gustos, de la simplicidad del acero inoxidable a piezas más vistosas. Y ninguna marca personifica mejor el cambio que Piaget: “He visto a Piaget encenderse con todo el mundo”, dice Gai Gohari, coleccionista y marchante de relojes Piaget, sobre las piezas vintage de la marca. “Tienen textura, color y forma: te hacen feliz” (Gohari tampoco es el único coleccionista que tiene a Piaget en su lista de favoritos).

El Polo original no sólo fue un éxito, sino que fue —y sigue siendo— el reloj más importante de la historia de Piaget. Al ser el primer reloj Piaget en tener un nombre, catapultó la reputación de la marca en América. Los clientes entraban en las joyerías preguntando por el Polo sin saber que procedía de Piaget. Comercializado como “el reloj más caro del mundo”, según Borgeaud, se vendía por unos 20.000 dólares, unos 90.000 al cambio actual. “[Nuestros clientes] quieren ser exquisitos, incluso en el deporte”, explicó Yves Piaget, presidente de la firma, cuando se lanzó el Polo original.

El nuevo Polo 79 ha sido actualizado pero sigue manteniendo su exquisitez original. El famoso y delgado movimiento de cuarzo ha desaparecido, sustituyéndose por un esbelto movimiento automático. La caja es más grande: el original medía 34 milímetros o menos (dependiendo de la versión), mientras que el Polo 79 mide 38 milímetros. Personalmente, me gustaría que el reloj tuviera el tamaño de original, pero entiendo, a regañadientes, por qué Piaget ha optado por aumentar el tamaño: más grande significa más oro, más estilo y, como señala Comar, más atractivo para los compradores de relojes convencionales.

Si parezco quisquilloso, es porque amo Piaget. El nuevo Polo 79 supone un clavo en el ataúd del largo y tedioso reinado del reloj deportivo de acero. Aunque su extravagancia no sea de tu gusto —este reloj es tan sutil como un Elton John disfrazado—, hay que admitir que la elección del Polo requiere al menos la presencia del gusto.

El reloj es toda una lección sobre cómo defender tu punto de vista en lugar se seguir al rebaño, y apela al creciente número de coleccionistas que, como yo, quieren algo nuevo. Nos han encantado las formas extravagantes de Cartier (el Crash, el Pebble, el Asymétrique), los relojes de Patek después del cuarzo y, como mencionó Gohari, los brillantes archivos de Piaget. Relojes, como el Polo, que no temen ser divertidos. Como ya comprendió Yves Piaget es su día, estamos hambrientos de más joyas que den el tiempo.

Cam Wolf es redactor jefe de estilo en GQ.