El 9 de octubre Netflix anunció la primera mitad de la sexta temporada de The Crown en Twitter compartiendo una única imagen: Elizabeth Debicki, sentada en un trampolín con un bañador turquesa, de espaldas a la cámara y mirando al mar. Con más de 2,6 millones de visitas, es una imagen que resonó en muchos, y no sólo por las habilidades de diseño gráfico del departamento de marketing de Netflix.
Existen decenas de miles de fotos de Lady Di. Un puñado de ellas, como la de la princesa frente al Taj Mahal y con el ‘vestido de la venganza’ negro, se consideran icónicas. Sin embargo, quizá sólo una de esas imágenes legendarias pueda considerarse angustiosa.
El 24 de agosto de 1997 –una semana antes de su trágica muerte en París–, unos paparazzi captaron a la princesa Diana sentada en el trampolín del yate privado "Jonikal" de Mohamed Al Fayed, frente a la costa de Portofino. Lo que pretendían que fueran unas vacaciones privadas se convirtió rápidamente en un circo mediático después de que los tabloides británicos publicaran su beso a Dodi, el hijo de Fayed, a bordo. Las pujas por esas fotos llegaron a alcanzar las 500.000 libras. Aunque la princesa Diana siempre tuvo una recompensa de facto por su cabeza, ahora era una suma desorbitada y peligrosa, sobre todo cuando empezaron a circular rumores de que la princesa estaba embarazada o comprometida.
Como resultado, los paparazzi la acosaron durante todo el viaje, desesperados por captar a la princesa y a su nuevo interés amoroso. ¿Una de esas fotos? Diana, sola, en un trampolín. Incluso lejos de la costa, podía ser localizada por el objetivo de una cámara y, por tanto, nunca estaba sola.
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Cuando llegó a París, una metrópolis accesible y concurrida, el clamor por fotografiarla alcanzó su punto álgido. El 31 de agosto, mientras era perseguida por paparazzi en moto, el coche en el que viajaba Diana, conducido por un conductor ebrio, se estrelló en el túnel del Puente del Alma. Según el testimonio de los testigos, los paparazzi siguieron tomando fotos mientras la pareja agonizaba.
Más de dos décadas después de su muerte, la inquietante foto de ella en el trampolín sigue grabada en nuestra conciencia: un símbolo del glamour de Lady Di, su aislamiento y la incesante persecución de la que fue objeto. Se utilizó para el póster de 2013 de la película biográfica Diana, protagonizada por Naomi Watts, e inspiró la portada de SZA para su álbum SOS. “Me encantaba lo aislada que se sentía, y eso era lo que más quería transmitir”, declaró el músico a Hot 97. Ahora, Peter Morgan y The Crown son los últimos en aprovechar su poder emocional.
Aunque no está claro hasta qué punto la foto tendrá un papel en la próxima temporada, la serie cubrirá los últimos días de Lady Di, poniendo de nuevo en primer plano la trágica historia de las últimas semanas de su vida.
