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Su nombre proviene de la expresión española ‘piedra de la ijada’ ya que, durante siglos, se creyó que este mineral curaba los dolores de esta parte del abdomen.

Si bien en Europa del este existen grandes yacimientos, en Asia ha sido en donde la jadeíta ha tenido protagonismo. Desde las civilizaciones antiguas que cultivaron sus tradiciones y saberes artesanales hace más de cinco mil años, pasando por dinastías y llegando a las actuales industrias de la belleza china y japonesa, han girado en torno a la explotación y transformación de este silicato de color verdoso que se forma en rocas ígneas y metamórficas.
Desde armas, ornamentos y talismanes con fines protectores han sido algunos de los usos mayormente dados a esta roca por los pueblos ancestrales.

A este lado del Atlántico, por su parte, fueron las culturas precolombinas mesoamericanas las que diseminaron el empleo de este silicato. En Guatemala, por ejemplo, los olmecas destinaban los ejemplares más grandes para ser tallados en forma de máscaras protectoras.

“Hace siglos, los artesanos chinos que trabajaban el jade se dieron cuenta de que los ejemplares de este mineral que llegaban de Birmania eran más duros y densos, y que tenían mejor brillo al pulirse. Esta variedad (jadeíta) se convirtió en la más apreciada en China”, se lee en el fascículo número 21 de la colección Minerales de la Tierra que llega cada semana con EL TIEMPO.

Por ello se dice que los antiguos artesanos se anticiparon al descubrimiento que muchos años más adelante realizó el mineralogista francés Alexis Damour, quien en 1863 anunció la diferenciación entre la jadeíta y la nefrita; mientras la primera es un piroxeno formado en rocas ígneas y metamórficas, la segunda es un anfíbol formado en rocas metamórficas y plutónicas.

Ambos ejemplares tienen propiedades físicas similares y solo los expertos son capaces de distinguir entre una y otra. Para complementar la formación de los aficionados a los minerales, esta entrega de Minerales de la Tierra incluye un compendio de las unidades de medida más importantes y empleadas en el ámbito científico, y una detallada explicación sobre las montañas.

Minerales de la Tierra. Jadeíta y la muestra de la roca legítima llegarán este jueves por un costo de 28.900 pesos (incluye el fascículo y la piedra). Los interesados en adquirir la colección completa a un precio de 1’383.900 pesos para suscriptores, y de 1’615.000 pesos para no suscriptores, podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/mineralesdelatierra o llamando en Bogotá al 4 26 6000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990.