París ilustrado

Jorge Parra, director creativo de House of Bows, la firma que nos hace viajar a los años dorados del Grand Tour y la exquisita decadencia de las novelas de Scott Fitzgerald, comparte aquí en primera persona (e ilustra para nosotros) sus direcciones preferidas de la capital francesa.
Jorge en Soho House París
Andrés Jim

París, siempre París. Todos los años reservo unos días para viajar a la capital francesa, disfrutar de su gastronomía, volver a esos clásicos que tanto me inspiran y descubrir o revisitar lugares secretos

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Esta vez tomamos como base de operaciones la nueva sede de Soho House París, ubicada en la que fue la antigua morada del gran Jean Cocteau. Se trata de un antiguo hôtel particulier del siglo XIX en el bajo Pigalle, El Barrio históricamente conocido como “el vientre de París”. El edificio, restaurado en su totalidad por el equipo de Soho House, fusiona elementos del estilo tradicional francés con un estilo art déco renovado para el que han contado con el artista Roberto Ruspoli

Ilustración de Soho House París.

Jorge Parra

Suya ha sido la tarea de embellecer techos y paredes inspirándose en los murales de la casa original de Cocteau en la Riviera francesa. Nada menos. Soho House ofrece servicios tan fascinantes como la posibilidad de pedir un cóctel en su cabaret privado, que recuerda sin duda al mítico Moulin Rouge y sirve también como sala de proyecciones y speakeasy para las fiestas más cool de la ciudad.

La propuesta gastronómica está a la altura, con unos desayunos que ya son seña de identidad de la casa y de los que no puedes dejar escapar los huevos benedictine y el croque-monsieur. Tras hacerlo nosotros mismos, aprovechamos los vericuetos del distrito IX para comenzar el día de la mejor forma, perdiéndonos por sus calles. Así es como nos topamos con el taller de pastelería Château Sablé (28, rue la Bruyère), donde tenemos la suerte de coincidir con su creador, el gran chef Thibault de Chastenet, autor de unas tartaletas de almendras que son ya un hito entre los más exquisitos golosos.

Ilustración de Jorge Parra del Museo Rodin.

Jorge Parra 

Retomamos el paseo para cambiar de barrio y dirigirnos al Museo Rodin, un clásico de cualquier guía de París y también una joya: da igual las veces que hayas estado, pues siempre hay algo que sorprende, ya sean sus obras, el edificio o los jardines. Esta vez la idea era adentrarnos en el edificio efímero creado de forma excepcional para el desfile de Dior. La firma contó con los artistas indios Madhvi y Manu Parekh y, a través de una performance, pudimos ver los increíbles y gigantescos tapices de la pareja, elaborados en lana de algodón e inspirados en tradiciones indias, todo un privilegio para los sentidos.

Recorriendo el área de Los Inválidos hacemos un alto en un curioso lugar, una antigua gasolinera a pie de calle, The Gazoline Stand (17, Boulevard des Invalides, abierto de 7am a 7pm), regentada por unos simpáticos y muy bon vivants millennials y repleta de gente guapa de todas las edades. 

Ilustración de París por Jorge Parra. 

Jorge Parra 

Conocidos en el barrio por sus cafés y perritos calientes, lo más curioso es que siguen dando servicio de repostaje y un lavado gratis de coche, todo ello ambientado con música de Ramdane.

Coincidiendo con la semana de la Alta Costura, esta vez bajo las restricciones provocadas por la pandemia, París muestra que, pese a todo, sigue llena de vida. De fotógrafos que captan los mejores looks, de periodistas, influencers y curiosos de la moda, también de eventos como el que organizó la Embajada de España para descubrir la nueva colección de la cordobesa Juana Martín.

Antes de entrar no pudimos resistirnos a parar en Paul para comprar un pain au chocolat. Tras el goloso inciso continuamos rumbo a la Embajada, un lugar apenas conocido y situado en el exclusivo barrio de los Elíseos.

Fachada de E. Dehillerin.

Andrés Jim

Se trata del llamado Hôtel de Wagram, un edificio del arquitecto Delestrade levantado en 1869 y adquirido en 1920 por el estado español. El rey Alfonso XIII ordenó entonces redecorarlo con tapices de la Real Fábrica, bustos y esculturas de Mariano Benlliure y dos magníficos retratos del rey Carlos IV y la reina María Luisa de Parma firmados por Goya. Todo ello enmarcado en un festín de boiseries y lámparas palaciegas.

El siguiente alto en el camino, Merci (111, Boulevard Beaumarchais), es un espacio con una buena selección de prendas vintage y ropa de casa dentro de un encantador y bohemio patio en el que también se puede picar algo. Para un nuevo homenaje gastronómico optamos sin embargo por À L’Épi d’Or (25, rue Jean-Jacques Rosseau), templo de culto con una estética decadente de bistró y perfecto para fanáticos de la comida francesa, con platos como el pâté en croûte, el steak tartar y la coliflor a la brasa. 

Oficine Universelle Buly 1803, el paraíso de los amantes de la cosmética.

Andrés Jim

Tras un almuerzo de diez nos dirigimos a Bourse de Commerce-Pinault Collection, el flamante museo de los Pinault en el que un día fue el edificio de la Bolsa de Comercio. Allí disfrutamos con la performance de Urs Fischer, un conjunto escultórico realizado en cera con la impresionante réplica a tamaño real del célebre Rapto de las Sabinas, del escultor Giambologna.

La pieza de Fischer es en sí una gran vela que finalizará cuando el conjunto se haya derretido por completo. En nuestro deambular también merecieron parada el hotel Les Deux Gares y su café, decorado por el fantástico Luke Edward Hall con esos muebles, papeles pintados e ilustraciones tan coloristas y únicos que son ya su seña de identidad.

Café Les Deux Gares.

Andrés Jim

Otra pista: Officine Universelle Buly 1803 (6, Rue Bonaparte) encantará a los amantes de los productos de belleza, perfumes, bálsamos naturales, cepillos de dientes de nácar... Fundada en 1803, es como un increíble gabinete de curiosidades, y tanto la estética del espacio como los uniformes de sus dependientes conservan ese aire dieciochesco. Cualquier producto que compres va acompañado de un tarjetón personalizado que escribe un grafista al momento. Una experiencia para los sentidos

REGRESO AL PASADO

Nuestro viaje exprés culmina en la imprescindible Brasserie Lipp (151, boulevard Saint-Germain) quizá porque de alguna manera no queremos despedirnos sin emular el regreso al pasado que vive Owen Wilson en Medianoche en París (Woody Allen, 2011). Y es que aquí, en el que fuera uno de los lugares favoritos de Ernest Hemingway, el tiempo se detuvo en 1920.

Brasserie Lipp.

Andrés Jim

Los arenques al estilo Bismarck, los codillos con chucrut acompañados de puré de patata, las ostras –que París sin ostras no es París–, los impresionantes patés y un sinfin de suculentos platos más desfilan por la sala en bandejas de hierro y hacen las delicias de los más glotones. Eso sí, deja sitio para el postre emblemático de la casa, el Napoleón.

Volvemos a casa con la certeza de que París nunca necesita excusas para regresar una y otra vez en busca de secretos rincones, para perderse por sus calles sin rumbo, para disfrutar de su belleza y empaparse de su ambiente multicultural.

Este reportaje fue publicado en el número 151 de la Revista Condé Nast Traveler España. Suscríbete a la edición impresa (18,00 €, suscripción anual, llamando al 902 53 55 57 o desde nuestra web). El número de Condé Nast Traveler de abril está disponible en su versión digital para disfrutarlo en tu dispositivo preferido

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Este artículo se publicó originalmente en el número 151 (Mayo-Junio 2022) de Condé Nast Traveler. SUSCRÍBETE AQUÍ a nuestra newsletter y recibe todas las novedades de Condé Nast Traveler #YoSoyTraveler