Ecoparque Bacalar: un muelle para contemplar y proteger la laguna de los siete colores de México

Una nueva forma de apreciar uno de los tesoros de Bacalar invita a tomar conciencia y conservar la riqueza del lugar en el futuro.
Ecoparque Bacalar
Rafael Gamo

El ecoparque Bacalar concebido por el estudio mexicano C733 demuestra que sobran las razones para sumergirse, al menos una vez en la vida, en “la laguna de los siete colores” situada en Quintana Roo. Y claro que también sobran las razones para proteger un paraíso que ha estado perdiendo sus colores a causa de la contaminación.

“El ecoparque forma parte del plan del municipio de Bacalar en Quintana Roo, México. Este proyecto se deriva del Programa de Mejoramiento Urbano que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano del Gobierno de México ha implementado desde 2019 en municipios y ciudades en todo el territorio mexicano. En ese sentido, el Colectivo C733 fue seleccionado para desarrollar este plan municipal que incluye el ecoparque junto con la construcción de un mercado, una plaza pública, un deportivo y un balneario”, cuentan desde colectivo C733 a Condé Nast Traveler Spain.

El ecoparque Bacalar en Quintana Roo, México.

Rafael Gamo

Conformado por los estudios de Gabriela Carrillo, Carlos Facio y Jose Amozurrutia (TO), Eric Valdez e Israel Espín en 2019, el Colectivo C733 ha desarrollado más de 30 proyectos de equipamiento urbano en todas las regiones de México. El Mercado Matamoros, la Casa de Música de Nacajuca, el Mercado Tapachula, el Muelle de San Blas y, el ecoparque Bacalar, son tan solo algunos de ellos.

EL ECOPARQUE BACALAR EN QUINTANA ROO

El paseo marítimo de 1.900 metros cuadrados erigido por C733 en 2023 tiene como principal objetivo proteger la laguna de Bacalar de la urbanización y la actividad humana.

Asimismo, el ecoparque se ideó como un proyecto capaz de brindar espacios de calidad tanto a la población local de Bacalar como a viajeros de distintas partes del mundo, propiciando, así, un acercamiento respetuoso con la riqueza del lugar.

Precisamente porque “la laguna es el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo. Es uno de los pocos lugares donde existen estromatolitos vivos, tesoro evolutivo invaluable. También es el único remanente de manglar que queda en la orilla de la laguna del pueblo de Bacalar, y está expuesto a una enorme fragilidad debido al crecimiento de la mancha urbana”, añaden.

Ver fotos: los 12 destinos de Norteamérica y el Caribe que debes visitar en 2024

El paseo marítimo fue concebido por el colectivo mexicano C733.

Rafael Gamo

Buscando que los visitantes aprecien la riqueza natural de la flora y la fauna afectando lo menos posible el entorno, el colectivo dio vida a un muelle cuadrado de 200 metros por lado, orientado al norte y con altura variable para no tocar al mangle ni a los árboles.

Además de un laboratorio de investigación y servicios, y una museografía a escala con una línea del tiempo de 10,000 años que relata la historia de la biodiversidad; generaron un sistema estructural construido con madera local y certificada de chicozapote, “encontrando la justa medida para ser columna, trabe y cimiento al mismo tiempo”.

“El proyecto contempla la preservación del entorno natural en la laguna de Bacalar. La poca interferencia con la flora local, el diseño a partir de puntales que evitan el contacto o supresión de vegetación fueron puntos muy importantes para considerar. La estrategia de paisaje se basó en la reducción de la construcción, se diseñó para mitigar la contaminación de los escurrimientos de agua del poblado, mediante filtros naturales, y jardines pluviales, así como la rehabilitación del mangle degradado”, concluyen.

Una visita consciente a uno de los tesoros de Bacalar.

Rafael Gamo