Viajes

Los mejores hoteles de Puglia para una escapada a Italia

Desde castillos medievales hasta suites frente a la playa, he aquí los lugares más extraordinarios para alojarse en el talón de Italia
Masseria Calderisi hotel Puglia
Courtesy of Masseria Calderisi

Quién iba a imaginar que, hace solo 20 años, Puglia era conocida únicamente por ser el talón de esa bota llamada Italia. Hoy en día no solo ha revelado como el enclave perfecto para unas vacaciones en el Mediterráneo, sino que es uno de los destinos más deseados por los italófilos que desean aventurarse más allá de las típicas localidades turísticas de la Toscana y la Costa Amalfitana.

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Puglia

Es fácil de entender. El paisaje, relativamente llano, cuenta con algunas de las ciudades más hermosas de Italia (desde las murallas blanqueadas de Ostuni hasta los pintorescos techos abovedados de los tradicionales trulli de Alberobello), repletas de serpenteantes calles medievales, relucientes iglesias barrocas y bulliciosos mercados. Alrededor de sus extensas costas se encuentran algunas de las playas más prístinas de Italia, con su suave arena blanca, sus rocosas piscinas naturales y sus aguas cristalinas. Y luego está la comida. La especialidad de Puglia, región que se extiende por los mares Adriático y Jónico, es el pescado fresco, como los erizos de mar y el pulpo. También es la cuna de la burrata y las orecchiette, un tipo de pasta con forma de oreja amasada por una nonna en las sinuosas calles del casco antiguo de Bari.

Parte del éxito de Puglia se debe a la eclosión de hoteles de lujo y su diversa de experiencias. Las tradicionales masserias, complejos agrícolas de paredes de cal, vibrantes olivares y nubosos atardeceres rosados, han contribuido en gran medida a que la región sea conocida como "la nueva Toscana", aunque compararla con otras regiones italianas sea subestimar los encantos únicos de Apulia. En Salento, la parte sur de la región (la punta de la punta de la bota, por así decirlo), un conjunto de pequeños hoteles boutique ofrece una gama más ecléctica de maravillosas estancias.

En suma: no ha habido un mejor momento para visitar Puglia. Aquí, siete de los mejores hoteles donde alojarse este verano (y a los que volver).

A pool area at Borgo Egnazia. Photo: Aldo Ricci

Borgo Egnazia

Si una camina por las calles empedradas de Borgo Egnazia, con la luz del atardecer proyectando un resplandor dorado sobre la torre del reloj, jamás pensaría que esta deslumbrante propiedad se construyó hace solo doce años. Cada una de las habitaciones, suites y villas meticulosamente diseñadas de Borgo Egnazia (183 en total) parecen centenarias, pero cuentan con todas las comodidades del lujo contemporáneo. Se rumorea que el arquitecto Pino Brescia, nativo de Puglia y contratado por su savoir faire en la construcción tradicional de la región, picó las paredes con un cincel para revestir la cremosa piedra arenisca con el aspecto más auténtico posible. Sus sinuosas callejuelas están diseñadas para perderse con deleite en ellas.

Two of the pools in the heart of Borgo Egnazia at dusk. Photo: Jacob Sjöman
Borgo Egnazia’s piazza is lit up in the evening for dinner. Photo: Aldo Ricci

Borgo Egnazia fue concebido por la pareja formada por Aldo Melpignano y Camilla Vender (quien dirige la exquisita boutique Bottega Egnazia, ubicada en el propio hotel), pero sus orígenes se remontan a la generación anterior, concretamente a los padres de Melpignano. Fundadores, en 1996, de la Masseria San Domenico, el primer hotel de lujo de la región, Sergio y Marisa Melpignano desempeñaron un papel crucial en la consolidación de Puglia como el resort que es hoy, trabajando por atraer el turismo internacional. El ambicioso Borgo Egnazia es el fruto de esta amplitud de miras.

One of Borgo Egnazia’s winding alleyways. Photo: Aldo Ricci

Borgo Egnazia ofrece un sinnúmero de experiencias: dos clubes de playa, un campo de golf, un spa inspirado en las termas romanas, visitas guiadas en coches de época, clases de cocina, senderismo y catas de aceite y vino. A pesar tan abrumadora lista de actividades y de las enormes dimensiones del complejo, sus impolutas paredes de piedra infunden un apacible sosiego e intimidad en cada una de las habitaciones o suites casette ("casitas"). Esta sensación de reclusión es, sin duda, una de las virtudes que le han granjeado el favor de los famosos, hasta el punto de acoger la boda de Justin Timberlake y Jessica Biel en 2012. Entre sus huéspedes más recientes se encuentran Victoria y David Beckham. El eslogan de Borgo Egnazia es "en ningún otro lugar". Tras pasar unos días en este paraíso, no podrás estar más de acuerdo.

The bedroom of the master suite at Castello di Ugento. Courtesy of Castello di Ugento

Castello di Ugento

En la región de Salento, a unos 15 minutos hacia el interior de las playas de arena blanca que bordean el extremo sur de la península, se encuentra la tranquila ciudad de Ugento. Y en su corazón se encuentra el Castello di Ugento, un impresionante castillo situado en el punto más alto de la ciudad. Casi todo lo que se puede ver hoy en día se construyó en el siglo XVII, pero también cuenta con los cimientos de una torre normanda del siglo XI, que fue descubierta con la cuidadosa reforma del edificio hace cinco años, y que ahora puede verse a través de los suelos de cristal del comedor.

La atención al detalle y el instinto de conservación son las señas de identidad de la restauración articulada por Massimo d'Amore y su pareja, Diana Bianchi. El castillo es propiedad de la familia d'Amore desde el siglo XVII. Las nueve habitaciones, decoradas individualmente, se complementan con un huerto y con Masseria Le Mandorle, propiedad hermana a pocos minutos de distancia con piscina e instalaciones deportivas.

The garden at Castello di Ugento. Courtesy of Castello di Ugento
Il Tempo Nuovo restaurant—with glass floors looking to the remains of the Norman tower underneath—at Castello di Ugento. Courtesy of Castello di Ugento

Lo más destacado es la comida: en el restaurante del hotel, Il Tempo Nuovo, el chef Tommaso Sanguedolce da un giro fresco y sin pretensiones a la cocina tradicional de Puglia, mientras que el ya consolidado Centro Culinario de Puglia ofrece clases de cocina para todos los niveles, desde principiantes hasta chefs con estrellas Michelin que quieran profundizar en la cocina italiana. Por último, en el piano nobile del edificio se encuentran unas impresionantes salas con frescos barrocos, recientemente restaurados, en las que Bianchi está preparando varias exposiciones de artistas contemporáneos, tanto locales como foráneos. Si de inmersión cultural hablamos, el Castello di Ugento no tiene rival en Puglia.

Looking through to the bar of Masseria Torre Maizza from its Carosello restaurant. Photo: Tyso Sadlo

Masseria Torre Maizza

Torre Maizza, una de las lujosas maserías que han surgido entre las ciudades de Fasano y Savelletri, fue una de las primeras estancias de alta gama en la región cuando abrió sus puertas en la década de 2000. Desde su adquisición y reforma por parte de Rocco Forte Hotels, en 2019, sus posibilidades se han multiplicado. Se trata de la quintaesencia de unas relajantes vacaciones en una masía con todos los elementos rústicos de la típica estancia campestre: una piscina azul brillante, fruta fresca y bicicletas para pasear por los olivares. Pero son los detalles del comedor y los interiores (fruto de Olga Polizzi, miembro de la familia Rocco Forte y directora de diseño de la cadena) los que lo hacen verdaderamente especial. El magnífico restaurante del hotel, por ejemplo, se encuentra dentro de una pérgola cubierta de hiedra y rosas con vistas al huerto de la propiedad.

The pool and bar area at Masseria Torre Maizza. Courtesy of Rocco Forte Hotels
The interior dining area of Carosello restaurant at Masseria Torre Maizza. Courtesy of Rocco Forte Hotels

En la Masseria Torre Maizza uno tiene la sensación de que el tiempo se ha detenido. La amplia zona de la piscina cuenta con un bar con vinos locales frescos y versiones creativas de los típicos aperitivos italianos. El spa cuenta con productos de la hija de Forte, Irene, como exfoliantes y aceites inspirados en los productos botánicos del sur de Italia. A pesar de ser un grupo hotelero, el tamaño relativamente modesto de Rocco Forte ha mantenido el tono familiar sus detalles más acogedores. Un pequeño paraíso en el que pasar una tarde de verano bajo un naranjo, con un libro, mientras la fresca brisa del mar susurra entre los árboles.

A common room at Palazzo Daniele with the hotel’s honesty bar. Photo: Renee Kemps

Palacio Daniele

Otra opción en la región de Salento es el Palazzo Daniele, en la pequeña pero acogedora ciudad de Gagliano del Capo, a cinco minutos en coche de las playas más espectaculares de la región. Pero el verdadero encanto del Palazzo Daniele se encuentra entre sus muros del siglo XIX, sus tranquilos jardines y una piscina perfectamente equipada, todo ello en el centro de la ciudad. La decoración del hotel, lúdica y exquisita, surge en parte del pasado del castillo como anfitrión de residencias de artistas. Su propietario, el exabogado y coleccionista de arte Francesco Petrucci, decidió colaborar con su amigo Gabriele Salini (propietario del modesto hotel G-Rough de Roma) para convertir la propiedad en una casa de nueve habitaciones que abrió sus puertas en la primavera de 2019.

The courtyard at Palazzo Daniele. Photo: Serena Eller

El resultado es un encantador batiburrillo de frescos cenitales de arte contemporáneo de vanguardia, armónicamente dispuesto por los arquitectos y diseñadores milaneses Ludovica y Roberto Palomba. Las paredes monásticas de yeso se han dejado prácticamente intactas, con sus superficies desgastadas y sus grietas, limitando las intervenciones a accesorios de iluminación y muebles modernistas estratégicamente ubicados. Cada habitación tiene sus propias sorpresas. Una estrecha escalera (que en su día incluía un pasillo secreto que llegaba hasta la playa) da acceso al cuarto de baño. De estos, el más convencional cuenta con una ducha en el centro de la habitación y un lavabo en forma de concha, una fantasiosa réplica del Nacimiento de Venus de Boticelli. Palabras mayores.

The courtyard at Palazzo Daniele.Photo: Renee Kemps
The royal junior suite at Palazzo Daniele. Photo: Renee Kemps
Looking into the kitchen of Palazzo Daniele from the pool area.Photo: Serena Eller

Una vez más, el hotel destaca por su oferta culinaria. Por la mañana, su cocina abierta te permite servirte pasteles o pedir huevos a tu manera con la ayuda de la cocinera Donata y sus sonrientes ayudantes de cocina. A la hora de comer te servirán tantos platos como desees, todos ellos procedentes de agricultores locales, en la zona sombreada de la piscina. Por la noche, el área exterior se transforma con luces en los árboles y un barman que prepara originales cócteles. El lema del hotel es "questa casa non è un albergo", o sea, "esta casa no es un hotel", lo que se refleja en los generosos lounges compartidos y el bar al aire libre, construido alrededor de un antiguo santuario religioso. Teniendo en cuenta que Petrucci tiene su propia su vivienda en el complejo, el eslogan es más que eso: tras unas horas en el Palazzo Daniele te sentirás como en tu propio hogar.

The main courtyard of Masseria Calderisi.Photo: Andreas Kusy

Masseria Calderisi

La Masseria Calderisi, relativamente nueva en la escena (y por ello rebosante de energía) fue fundada el año pasado por los carismáticos Max y Jutta von Braunmühl, que se enamoraron de Puglia en 2000 y se casaron en la región hace una década. La familia se mezcla frecuentemente con los huéspedes, ya sea acompañándolos al mar en un todoterreno o pasando por sus mesas para tomar un aperitivo. La exuberancia del complejo se manifiesta en su amplia gama de actividades (una tarde en su playa privada, un viaje en barco por el Adriático o una exfoliación corporal en el spa con miel, sal y limón de los jardines de la masía), así como en su encantadora boutique, que cuenta con cerámica local, mermeladas y aceites de oliva, prendas informales y ropa de playa de marcas como Etro, Max Mara y Missoni.

The outdoor dining area at Masseria Calderisi’s La Corte restaurant. Courtesy of Masseria Calderisi
A bedroom at Masseria Calderisi. Courtesy of Masseria Calderisi

Esta sensación de calidez se extiende a su impecable hospitalidad, amable y atenta, pero nunca dominante. También es visible en la convivencia orgánica entre los huéspedes, muchos de los cuales disfrutan charlando de este hallazgo entre las cada vez más numerosas maserías de lujo de la región. Si quieres entablar conversación con quienes ocupan la tumbona de al lado, no te resistas; puede que hasta te encuentres con ellos en una sesión matutina de elaboración de pan en el horno de leña restaurado del hotel, o en una fiesta de la pizza, que se celebra dos veces por semana en el gran patio del hotel. Masseria Calderisi es un enclave idílico de Puglia con un toque fresco y juvenil.

The bedroom of the flagship Paragon suite at Paragon 700. Photo: Gregory Venere

Paragon 700 Boutique Hotel & Spa

Ya desde el exterior, el Paragon 700 no es el típico palacio italiano. Su llamativa fachada de piedra rústica roja sobresale en la espectacular "ciudad blanca" de Ostuni, y el coche de época restaurado del exterior da una pista sobre su inusitada combinación de pasado y presente. El interior es cosa de otro mundo. Sus fundadores, los interioristas Pascale Lauber y Ulrike Bauschke, han apostado por restaurar este misterioso edificio (cuyos orígenes exactos son aún desconocidos) dando rienda suelta a sus instintos estéticos más salvajes. El establecimiento se inauguró el verano pasado con fabulosos resultados.

Paragon 700’s vintage car sits on the piazza directly in front of the palazzo. Photo: Gregory Venere
The pool area at Paragon 700.Photo: Gregory Venere
A bespoke bathtub in one of Paragon 700’s eleven suites. Photo: Gregory Venere

La amplia zona del bar es barroca a la manera de Tim Burton: macabras estatuas de monos sonrientes y reinterpretaciones desfiguradas de pinturas renacentistas. Los candelabros con cera roja se alinean sobre las mesas, y los sofás están tapizados con corbatas de seda. Las 11 habitaciones del hotel, diseñadas de forma individual, son más relajadas, con techos pintados al fresco, lámparas cálidas y sábanas de lino lavado a la piedra. A pesar de su extravagante decoración, el bienestar y la sostenibilidad son una prioridad. El spa, integrado en cuevas subterráneas iluminadas con velas y con acceso a través de un ascensor de cristal, cuenta con bañera de hidromasaje, baño turco, una pared de sal del Himalaya e incluso una piscina de hidromasaje natural excavada en el suelo. Cabe destacar los compromisos del hotel con la energía micro-CHP, el residuo cero y los materiales de construcción locales.

No obstante, el mayor atractivo del Paragon 700 es su privilegiada ubicación en Ostuni, uno de los destinos turísticos más populares de la región sin llegar a saturarse. Perderse en el laberinto de callejuelas de la ciudad y admirar su catedral gótica son vivencias imprescindibles en unas vacaciones en Puglia, pero saber que a la vuelta nos esperan los acogedores alrededores del Paragon 700 y, quizá, un refrescante chapuzón en la piscina, un cóctel tan delicioso como la decoración o una cena en su restaurante gourmet de cocina abierta sublima la experiencia.

The front facade of Castle Elvira. Photo: Rei Moon

Castillo Elvira

El Castillo Elvira, que se inaugurará este año, se encuentra en una pintoresca cresta a unos 20 minutos de la histórica ciudad de Lecce, rodeado de 37 hectáreas de jardines silvestres, olivos, árboles cítricos y un frondoso parque. Pero la verdadera estrella del espectáculo es el propio castillo: según la leyenda, fue construido a principios del siglo XX por una familia napolitana para su hija adolescente Elvira, que murió poco después dejando el castillo abandonado durante más de 100 años. En 2018, una pareja británica compró la propiedad y se propuso devolverle su antiguo esplendor… con un toque del siglo XXI.

The drawing room at Castle Elvira with a vintage Bechstein piano. Photo: Rei Moon

La exuberante decoración, cuya decoración hace guiños a su historia sin menoscabo de las comodidades contemporáneas, es un caleidoscopio de vibrantes colores en el que el arte cubre completamente las paredes de sus seis suites, todas diferentes. El castillo hace hincapié en la intimidad, con cenas familiares, cine privado y una magnífica infinity pool. Con el broche de oro que supone una propiedad más pequeña en la torre de un monasterio del siglo XVIII, el Castillo Elvirase suma a la ecléctica oferta de inigualables estancias de lujo de Puglia.

Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com

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