“Si nunca la leyeron antes, les envidio. Están a punto de darse un auténtico festín de magnífica literatura. Damas, caballeros: pasen y lean”. Así reza el prólogo de la escritora y crítica literaria Care Santos. El preludio de lo que será el descubrimiento del lector de la otra cara de Emilia Pardo Bazán. La cita y otros cuentos de terror es la demostración de que siempre es buen momento para leer a la escritora gallega, también Halloween.
Solo nos hace falta teclear su nombre en Google para reafirmarnos en ese dicho que dicta: “el saber no ocupa lugar”. Novelista, periodista, crítica, ensayista, traductora, poetisa... y así una retahíla de profesiones que podemos atribuirle a una de las figuras más importantes de la literatura del siglo XIX. A la lista añadimos una de las más importantes: feminista.
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Tan solo leyendo semejante número de atributos, es lógico pensar que, efectivamente, no, Los pazos de Ulloa no es su única obra brillante, a pesar de que los libros se hayan empeñado en enseñarnos solo la punta del iceberg de una trayectoria larga y fructífera. Es por eso que, aprovechando que este 2021 se celebra el centenario de su muerte, la editorial Nórdica Libros ha decidido regalar a sus lectores lo que muchos desconocían.
Y este obsequio llega también gracias a Care Santos, tras pasar su adolescencia indagando en las obras más recónditas de Emilia Pardo Bazán. Gracias a ello, La cita y otros cuentos de terror reúne una muy cuidada selección de excelente literatura. Y gracias a ello, ahora podemos descubrir que la escritora gallega también sabía contar historias para no dormir.
PASEN Y VEAN
Aquí, el lector va a encontrar el aperitivo perfecto para pasar la noche de Halloween en casa, esas en las que apetece apagar el móvil, coger una manta y abandonarnos a nuestra suerte entre las páginas de un libro. Relatos cortos que abrazan el terror en todas sus facetas. Y aquí va un aviso, no estamos hablando de exorcismos, fantasmas debajo de las sábanas o espíritus saliendo de la televisión. Emilia Pardo Bazán era mucho más que eso.
Estos cuentos tratan el miedo con respeto, anclándolo a la vida misma, a situaciones cotidianas y a reflexiones personales. En sus letras, nos encontraremos con asesinos, también con la muerte en persona, con infortunios, engaños y relucientes metáforas que comparan a los humanos con algunas de las figuras del terror tradicional.
Y quizás te estés preguntando qué esconden estos cuentos, pero sería injusto desvelar semejantes historias. La escritora guarda relatos para todos los gustos: algunos para reflexionar, y otros que, a pesar de la ligereza, te mantienen enganchado a las páginas como ahora lo hacemos con un thriller de Netflix.
UN PASO MÁS
Pero como ya anunciábamos, la novedad de esta espléndida narración es que ahora, cuenta con ilustraciones que te acompañan durante las historias. Con sutileza, sin implantar cánones, embelleciendo las palabras de la escritora a la vez que nos deja hacer eso que tanto nos gusta mientras leemos: imaginar.
Y la encargada de guiarnos y arrojar color a esta publicación ha sido la ilustradora Elena Ferrándiz. La ilusión de recrear en imágenes lo que Emilia Pardo Bazán escribía se palpa cuando hablamos con ella: “Para mí ha sido apasionante ilustrar a esta autora, a la que admiro tanto, no solo como escritora, también como defensora de la igualdad de la mujer”, contaba a Traveler.es
Y ese feminismo, por el que la periodista gallega luchó incansablemente y el que tanto nos ha inspirado, es el que va palpándose en cada página del libro, literalmente. “Hay un retrato de mujer para cada uno de los relatos. Es mi manera de ver el libro desde el principio, necesitaba darle ese papel principal a las mujeres. Es un guiño a la autora (que tenía siempre ansia de interlocución femenina) y por supuesto, a los lectores”, desvela Elena.
Pero aparte de ese magnífico homenaje a los ideales de la autora, no nos olvidemos de que esto va de terror. Elena también nos regala paisajes escalofriantes, escenas fantasmagóricas y ambientes espeluznantes que sostienen durante toda la lectura ese halo de misterio que se respira en cada historia.
Grafito, acuarela, acrílico y otras técnicas que la ilustradora combina a la perfección y que convierten las páginas en obras para enmarcar. Empezando por la portada, cuya protagonista es, como no podía ser de otra manera, una mujer, y cuyas manchas de “sangre” ya dan pistas de lo que está a punto de encontrarse el lector.
“Adentrarme en su obra, en su mundo, ha sido un viaje muy intenso”, afirma Elena. Y no es de extrañar. Aunque la artista ya tiene experiencia en esto de poner cara a los escritos de grandes figuras, como Virginia Woolf, Melville o Ray Bradbury, la presión de ilustrar a una personalidad como la escritora gallega no debe ser liviana.
Ahora, tenemos la oportunidad de poseer físicamente un compendio de algunos de sus mejores cuentos, de una faceta que no aparece en las escuelas, pero que estaba. Y no solo estaba, sino que era igual de admirable que toda su obra. Y qué suerte la nuestra de poder recoger todo eso en un libro porque, como decía Emilia Pardo Bazán, y recupera Care Santos en la presentación: “Queda lo escrito. Todo lo demás, no queda”.