First In: Carlton Cannes, A Regent Hotel, el reestreno de un clásico en la ciudad del cine

Un vistazo en exclusiva a este referente hotelero reimaginado en la Riviera Francesa.
Bar 58 en Carlton Cannes A Regent Hotel .
Carlton Cannes, A Regent Hotel

Carlton Cannes, A Regent Hotel nos trae una visión de este icónico hotel de la Belle Époque en la que los toques art déco, como los frescos de principios del siglo XX, se combinan con el mobiliario moderno para crear una reinvención de un edificio emblemático adaptado al presente. Ubicado en la cinematográfica ciudad de Cannes, sus habitaciones y restaurantes se llenarán en mayo de figuras imprescindibles del mundo del cine como una vez se llenaron de realeza extranjera.

Entre estuco veneciano y lámparas de cristal encontrarás restaurantes sirviendo producto local, habitaciones con vistas a La Croisette y un servicio de concierges capaz de hacer que esta estancia sea más mágica que nunca. Una estancia digna de maestros del thriller y expresidentes que ahora se abre para ti con un aire nuevo totalmente único… y apto para toda la familia.

¿POR QUÉ RESERVAR?

Un entorno digno de la realeza (o de una estrella de cine).

Carlton

Siempre es noticia cuando resucita un aclamado icono hotelero de cien años en cuyo ornamentado salón de baile la realeza extranjera se meció a ritmo de vals, pero ¿qué ha cambiado exactamente? La respuesta es mucho. Los habituales del Carlton y del Festival de Cine de Cannes fueron testigos de cómo la decoración de la Belle Époque iba quedando anticuada, pero afortunadamente no han dejado a esta vieja gloria abandonada a su suerte.

Siete años después, incluidos dos de cierre, la impresionante renovación del hotel nos ha dado infinidad de motivos para redescubrir el recién bautizado Carlton Cannes, ahora como hotel Regent y parte del portfolio de IHG Hotels & Resorts: siete nuevos estudios de lujo y un penthouse (en dos alas que abarcan más de 20.000 metros cuadrados), un patio interior enclaustrado transformado en un frondoso y bello jardín, una terraza para tomar el sol con tumbonas, la mayor piscina desbordante de la ciudad, un nuevo bar y restaurante, el complejo de fitness y spa de alta tecnología C-Club (que abre en mayo) y 37 residencias de lujo para estancias largas, además de una renovación general de las clásicas habitaciones y del vestíbulo, remodelados por el interiorista francés Tristan Auer, que ya trabajó con Cartier y Le Crillon.

EL AMBIENTE

Cuando atraviesas las centenarias puertas giratorias de madera es casi imposible contener un grito de asombro, sobre todo si ya conocías el vestíbulo anterior, oscuro y abarrotado, del Carlton: techos colosalmente altos, lámparas de techo de Venini rosas, frescos en las cúpulas y filas y filas de formidables columnas neoclásicas de estuco veneciano que probablemente nunca antes te habías dado cuenta de que estaban ahí, todo bañado de luz.

Este icono hotelero de Cannes ha recibido un concienzudo lavado de cara que lo ha preparado para el siglo XXI.

Romeo Balancourt

Los jóvenes guest managers, vestidos con gusto de uniformes inspirados en Grace Kelly (vaporosas faldas plisadas azuladas y chaquetas cortas de color beige) saludan a los recién llegados como bailarines en un ballet bien coreografiado. Acurrucada en un discreto rincón está la conciergerie, un mostrador curvado de cerámica Raku blanca y filas de cajas de madera vintage para las llaves (aunque tú usarás una tarjeta para entrar a la habitación). También hay un salón VIP con un sofá largo y mesitas bajas con patas en forma de cordel con borla.

La soleada recepción, apartada de la zona general por medio de un jardín interior con peristilo, también es encantadora gracias al original mostrador curvo con su superficie de vidrio moteada de terroso polvo de arcilla. Esto, explica la recepcionista, es un homenaje a las históricas canchas de tenis de arcilla de 1926 de Carlton (las primeras de este tipo), donde tuvo lugar el mítico partido entre la francesa Suzanne Lenglen y su rival americana, Helen Willis. “Intentamos esconder toda la tecnología en el mostrador de check-in para que los huéspedes solo vean las caras de los recepcionistas”, explica el general manager de Carlton Cannes, Guiseppe Vincelli.

LA HISTORIA

Más allá de su célebre periodo Belle Époque, el encanto de la mítica terraza del Carlton, un lugar en el que ver y dejarse ver decorado con mobiliario moderno, es inconfundible. “Puede que este sea el único hotel del mundo que puedes reconocer si lo sobrevuelas en avión”, dice Tom Rowntree, vicepresidente de Luxury Brands en IHG Hotels. Lo cierto es que la escala del trabajo fue monumental, según explica el arquitecto Richard Lavalle, y empezó con una apertura de todo (los muros, las perspectivas) y quitando ocho capas de pintura para dejar al descubierto los colores originales del siglo XX en el vestíbulo y el salón de té Camélia, que ahora exhiben una suave combinación de gris y beige con un toque de verde que recuerda a una sedosa crema de vainilla.

Uno de los mayores hallazgos, escondido bajo un techo falso en el vestíbulo, fue el de los dos frescos de principios de siglo que flanquean las cúpulas, así como las dos majestuosas escalinatas curvas. “Frotamos los pasamanos pintados con quitaesmaltes y de pronto apareció una cosa brillante: ¡pan de oro de 1906!”. Toda la reforma, de mano de VINCI Construction y Constructa, requirió de un auténtico ejército de carpinteros, pintores, artesanos y ebanistas.

LAS HABITACIONES

Las 332 habitaciones y suites incluyen sus icónicas suites de varias habitaciones en el séptimo piso, con comedores y terrazas privadas, además de un extenso penthouse de 1.000 metros cuadrados con un cuidado jardín en la azotea.

Los cinéfilos querrán reservar la suite renovada 623 Alfred Hitchcock, donde el maestro rodó Atrapa a un ladrón en 1954 y donde John Robie (Cary Grant) y Frances Stevens (Grace Kelly) inmortalizaron su primer beso.

Despertar con un mar de película.

Carlton Cannes, A Regent Hotel

Desde nuestra preciosa habitación en la quinta planta, nos despertamos con las vistas de los veleros surcan el reluciente mar azul (aún no era temporada de yates): la tumbona tamaño cama es ideal para tomarte el primer café contemplando La Croissette y las estribaciones azul grisáceo del macizo de Esterel en la distancia. La temática de art déco playero, obra del diseñador Tristan Auer, tenía el objetivo principal, en sus propias palabras, de “dejar que corra el aire”.

Y desde luego que lo consiguió, tal vez gracias a los toques más sutiles, como las paredes no del todo blancas que reflejan la luz y la escasez de cuadros, aparte de una pequeña acuarela pintada a mano. Los cabeceros son un elegante batiburrillo de ratán y madera; las mesas de noche negras con superficie de cristal exhiben un sencillo cordón trenzado; las lámparas de arcilla esmaltada con pantallas de rafia son un guiño a la cercana ciudad ceramista, Vallauris.

COMIDA Y BEBIDA

El día empieza con un copioso buffet de desayuno servido sobre una larga mesa de mármol en la eficiente terraza del restaurante Riviera (no te pierdas las tartas caseras con miel del huerto del jefe de repostería). Los pequeños pero deliciosos productos del menú de comidas y cenas de Riviera incluyen picoteo de aperitivo, como una interpretación de la especialidad local, la pissaladière envuelta en canutillos de cebolla caramelizada con anchoas, o los minitacos rellenos de atún, aguacate y cangrejo.

Entre los platos más destacables están el costillar de cordero, la ternera Black Angus o Wagyu, la lubina con arroz negro y el calamar a la parrilla con pimiento dulce, servidos con una variedad de patatas fritas, asadas o en puré. De postre nosotros compartimos la untuosa tarta Saint Honoré cubierta de salsa de caramelo y vainilla y nueces (la segunda novedad de restauración en Carlton, Rüya, que ofrecerá cocina anatolia, abre en mayo justo a tiempo para el Festival de Cine).

En el bullicioso Bar 58 –una fusión de baquelita art déco, impresionantes lámparas de cristal Venini y una barra de cerámica pastel inspirada en las hojas de eucalipto– reina una filosofía ‘de la granja a la barra’. Como amante de las verduras, probé el ácido Tomatino, de vodka Beluga Gold, tomates cherry, vinagre balsámico y aceite de oliva y albahaca. Mi acompañante, más valiente, prefirió el Sazerac Cocoa, una potente combinación de absenta Pernod, bourbon y licor de chocolate blanco servido en una petaca plateada.

EL SERVICIO

Amable, amigable y preparado: con un impresionante equipo de nada menos que 14 concierges 24 horas en temporada alta, nunca fue tan cómodo relacionarte con la comunidad local. “Nuestro servicio se basa en la rapidez”, explica el concierge jefe Maxime Nerkowski, presidente de la asociación Clef d'Or de Mónaco y la Côte d'Azur, un auténtico experto tanto a la hora de encontrar mesa en un restaurante a rebosar como para organizar un tour nocturno por las docenas de joyerías de lujo de la zona. ¿Su principal reto? “¡Asegurarme de que no se pierda nada!”. Si a esto le añadimos el apoyo de los guest managers y de los botones, es inevitable que el check-in siempre sea comodísimo.

El encanto de la Belle Époque del Carlton Cannes sigue enamorándonos.

Carlton Cannes, A Regent Hotel

LA ZONA

Un paraíso de los adictos a las compras, con una amplia selección de boutiques de diseño en La Croisette y tiendas de ropa y de equipo deportivo de marca más pequeñas a lo largo de la Rue d'Antibes. Las empinadas calles de Le Suquet, a 20 minutos de distancia, bien merecen la pena el paseo, sobre todo con las vistas panorámicas en la cima de la colina.

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EL PÚBLICO

Sofisticados visitantes extranjeros de todas las edades, jóvenes profesionales que vienen por una feria de muestras, modelos glamourosas, recién casados, familias con niños, jefes de Estado y algunos de los actores más famosos del mundo. En el salón de té Camélia, abierto todo el día y accesible a visitantes que no son huéspedes, ya se ha corrido la voz: los residentes más curiosos de Cannes, de caballeros con americana y pelo cano a matronas en tacones haciendo carantoñas a sus perritos falderos, se pasan a por Earl Grey acompañado de tartaletas de limón. En mayo, el quién es quién de la industria cinematográfica exhibirá sus mejores galas entre las columnas de estuco veneciano del vestíbulo.

¿ES FAMILY-FRIENDLY?

Las habitaciones del hotel tienen tamaño suficiente como para pedir camas supletorias, aunque también puedes reservar habitaciones colindantes. El Carlton Beach Club (inaugurado en 1928, el primer club de playa privado de Cannes) de la acera de enfrente no es solo un gran atractivo para los padres, sino también para los pequeños armados con cubo y pala y para los adolescentes deseosos de hacer esquí acuático. Los perros de menos de 8 kilos son bienvenidos y colmados de regalos como un bol de agua con el logo de Carlton y una bolsa de chucherías perrunas orgánicas.

SOSTENIBILIDAD

Carlton Cannes está comprometido con la sostenibilidad, como demuestran su certificación Green Globe, sus productos de limpieza ecológica y sus pescados, carnes, quesos y verduras de producción local.

ACCESIBILIDAD

Hay ascensores en todas las plantas y nueve habitaciones con acceso para silla de ruedas, entre las que se incluyen una residencia de lujo, una suite y una habitación con vistas en la sexta planta.

Colores claros, texturas suaves… La Belle Époque nunca fue tan bella.

Carlton Cannes, A Regent Hotel

INFORMACIÓN EXTRA

Los amantes de la Historia querrán reservar la habitación 523, donde el expresidente de Estados Unidos Barack Obama se alojó durante la cumbre del G-20 de 2011, que tuvo lugar en Cannes; la misma suite también fue ocupada por un tal señor Harvey, representante estadounidense para la primera conferencia de la Sociedad de las Naciones en 1922.

¿MERECE LA PENA?

Sí, ahora más que nunca: más allá de la impecable reinterpretación del esplendor de la Belle Époque, hay muchísimos espacios nuevos para explorar, incluido el futuro complejo de fitness y spa C-Club o la zona de camas y tumbonas junto a la piscina. Es fácil imaginarse cómo será en verano, cuando Bar 58 se traslade al jardín interior, mientras que otros huéspedes preferirán retirarse al salón de puros para charlar como magnates del cine. En esta ciudad de celuloide y ostentación, restaurar la personalidad auténtica del icónico Carlton es un logro indiscutible que esperamos dure otros 100 años.

Este artículo fue publicado en marzo de 2023 en Condé Nast Traveller UK. Traducido y adaptado por Virginia Buedo.

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