El Sendero Nacional Bicentenario: la aventura de recorrer a pie la costa este de Australia

Recorrer las antiguas rutas ganaderas del este de Australia es un reto de más de 5.000 kilómetros, repleto de adversidades… y recompensas inimaginables.
Senderismo en Australia Cannabullen falls en las mesetas de Atherton cerca de Cairns
Getty Images

El ser humano es nómada por naturaleza. Estar en movimiento es algo que forma parte de nuestra cultura desde tiempos prehistóricos. Nos hace sentirnos vivos.

Quizá por eso el senderismo es una de las actividades al aire libre más practicadas en el mundo. Sin embargo, hay rutas y RUTAS. A ese segundo grupo, al de las grandes aventuras epopéyicas, pertenece el Sendero Nacional Bicentenario, un recorrido de 5.330 km que une las poblaciones australianas de Healesville y Cooktown, ambas situadas en la parte oriental de este vasto país de Oceanía.

Se trata de una auténtica aventura que no está al alcance de cualquiera. Normalmente, se completa en un período de tiempo que oscila entre los siete meses y un año, exigiendo una gran forma física, una inmensa resistencia mental y una planificación casi perfecta que resuelva los muchos retos logísticos que se plantean a lo largo de la ruta.

El sufrimiento y el sacrificio están totalmente asegurados, pero la recompensa merece totalmente la pena.

Australia: conectando con nuestro lado salvaje.Alamy

Caminaremos por paisajes de una variedad y belleza sobrecogedoras, en los que apenas encontraremos gente y sí mucha vida salvaje, pudiendo conectar con nosotros mismos y la naturaleza a unos niveles que quizá jamás hayamos experimentado.

Una auténtica aventura que recorre 18 parques nacionales y más de 50 bosques estatales, descubriéndonos el legado paisajístico e histórico de uno de los países más fascinantes y desconocidos del mundo.

SENDEROS FRECUENTADOS POR JINETES, GANADEROS Y DILIGENCIAS

Como suele ocurrir con estas grandes rutas, el Bicentennial National Trail (su nombre original en inglés), tiene su origen en caminos utilizados por los hombres décadas o siglos atrás.

Australia siempre ha sido un país con una densidad de población realmente baja. Desde su descubrimiento – atribuido al navegante británico James Cook, quien desembarcó en tierras australianas en 1770 – los hombres fueron creando comunidades y poblaciones en las zonas del litoral.

Senderos en Charlotte Pass, Parque Nacional Kosciuszko.Getty Images

Así, la mayoría de desplazamientos entre asentamientos se realizaban intentando evitar la salvaje zona central del país.

Por eso, los ganaderos, jinetes, buscavidas y diligencias de transporte comenzaron a usar los caminos que conectaban un gran número de localidades cercanas a la costa oriental australiana.

Sería en 1989 cuando Reginald Murray Williams (R.M. Williams), un aventurero australiano que había pasado gran parte de su vida explorando los senderos inhóspitos de su tierra, lideró el comité que acabaría creando el Sendero Nacional Bicentenario.

Nunca fue una ruta sencilla, pues recorre, en su práctica totalidad, la escarpada orografía que presenta la Gran Cordillera Divisoria (en inglés, Great Dividing Range), que posee el honor de ser la cadena de montañas más importante de Australia, atravesando los estados de Queensland, Nueva Gales del Sur y Victoria.

Parque Nacional Kosciuszko, Australia.Alamy

Las diversas y exóticas fauna y flora australianas se manifiestan en todo su esplendor en un recorrido que transita por densos bosques tropicales, montañas de más de 2.000 metros de altura –entre ellas, el Monte Kosciuszko que, con sus 2.228 metros, es el pico más elevado del país–, valles, gargantas, remotas y áridas mesetas, campos de nieve y prados alpinos.

Una ruta que replica aquella que fue seguida por los primeros exploradores de Australia, atesorando sitios y objetos históricos y patrimoniales a lo largo del camino.

Aquí, el ser humano se enfrenta ante un reto mayúsculo, pues la madre naturaleza se desnuda ante nosotros, mostrando su gran poder en grandes tramos de tierra yerma en los que no llegaremos a encontrar ni un solo ser vivo.

Selva tropical de Daintree.

Alamy Stock Photo

UNA AVENTURA EN AUSTRALIA QUE PUEDE SER REALIZADA POR ETAPAS

El Sendero Nacional Bicentenario se concibió originalmente como una ruta de larga distancia para jinetes a caballo, pero ahora también lo disfrutan ciclistas y caminantes.

Es muy complicado que alguien pueda tener el tiempo, la capacidad física y los recursos necesarios para acometer una empresa como esta de una sola vez.

Por ello, el Sendero Nacional Bicentenario se encuentra dividido en 12 secciones, contando cada una de ellas con una longitud de unos 400-500 kilómetros.

Por ejemplo, podemos realizar la primera sección, que parte de Cooktown (en el extremo norte de la ruta) y acaba en Gunnawarra.

Cooktown es un lugar de gran importancia histórica en Australia, pues se le dio ese nombre porque la localidad se erigió en el lugar exacto en el que los marineros de James Cook desembarcaron por primera vez.

Aventura en Asutralia: selva tropical de Daintree.

Alamy Stock Photo

El sendero se dirige hacia el sur para atravesar los bellos bosques tropicales del Parque Nacional de Cedar Bay y las localidades de Daintree y Mossman antes de virar hacia el oeste, alejándose de la costa para adentrarse en unas tierras duras y secas.

El mejor momento para recorrer esta sección es entre abril y octubre, que coincide con la temporada seca, ya que algunos ríos y arroyos pueden ser infranqueables en la época de lluvias. Además, hay que tener cuidado con los cocodrilos, algo que es más que común en varios ríos australianos.

Si realizamos la ruta en sentido sur-norte, encontraremos su comienzo en Healesville, una hermosa ciudad ubicada entre verdes colinas a solo 60 kilómetros al noreste de Melbourne.

Tras partir de ella, la senda nos llevará a atravesar densos bosques, praderas subalpinas y ríos repletos de truchas. Rica en historia también, esta parte discurre por varios antiguos pueblos de buscadores de oro y asentamientos pioneros.

Healesville, Australia.Alamy

Aunque los primeros cinco días desde Healesville son relativamente fáciles, nunca hay que subestimar la dureza de una ruta que exige mucha preparación. Esta primera sección meridional finaliza en el campamento de Tom Groggin.

PREPARACIÓN FÍSICA, MENTAL Y LOGÍSTICA

Realizar el Sendero Nacional Bicentenario – entero o cualquiera de sus secciones – no es algo que pueda ser tomado a la ligera. Cualquier aventurero que quiera vivir esta experiencia –ya sea a pie, en bicicleta o a lomos de un caballo– tendrá que prepararse adecuadamente, tanto a nivel físico como mental.

La ruta, aunque no presenta grandes retos técnicos –como escalada o descensos por acantilados o gargantas–, sí tiene tramos de gran exigencia física.

Además, hay que tener en cuenta que no se halla señalizada en toda su extensión. Es decir, aunque hay algunas señales en forma de triángulo (propias de los senderos nacionales en Australia) en lugares concretos, no es como el Camino de Santiago, donde resulta casi imposible extraviarse al ir siguiendo las flechas amarillas.

Cradle Mountain, Lake St Clair National Park, Central Highlands.Getty Images

Para no perdernos, tendremos que tener a mano mapas del sendero. Un buen GPS satelital siempre ayudará, pues no podremos confiar en la cobertura telefónica en muchos lugares.

En cuanto al alojamiento, también tendremos que ser autosuficientes, pues muchas zonas de acampada sólo cuentan con lo básico. Una tienda de campaña deberá formar parte de nuestro equipo y tendremos que estar vigilantes para evitar visitantes no bienvenidos, como arañas o serpientes.

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El agua es otra de las preocupaciones más comunes. La ruta está diseñada de tal manera que en cada etapa tengamos la oportunidad de conseguir agua, pero esto no está garantizado en la temporada seca, por lo que siempre habrá que ser precavidos y consultar el estado de ríos y manantiales (las pastillas de purificación de agua son indispensables) con cierta antelación.

En general, es una gran senda que se ha querido mantener lo más auténtica y virgen posible para que, al recorrerla, volvamos a conectar con nuestro estado salvaje más primigenio. Una ruta que reserva experiencias extraordinarias a aquellos que sepan tratarla y respetarla. Una leyenda en vida que nos generará recuerdos que jamás olvidaremos.

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