48 horas en Helsinki

En busca de los imprescindibles de uno de los centros neurálgicos del diseño, rodeados de arte, arquitectura contemporánea, historia y mucha naturaleza.
1. Finlandia
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Como si se tratara de un diálogo constante entre tradición y progreso, en la capital finlandesa conviven los entornos más campestres y rurales con los edificios o servicios más innovadores. En este recorrido de 48 horas por Helsinki, además, apenas hay colas, visitas abarrotadas de turistas o listas de espera… Helsinki es todavía un destino muy poco masificado que puede disfrutarse sin prisa ni estrés, de forma tan relajada que sus saunas o sus cafés y bares con vistas son parte integrante de la experiencia. ¡Empezamos!

VIERNES TARDES: EL CENTRO DESDE LA BAHÍA DE TÖÖLÖ

Dedicaremos la tarde del viernes a patearnos el centro de la ciudad, partiendo desde la bahía de Töölö, uno de los lugares más famosos e importantes de Finlandia. Aquí se funden algunas de las principales vistas de la metrópoli con los parques más bonitos, como el Hesperia, situado al otro lado de la calle Helsinginkatu, en el que se encuentra la Sala Finlandia de Alvaro Aalto (actualmente en obras). Siempre echando la vista hacia ese lado, podemos observar un jardín invernal, la fuente de la bahía o la Casa de la Ópera. Mientras que, paseando desde la carretera de Linnunlauluntie por los trayectos de las vías, podemos contemplar unas viejas villas, así como unas casitas de madera.

Biblioteca Oodi.

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Luego, alcanzamos el que, desde 2018, puede definirse como el nuevo refugio de lectores de los finlandeses ―las personas más literarias, según una votación de la ONU en 2016―: la biblioteca Oodi (oda, en castellano). Alejada del concepto tradicional de biblioteca, acoge, además de las clásicas salas, una cafetería, un restaurante, un cine, un estudio de sonido y cine, así como una gran terraza pública, con una vista privilegiada de la ciudad, en el último piso. Este último se conoce como “el cielo del libro”, de hecho, visualmente, se parece a un cielo lleno de nubes blancas en formas onduladas. A pocos metros puede admirarse también el Museo de Arte Contemporáneo de Kiasma, otro hito arquitectónico de Helsinki.

De dos de los símbolos más modernos de la capital finlandesa nos dirigimos al más icónico, su catedral luterana, a la que se accede subiendo por una enorme escalinata. Blanca, de cúpulas azules y con columnas externas, alberga en su tejado las esculturas de los doce apóstoles y en su interior, un retablo donado por el zar Nicolás I (al que se dedicó el templo cuando fue construido entre 1830 y 1852), donde se muestra el entierro de Jesucristo.

Seguimos nuestra visita rumbo a otro imprescindible: la catedral Uspenskij. De estilo ruso, de color rojo, con 13 cúpulas (verdes y doradas), en representación de Jesús y de sus doce apóstoles, fue declarada en 1991 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, siendo la mayor iglesia ortodoxa de Europa Occidental. Impresiona también una vez dentro, con sus intrincados mosaicos, sus columnas de mármol, los elaborados frescos sobre escenas de la Biblia o las grandes lámparas doradas que cuelgan del techo, entre otros elementos.

Catedral Uspenskij.

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Tras haber contemplado los principales templos, nos mezclamos entre locales y turistas en el mercado Kauppatori. Tanto en los puestos al aire libre como en el área cubierta es posible adquirir algunos de los productos más típicos del país, desde gorros y bufandas de lana, para afrontar los duros inviernos, hasta artículos de piel de reno, pasando por los ‘muikku’ (pescaditos fritos).

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Siempre en esta plaza, es posible fotografiar la fuente de Havis Amanda (actualmente en obras), que simboliza el renacimiento de Helsinki tras la ocupación rusa; un obelisco coronado por un águila de bronce de dos cabezas conocido como ‘Keisarinnankivi’ (la piedra de la Zarina), que fue construido en 1935 tras la visita del Zar Nicolás II y la Zarina Alejandra a la capital finlandesa; el Palacio Presidencial ‘Presidentinlinna’; y la sede del ayuntamiento de la ciudad desde 1913, un edificio de fachada azul.

SAUNA Y CENA

Antes de ir a cenar, hacemos una pausa relajante en una sauna (se aconseja reservar previamente). Si se quiere alcanzar una buena opción andando, Allas Sea Pool es muy recomendable, sobre todo porque cuenta con una piscina y es ideal para ir con toda la familia.

Nuestra otra sugerencia (desde Kauppatori se puede coger el bus) es Löyly, “uno de los 100 mejores sitios en el mundo”, según The New York Times. En verano cuenta con una salida directa al Mar Báltico a través de unas escaleritas, mientras que, en invierno, con un agujero en el medio del mar helado, para los más valientes que quieran buscar allí refrigerio tras la sauna. Los menores de 18 años son bienvenidos, aunque ofrece un ambiente menos familiar que la primera.

Löyly.

Visit Finland

Si se ha elegido esta última propuesta, se puede terminar el día en el cercano restaurante tradicional y decorado al puro estilo marinero Salve. Su especialidad es el arenque báltico frito, si bien el wiener schnitzel (escalope vienés) o el steak tartar también son otros de sus hits.

Si por el contrario, se ha preferido hacer la sauna en Allas Sea Pool, se puede reservar una mesa en Kappeli. Situado en el parque Esplanadi, cuenta con una bella y amplia terraza acristalada, desde la cual se puede observar el bullicio de esta zona, mientras se saborea un delicioso plato de salmón, una generosa sopa de champiñones o un suculento pastel de arándanos.

SÁBADO MAÑANA: LOS ALREDEDORES

Dedicamos la media jornada del sábado a conocer Helsinki desde otro punto de vista, más alejados de los ritmos de la urbe. Los amantes de la naturaleza no deben perderse el Parque Nacional de Nuuksio y, si se es más de mezclar naturaleza con planes culturales, lo mejor es alcanzar las islas de Seurasaari y Suomenlinna.

Antes, hacemos una parada técnica para coger fuerzas en la histórica pastelería cafetería Fazer Kluuvikatu, creada en 1891, que cuenta con una parte del obrador visible al público. Especializada en desserts franco-rusos, también vende pan y sirve almuerzos o brunches.

Centro de Naturaleza Finlandés Haltia.

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Nuestro ‘Plan A’, Nuuksio, brinda la oportunidad de poder refugiarse y practicar senderismo en entornos naturales salvajes a poca distancia de la capital finlandesa. El parque nos da la bienvenida con espectaculares paisajes muy típicos de este país, protagonizados por hermosos lagos, bosques verdes y rocas escarpadas. El recorrido rojo es apto para toda la familia, incluso hay acceso en silla de ruedas a las zonas de Haukkalampi, Kattila y Haltia.

En esta última área se puede visitar asimismo, el Centro de Naturaleza Finlandés Haltia, situado en un moderno edificio realizado por los arquitectos Lahdelma y Mahlamäki ltd, con el profesor Rainer Mahlamäki como el principal diseñador. Además de albergar exposiciones, ofrece una tienda de regalos, un restaurante, instalaciones para reuniones, una sauna ―al aire libre en plena naturaleza―, así como un mirador accesible.

Museo Seurasaari.

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Si se ha optado por el ‘Plan B’, la excursión a Seurasaari ofrece una experiencia muy atractiva para sumergirnos en la cultura y costumbres de Finlandia, rodeados de un ambiente rural, densos bosques, paz y tranquilidad, gracias a su Museo al aire libre. Este permite ver de cerca antiguos edificios y casitas de madera, transportados desde otros lugares del país escandinavo y colocados aquí, mientras se disfruta al mismo tiempo, de una gran variedad de fauna, especialmente de aves, y también de ardillas rojas y liebres.

Luego, dejaremos las construcciones típicas finlandesas para meternos de lleno en algunos escenarios de película, al más puro estilo Juego de Tronos o Vikingos. Es decir, desembarcamos en la isla de Suomenlinna (castillo finlandés, en finés), declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1999.

Se trata de una fortaleza construida por la monarquía sueca en 1748, como protección contra el expansionismo ruso, y posada en manos de los rusos desde 1809 (tras la Guerra de Finlandia) hasta 1917 (año de la independencia del país escandinavo). Su plato fuerte es el Vesikko, un submarino finlandés utilizado por la marina alemana entre 1933 y 1934 en la zona del archipiélago de Turku, al que se puede acceder, para vivir en primera persona cuán angustioso puede llegar a ser alojarse y operar en uno de ellos.

Isla de Suomenlinna.

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SÁBADO TARDE: VUELTA A LA CIUDAD, ENTRE VERDE Y JOYAS ARQUITECTÓNICAS

Por la tarde, volvemos a la urbe, pero seguimos aún rodeados de verde, paz y tranquilidad. Antes de alcanzar nuestros próximos destinos, hacemos una merienda al puro estilo finés: chocolate caliente con nata montada y pastel de arándanos, en Café Regatta, una cafetería ubicada en una pequeña cabaña de troncos rojos a orillas de la bahía de Taivallahti, desde hace 135 años.

Tras haber disfrutado del paisaje desde la mesa columpio y habernos sacado una foto para el recuerdo, nos dirigimos a ver la cercana escultura en homenaje al músico local Jean Sibelius. El diseño está formado por varios tubos de acero huecos soldados juntos, imitando a una ola y, al lado, se sitúa una efigie del compositor. Es posible entretenerse logrando sonidos acústicos especiales a través de los tubos, mientras que, si se visita este lugar en un día ventoso, será el mismo viento que producirá unas melodías muy sugestivas.

Escultura en homenaje al músico local Jean Sibelius.

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Proseguimos nuestro paseo hacia la Iglesia luterana de Temppeliaukio, meta de arquitectos y apasionados de la música por igual. Su peculiaridad arquitectónica consiste en que su interior está excavado en la roca y al mismo tiempo, está bañado por la luz natural que entra a través de su cúpula acristalada. Asimismo, este templo se usa con frecuencia también como local de conciertos, debido a su excelente acústica, que se ha logrado gracias a las superficies de roca rugosa que permanecieron prácticamente sin labrar. Este detalle no estaba en el proyecto original, siendo una aportación del director de orquesta Paavo Berglund y el acústico Mauri Parjo.

Otro imprescindible para cualquier arquitecto que visite Helsinki es la cercana Sala Finlandia (actualmente en obras). Este centro de congresos es todo un icono del estilo finlandés en el mundo, habiendo sido creado completamente, hasta el mínimo detalle, por Alvar Aalto. Completado en los años setenta, en 2011 fue ampliado con nuevas instalaciones para exposiciones y congresos. De color blanco y presidiendo la la bahía Töölönlahti, es uno de los mayores ejemplos de edificios minimalistas, funcionales y sostenibles.

Sala Finlandia.

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Casi enfrente, podemos tomarnos una foto en el Parlamento de Finlandia, diseñado en un estilo clásico de los años 1920. En su fachada exterior, hecha de granito rojizo de Kalvola, se erigen catorce columnas en estilo corintio. Posteriormente, se añadieron un anexo de la biblioteca, completada en 1978, y otro edificio separado de oficinas completado en 2004.

COPA CON VISTAS Y CENA

Antes de ir a cenar, vamos a tomar algo en la azotea del hotel Torni, en Atelje bar, un sitio que puede presumir, sin duda, de tener las mejores vistas en 360 grados de Helsinki. No se paga entrada y los cócteles (de tamaño bastante más reducido al que estamos acostumbrados) tienen un precio medio de 15 euros cada uno. No suele haber colas ni es necesario reservar… En resumen, lo que suele ser habitual cuando se visitan destinos aún no tan masificados, en los que algunos lugares todavía pueden definirse como ‘secretos’.

Ahora ha llegado el momento de cenar. Vamos rumbo al restaurante Kolme Kruunua, una opción tradicional y de ambiente familiar, especializada en recetas de la cocina escandinava. Entre los imprescindibles de la carta, sobresalen las albóndigas caseras, las propuestas con salmón o el pastel de arándanos.

Fachada de Stockmann frente a Three Smiths Statue.

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DOMINGO: SHOPPING

Ir de compras, sobre todo en busca de objetos de diseño local, es una de las cosas que no se puede dejar de hacer en nuestras 48 horas en Helsinki. Antes, repostamos energía en el Cafè Sucess que, conquista paladares desde 1957 con sus enormes y deliciosos cinnamon rolls.

Luego, tras unos 15 minutos de camino, alcanzamos uno de los puntos cardinales de la ruta del shopping: la tienda de Iittala en Esplanadi. Y aprovechamos para conocer un poco más a fondo esta zona, una de las más vivas de la capital finlandesa, con la música de los artistas callejeros como banda sonora.

Otra de las paradas obligadas son los centros comerciales Kamppi y Stockmann. La tienda insignia de este último, en pleno centro, cuenta con 50.000 m² de superficie y más de 13 millones de visitantes cada año. Mientras que, Kamppi, además de ser una opción muy recomendable para adquirir artículos locales o artesanales de moda, decoración y hogar, es también un sitio a tener muy en cuenta por su última planta dedicada a la restauración, sobre todo de cara a la temporada de otoño-invierno, cuando el clima no acompaña.

Iglesia de Kallio.

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Finalmente, damos un paseo por el barrio de Kallio, por sus tiendecitas de mapas viejos, discos o ropa vintage; o por el mercado de Hakaniemi (abre el primer domingo de cada mes o todos los días de la semana), en que abundan los productos de artesanía y los delicatessen finlandeses, como la célebre regaliz salada. En esta zona de carácter distendido y bohemio, es muy fácil toparse con bistrots veganos o bares coquetos en los que se respira un ambiente alternativo e informal.

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