Los 60 mejores looks del Festival de Cannes de todos los tiempos
De Grace Kelly a Bella Hadid, la alfombra roja del festival premia siempre la valentía y la irreverencia.
¿Qué necesita un look del Festival de Cine de Cannes para ser icónico? El evento anual, que este año cumple su 77 aniversario, deslumbra siempre con sus fabulosas invitadas vestidas de alta costura. Pero si lo que buscas es epatar de verdad, hace falta otra vuelta de tuerca más en lo que a estilismo se refiere. Del mismo modo que el festival premia el talento más audaz e innovador del mundo del cine, su alfombra roja reconoce la valentía y la irreverencia. En Cannes, se espera indefectiblemente que las celebrities den la campanada.
La puesta en escena es casi tan importante como el estilismo en sí, si bien es cierto que el mítico sujetador de conos de Jean Paul Gaultier que llevó Madonna en 1991 para el estreno de En la cama con Madonna habría impactado él solito sin necesidad de ningún otro aderezo. Aun así, la emoción estuvo servida cuando la Material Girl se despojó del voluminoso abrigo de satén rosa que llevaba para lucir su conjunto de lencería. El descarado gesto acaparó titulares en todo el planeta y abrió aún más al apetito de los fans en torno a su revelador documental.
Pero tampoco hace falta ser la gran provocadora del pop para volver cabezas: basta con una referencia bien traída. En 1987, todas las miradas se posaron sobre la princesa Diana de Gales cuando llegó a la gala en honor del veterano actor Sir Alec Guinness. ¿El motivo? Su vestido azul claro de gasa, diseñado por Catherine Walker. La discreta creación hacía un guiño a otra royal muy querida, Grace Kelly, y al vestuario que le confeccionó la diseñadora Edith Head para Atrapa un ladrón.
Igual de convincente fue la creación floral midi que llevó la propia Kelly en su visita al festival de 1955. La actriz –que acudió a la ciudad para promocionar su película Angustia de vivir, por la que poco después ganaría el Oscar– pisó la alfombra roja junto al actor Jean-Pierre Aumont con un vestido de raso complementado con estola de piel. Sin embargo, el look que pasó finalmente a la historia fue otro más informal que llevó la actriz en su tiempo libre, confeccionado en tafetán de seda. Kelly, que había sido invitada por Olivia de Havilland y su entonces esposo Pierre Galante a unirse a una cena con el príncipe Raniero de Mónaco, llevó un vestido que se había confeccionado ella misma usando el patrón #3100 del coleccionable "Easy to Sew" de McCall. El vestido hecho en casa de Kelly funcionó aquella noche como un amuleto de la buena suerte, y uno que además podía recrear cualquier fan que tuviese 65 centavos en el bolsillo y una máquina de coser.
Las estrellas de hoy triunfan en el Festival de Cannes a base de piezas con un giro especial, lo bastante potentes como para provocar emociones fuertes. Ya sea una doble apuesta a la dulzura (como Björk y su vestido rosa chicle de Marjan Pejoski en 2000); tirar de joyas históricas (como el collar cocodrilo personalizado de Cartier que lució Monica Belluci en 2007, posesión en su día María Félix); o celebrar la historia del arte (a lo Cate Blanchett con los estampados modernistas de Mary Katrantzou en 2018), las elecciones sartoriales más recientes dan siempre mucho de qué hablar. El look de Blanchett fue, de hecho, tan extraordinario que Katranzou se echó a llorar de la emoción.
Es difícil de predecir que looks de 2024 superarán la prueba del tiempo, pero la ceremonia del año pasado ya nos ha dejado más de un modelazo de los que rompen internet. El vestido reconstruido de Elsa Hosk que simulaba ser dos vestidos (o un vestido sobre un corsé lencero) del año pasado, ya fue de por sí casi imposible de ignorar.
Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com