Los alimentos para calmar el cerebro que aconseja una psicóloga

Una experta en alimentación energética nos explica de qué manera ciertos alimentos pueden ayudar a relajar la actividad cerebral
Los alimentos para calmar el cerebro que aconseja una psicóloga
Nuria Val y Coke Bartrina

Sí, existen alimentos que ayudan a calmar el cerebro. Así nos lo confirma la psicóloga Lourdes Ramón, psicóloga responsable del departamento de Orientación de Palasiet Thalasso Clinic & Hotel y experta en alimentación energética. Calmar y descansar la actividad cerebral es un deseo bastante universal en la era de la multitarea y del ‘no llego a todo’ que nos hace vivir acelerados y pensando todo el rato mientras estamos despiertos. Y aunque relajar la mente y lograr esa desconexión no depende solo de ingerir determinadas comidas –hay ciertos hábitos que ayudan, la alimentación también es determinante.

Cómo afectan los alimentos al cerebro

“Necesitamos alimentos que nos proporcionen otro tipo de energía: centrípeta, de vibración y efecto más lento. El modo en que se piensa y se siente depende en gran parte de lo que se come. De la misma manera, según la alimentación energética, hay alimentos que nos proporcionan una energía extrema yin, una energía centrífuga, de dispersión, de vibración y efecto rápido, superficial, que inflama, expande y dilata. Estos efectos son los que producen en nuestro organismo y son los que aceleran nuestro cerebro e incrementan nuestro estrés”, apunta Ramón.

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Alimentos que relajan la actividad cerebral

  1. “Los alimentos ricos en vitamina B1 ya que participa en la formación de neurotransmisores y protegen las células nerviosas”, explica. ¿Alimentos que lo contienen? Legumbres, cereales integrales, semillas de girasol, nueces…
  2. Los que contienen Omega 3, es decir, pescado azul como salmón, caballa, sardina…. También está presente en semillas de chía y nueces. “Regulan la conectividad dendrítica de las neuronas”, afirma la experta. Es decir, las conexiones entre las neuronas que, además, están vinculadas con las sensaciones de estrés y ansiedad.
  3. “Los que contienen triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina, fundamental para la mejora del estado de ánimo”, señala la experta. Se puede encontrar en semillas de soja, cacahuetes, arroz, huevos, plátanos, lácteos…
  4. “Los fosfolípidos como la lecitina también ayuda a calmar la actividad cerebral. Gracias a ella se construyen las vainas que rodean las neuronas. Además, también contiene colina, precursora de la acetilcolina, una sustancia muy necesaria en procesos cerebrales como la memoria”, explica. Podemos consumirlos a través de alimentos como huevos, leche, germen de trigo, almendras…

Alimentos que aceleran el cerebro

Aunque dentro de esta clasificación los alimentos que generan energía extrema son bastante obvios, conviene recordar su nombre: alcohol, café, té, bebidas gaseosas azucaradas, azúcares refinados, edulcorante, helados, chocolates… “Y los carbohidratos procesados y las grasas trans presentes en el pan de molde, hamburguesas, galletas, mantequillas, cremas de untar..”, apunta la experta de Palasiet. Todo esto nos recuerda que la alimentación sana no es solo beneficiosa para el cuerpo, sino también para el cerebro.

La importancia de hacer un ejercicio personal

Aunque hemos repasado la lista de alimentos que relajan y que aceleran, la experta en alimentación energética aconseja que cada persona tome conciencia de la energía que le provocan en su estado de ánimo ciertos grupos de alimentos. “Se trata de intentar consumir alimentos de energía moderada”, explica. Y cuidar la actividad cerebral tanto a través de la alimentación como de buenos hábitos.

Hábitos que ayudan a relajar el cerebro más allá de la comida

Las buenas praxis en el día a día pueden ayudar a lograr la desconexión mental que necesitamos. Por eso conviene recordar la importancia de reservar tiempo para el autocuidado cada día con práctica de actividades que gustan y proporcionan placer como la lectura o realizar manualidades. También escribir, antes de irse a la cama, los pensamientos negativos, preocupaciones o simplemente la lista de tareas que tengamos para el día siguiente antes de irnos a la cama. El experto en suelo Iván Eguzquiza nos confirmó que este hábito de crear una especie de agenda de tareas/preocupaciones nos permite parcelar estos pensamientos y no llevarlos a la cama, minimizando el riesgo de que asaltan en mitad de la noche. También ayuda crear espacios y tener momentos de soledad para analizar las preocupaciones y, si es necesario, tal y como apunta la psicóloga Bárbara Tovar, “reparar emociones que durante el día, con el ritmo de vida acelerado que llevamos, sobre las que no tenemos tiempo de reflexionar”. Dedicar un espacio del día para “reunirse con el cerebro” y permitirse las preocupaciones ayuda a que esas cavilaciones no contaminen el resto del día.