La arquitectura imprescindible de Madrid
La arquitectura de Madrid puede ser algo no especialmente notorio a priori –sobre todo si lo comparamos con otros destinos como Róterdam–pero, quien la conoce, bien sabe que hay una ruta obligada de tesoros por descubrir si se es fan de la arquitectura. Porque en la capital también tenemos ejemplares firmados por grandes nombres del sector y si no te lo crees, sigue leyendo.
GettyEdificio España (Julián Otamendi)
Resultaría imposible comenzar este listado de arquitectura madrileña y no hacerlo con él, el Edificio España, mole imponente que domina la Plaza España (aún con el resto de nuevas construcciones que han ido apareciendo a su vera con los años). Epicentro hotelero, el edificio que desde hace unos años acoge el hotel Riu, lleva con nosotros desde 1953, año en que fue inaugurado como el rascacielos más alto de España con sus 117 metros, hasta que llegó la torre que tiene al lado y lo destronó. Pero eso no importa, sigue siendo un emblema de la plaza. Gran Vía, 84.
AlamyEdificio Metrópolis (Jules y Raymond Février)
Otro gran clásico. De todas las joyas por las que merece levantar el cuello en Gran Vía, el esquinazo más típico de ésta con Alcalá, se lleva el premio gordo. Poca presentación requiere, desde luego, el ecléctico edificio Metrópolis, que pronto, por cierto, se convertirá en el primer hotel del grupo Paraguas. Erigido en los primeros años de la década del siglo XX, dos hermanos franceses se encargaron de regalarnos este château urbano que, como curiosidad, cuenta con 30 mil panes de oro de 24 kilates. Alcalá, 39.
Wikimedia CommonsTorres Blancas (Francisco Javier Sáenz de Oiza)
Aunque tiene bastantes detractores, ha sido, y sigue siendo, el edificio de viviendas más deseado de la ciudad desde que abrió sus puertas en los sesenta. Pocos lugares más hay en el mundo donde las casas sean módulos y balcones circulares que se sobreponen como ramas de un árbol. En un interior, una escalera de caracol comunica los 23 pisos de la torre, erigida como un ejemplo mágico de los movimientos brutalistas y organicistas. Avenida de América, 37.
AlamyEdificio de Telefónica (Luis Ignacio de Cárdenas)
En 1930 Luis Ignacio de Cárdenas daba por finalizado el edificio de Telefónica, en su momento el primer rascacielos edificado en Europa y el edificio más alto de todo el continente. Con sus aires neoyorkinos dio a Madrid una nueva categoría. Por supuesto, también supuso un hito para la evolución, pues en su interior las teleoperadoras daban inicio a una nueva etapa para la comunicación en España.
Como anécdota, Alfonso XIII realizó desde la icónica torre de 90 metros de altura la primera llamada telefónica transoceánica, conversando con el por entonces presidente de los Estados Unidos, Calvin Coolidge. Hoy el edificio alberga interesantes exposiciones. Gran Vía, 28.
GettyCaixaForum Madrid (Herzog & de Meuron)
Saltemos a lares más modernos. No importa el número de veces que se visite, la remodelación integral que este dúo de arquitectos suizos hizo de la vieja Central Eléctrica del Mediodía sigue siendo fascinante. Sin duda, su jardín vertical sigue siendo uno de los puntos más fotografiados de la capital. Paseo del Prado, 36.
UnsplashMuseo ABC (Aranguren y Gallegos)
Los museos en Madrid no solo albergan exhibiciones magníficas, son en sí mismo piezas que hacen las delicias del ojo arquitectónico. Lo confirma el Museo ABC, donde los diedros, los vidrios y la luz lo convierten en un conjunto liviano que no olvida su pasado industrial y en el que cada espacio ofrece su particular visión de la ingravidez. Amaniel, 29.
Fundación Giner de los RíosFundación Giner de los Ríos (Amid.cero9)
A finales del siglo XIX, un grupo de catedráticos librepensadores, encabezados por Francisco Giner de los Ríos, decidieron fundar una escuela-laboratorio de carácter experimental, un lugar donde impartir un nuevo modelo de enseñanza, una pedagogía que en Madrid se conoce bien: la Institución Libre de Enseñanza.
Fue en el 2005 cuando se renovó su sede, siendo el proyecto ganador uno que apostó por algo sencillo a priori: darle a su jardín el protagonismo absoluto. Más allá de su estructura liviana, el diálogo con sus vecinos neomudéjares y clásicos, tan impactante como complejo, ha convertido esta especie de meteorito eco en una de las grandes sorpresas de la ciudad. Para visitarla en condiciones, conviene estar atento a la agenda del COAM ya que es uno de sus edificios fetiche. P.º del Gral. Martínez Campos, 14.
GettyAla Jean Nouvel del Reina Sofía (Jean Nouvel)
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía no solo guarda los mejores tesoros artísticos de la capital, es una obra en sí misma. Sin duda el hospital que una vez fue aún se percibe en sus pasillos, sobre todo en la parte más neoclásica, obra de José Hermosilla y Francesco Sabatini, pero si hay un rincón donde el ojo arquitectónico se va a quedar helado ese es el ala que firma Jean Nouvel.
Fue con el cambio de milenio que el museo puso en marcha una ampliación. De ese concurso internacional, al que no faltaron propuestas de otros grandes como Dominique Perrault, Zaha Hadid, Enric Miralles o Tadao Ando, resultó ganador el del francés, definido por él mismo como un edificio que se “plantea al servicio del Edificio Sabatini, cuyas funciones expande y completa al tiempo que mantiene el protagonismo de la sede original”. Con el color rojo como protagonista, el edificio se une al resto mediante pasarelas elevadas que dan lugar a una plaza semipública que, sin duda, es uno de los mejores secretos de Madrid. Santa Isabel, 52
AlamyCírculo de Bellas Artes (Antonio Palacios)
Otro gran clásico. Y es que si hay un nombre arquitectónico anudado a Madrid ese es el Antonio Palacios. Fue este gallego quien modernizó el skyline de la capital. De su gran legado nunca puede faltar la visita al clasicista Círculo de Bellas Artes (Alcalá, 42) o al majestuoso Palacio de Correos, hoy Ayuntamiento (Plaza de Cibeles). Tampoco el recién devuelto templete del metro de Gran Vía (una réplica, eso sí).
Wikimedia CommonsCarabanchel 17 (ACM Arquitectos)
Esta caleidoscópica propuesta en el PAU de Carabanchel es toda una referencia moderna de vivienda. Colorida hasta decir basta, con patios en altura, espacios abiertos y 82 casas repartidas en células, invita a reflexionar sobre la ciudad del futuro. Av. de la Peseta & Calle Violonchelos.
MVRDVEdificio Mirador (MVRDV)
Aunque no sea de estética precisamente bella, resulta interesante mencionar que el prestigioso estudio holandés MVRDV –que firma en Róterdam el espectacular mercado– también ha firmado en Madrid. Para ello hay que irse hasta el PAU de Sanchinarro, en el barrio de Valdefuentes, donde este bloque de viviendas de arquitectura postmoderna esconde un magnífico secreto: en la gran abertura central se encuentra un jardín comunitario con vistas a la sierra de Guadarrama.
Y ya que se viene hasta aquí, merece la pena acercarse a ver la sede del BBVA (obra de Herzog & de Meuron) y el Distrito Telefónica (Rafael de La-Hoz), ambos modelos de oficinas del futuro. Princesa de Éboli, 13-21.
Wikimedia CommonsEdificio Castelar (Rafael de La-Hoz)
El Premio Nacional de Arquitectura y Medalla de Oro de la Arquitectura, entre otros tantos reconocimientos, firma esta mole proyectada en 1975 y ya convertida en referencia en la Castellana. Jugando de forma maestra con los materiales, Rafael de La-Hoz entremezcla mármol travertino y cristal en un bloque que parece estar elevado en el aire. Paseo de la Castellana, 50.
Wikimedia CommonsInstituto del Patrimonio Cultural de España (Fernando Higueras y Antonio Miró)
Ya solo por ser el primer edificio contemporáneo de Madrid en ser considerado Bien de Interés Cultural merece la pena acercarse a Ciudad Universitaria. Y es que la singular belleza del hormigón en bruto distribuido para dar forma a una ‘Corona de espinas’, porque es así como se le conoce, enamora. Pintor el Greco, 4.
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