Pueblos de España para visitar de camino a la playa

Durante la Operación Salida nos puede la ansiedad por ver la franja azul del mar al final de la ruta. Pero quizás sea el momento de plantearse nuevos desvíos hacia los muchos pueblos que salpican el camino.
Alarcón
Alamy Stock Photo

Un café en vaso, una caja de Miguelitos y una ristra de cassettes de Camela en la entrada. Ay, los pueblos de España. De camino a la playa paramos, pero no siempre nos permitimos ir más allá de los bares que se asoman a la carretera. Vivimos con la ansiedad de llegar cuanto antes a ese apartamento en primera línea de playa y correr hasta el mar, pero este año podemos apostar por una tregua a mitad de ruta.

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La estrella de asfalto que forman las carreteras, autovías y autopistas de nuestro país regala rincones donde perderse durante unas horas como mejor forma de saborear el trayecto modo "Ichigo-Ichie". Porque en esa carretera secundaria siempre puedes encontrar vasijas de cerámica junto a un taller de artesanos, una ermita románica que el tiempo aún protege o un campo de girasoles apuntando hacia ti. Llámalo otra forma de afrontar la Operación Salida (o la excusa para conocer los siguientes pueblos de camino a la playa).

Sepúlveda.Getty Images

A-1 AUTOVÍA DEL NORTE: SEPÚLVEDA (SEGOVIA)

La A-1 es la autovía que conecta Madrid con Irún, en la provincia de Guipúzcoa, con un primer tramo de 230 km hasta Burgos donde se despliega un mosaico de experiencias único: desde castillos hasta construcciones románicas, pasando por pueblos como Sepúlveda, en Segovia, accesible desde la salida 109 en Castillejo de Mesleón.

Incluido en la asociación Los pueblos más bonitos de España, Sepúlveda se nutre de un Conjunto Histórico-Artístico del que brotan muestras de arte prehistórico como la Cueva de los Siete Altares, castillos como el de Fernán González, su antigua cárcel, o la Iglesia de la Virgen de la Peña, de carácter románico. El lechazo asado también lo sabe, y no se nos ocurre una mejor forma de tomar fuerzas para afrontar el último tramo del viaje.

Sant Sadurní D'Anoia.Parroquia de Sant Sadurní

A-2 AUTOVÍA DEL NORDESTE: SANT SADURNÍ D'ANOIA (BARCELONA)

Autovía pionera al unir las dos grandes capitales de España, la A-2 serpentea a través de Guadalajara, Soria, Zaragoza y Lérida como mejor forma de aproximarse a sus encantos: vestigios árabes y románicos, la estela del Camilo José Cela de Viaje a la Alcarria, los restos de las calzadas romanas hacia Astorga y Tarragona y sí, hasta paraísos del cava.

El pueblo de Sant S’Adurní d’Anoia es un pueblecito en el Alt Penedès donde podemos disfrutar de una visita a la bodega de Codorníu, de carácter modernista. Una parada que nos recuerda la importancia de evitar el alcohol al volante (y el acierto de quedarse en un hotel inesperado tras sucumbir a la mejor serendipia).

Castillo de Alarcón.iStock

A-3 AUTOVÍA DEL ESTE: ALARCÓN (CUENCA)

La mítica autovía que conecta la capital con Valencia es una de las más icónicas y la más breve hasta “la playa de Madrid”. El objetivo está claro, pero las perdices estofadas, la cerámica cromática, las ruinas romanas y los campos de naranjos puede que te hagan dudar. Como opción, nada mejor que hacer una parada en Alarcón, un irresistible pueblo de Cuenca de tan solo 148 habitantes donde encontramos uno de los fuertes mejor conservados de España.

Aquí las murallas de la villa se dividen entre la Puerta del Campo (haz esa foto aquí), la del Calabozo y la de En medio con el castillo de fondo, hoy un parador que permite el acceso al patio de la construcción. El resto de la jornada continúa entre iglesias, calles de piedra y un Mirador de la Peña desde el que contemplar el embalse y el río Júcar.

Vista desde el mirador romano de Montoro, Córdoba.Sergio Martínez

A-4 AUTOVÍA DEL SUR: MONTORO (CÓRDOBA)

La autovía que conecta Madrid con Cádiz entiende de tantos colores como desvíos: el azul añil de los pórticos manchegos, el manto verde de los olivares jinenses o los pueblos blancos que brotan, especialmente, tras dejar atrás Despeñaperros.

Como un algodón junto al Guadalquivir, Montoro es un pueblo cordobés muy cercano a la autovía donde sucumbir a los secretos de sus almazaras, el encanto de la Torre del Castillo de Villaverde, o simplemente pasear entre las calles de este pueblo andaluz digno de la mejor estampa. Si vas con tiempo, incluso puedes cruzarte con un lince ibérico en las estribaciones del Parque Natural Sierra de Cardeña y Montoro.

Miajadas, Cáceres.Turismo de Extremadura

A-5 AUTOVÍA DEL SUROESTE: MIAJADAS (CÁCERES)

Si el Atlántico te llama y prefieres su vertiente más portuguesa, la autovía que atraviesa la comunidad de Extremadura te sorprenderá con pueblos como Miajadas, en la provincia de Cáceres y no lejos de la inmortal Trujillo.

Miajadas puede presumir de ser considerada la “Capital Europea del Tomate”, a la vista de esa gran escultura de un tomate que la delata y una propuesta gastronómica que gira en torno a este particular “oro rojo”: desde la fiesta del tomate al festival Tomate Rock, pasando por los restaurantes donde se sirve la deliciosa sopa de tomate o mermeladas elaboradas a partir de cuatro variedades (rosa gigante, raf, gorodo y pomodoro).

Vista nocturna del pueblo de Allariz en Ourense.Getty

A-6 AUTOVÍA DEL NOROESTE: ALLARIZ (ORENSE)

Las seis horas de coche entre Madrid y Galicia se vuelven más livianas si sabemos dónde parar. Opciones no faltan: la ciudadela amurallada de Urueña, o “Villa del Libro”, en Valladolid; los encantos de Ponferrada y El Bierzo o ese oasis llamado Allariz.

Ubicado en el tramo de la autovía de las Rías Baixas, la salida 210 revela este pueblo ourensano acariciado por el río Arnoia. El aliento de godos, romanos y castreños se siente hoy entre iglesias como la de San Pedro y el Convento de Santa Clara, obligados a enlazar con las casitas de piedra que suspiran junto al río, tan hinchadas de jardines donde podrían vivir nuevas meigas.

Vivero  de cactus, Níjar (Almería).iStock

A-7 AUTOVÍA DEL MEDITERRÁNEO: NÍJAR (ALMERÍA)

El Mediterráneo ofrece un sinfín de posibilidades desde Algeciras hasta Barcelona: a lo lejos se atisban los burros de Mijas los árboles de aguacate inundan la Costa Tropical de Granada y el “mar de plástico” desvela la actividad de la huerta de Almería. Pero será allí, enclavado en la montaña, donde Níjar te incitará a tomar la salida 479 para hacer una parada.

En este pueblecito blanco famoso por su artesanía (la elaboración de la jarapa es aquí lo más cercano a una religión) encontramos los pórticos de colores de su casco antiguo, el Museo del Agua o el ascenso hasta el Mirador del Cerro de la Atalaya. Ya vengas desde Barcelona, Cádiz o bien te dispongas a disfrutar de unos días en el Cabo de Gata, Níjar siempre resulta un imprescindible.

Zumaia, Gipuzkoa.Cristina Arias/Getty Images

A-8 AUTOVÍA DEL CANTÁBRICO: ZUMAIA (GIPUZKOA)

Cuando imaginamos el pueblo vasco perfecto, pocos se acercan tanto como Zumaia, un enclave a orillas del mar donde confluyen los ríos Urola y Narrondo. Si viajas por la A-8 a lo largo de la costa cantábrica, haz una parada en este pueblecito cuyo casco histórico aún conserva su trazado medieval.

Además, el recorrido desde la Playa de Itzurun hasta Deba revela el fascinante fenómeno flysch, un conjunto de “láminas de rocas calizas y areniscas” formadas por la erosión del mar. Las gaviotas sobrevolando el cielo, esa brisa mística y un alto para degustar el mejor pulpo rociado de Txakolí. Más que una parada, un clímax.

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