La historia de los bolsos de Dior es tan larga y bonita como la de la propia casa. Poco después de que Christian Dior diera vida a su línea Corelle en 1947, se afanó en complementar a sus maniquíes de cuello de cisne y cintura de avispa con bolsos de satén y monederos de cuero. En cuanto a la cronología, la casa Dior se fundó en la elegante Avenue Montaigne de París en 1946, y la histórica línea New Look se presentó en 1947. No exageramos si decimos que el mundo se volvió loco por Christian Dior: las noticas de la época demuestran que en 1949, las confecciones textiles de Dior representaban casi tres cuartas partes de las exportaciones de moda de Francia. En todo el globo surgieron señoritas Dior que suspiraban por vestirse como en las ilustraciones de René Gruau para la marca.

Monsieur Dior y sus musas.

Getty Images

Marc Bohan, inventor del monograma Dior Oblique, en 1987.

Getty Images

Hacia 1950, la firma Dior, que había comenzado como taller de alta costura, empezó a diversificarse y crear casi todo lo necesario para armar un look completo. Se lanzó un perfume, llamado Miss Dior muy oportunamente, en honor a la hermana de Christian, Catherine, y más adelante, en 1953, una línea de zapatos. Las damas podían desde entonces lucir elegantes zapatos con la factura exclusiva de Roger Vivier, envueltos en estampados florales de acuarela y otras telas sacadas de los trajes de cóctel (para que los zapatos, cómo no, conjuntasen con el vestido). Como en aquella época Dior no fabricaba sus propios artículos de cuero, la maison recurría a otros para confeccionar sus bolsos. El Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York conserva en su archivo varios bolsos datados de principios de los años 50 con el sello grabado de "Miss Dior", una franquicia de Dior producida probablemente bajo licencia.

Look 42 de la colección de primavera de 1969 de Dior.Cortesía de Dior

Pero el culto a los bolsos de Dior, tal y como los conocemos ahora –el bolso Lady, el Saddle, el Book Tote–, hay que atribuirlo a Marc Bohan, el segundo diseñador en tomar las riendas de la casa de modas tras la prematura muerte de Monsieur Dior a causa de un infarto en 1957 (un tal Yves Saint Laurent fue el primero en la línea de sucesión y tras él llegó Bohan, a finales de 1960). En 1967, Bohan creó el monograma Oblique, en el que las cuatro letras de Dior aparecen entrelazadas en cursiva y luego apiladas una y otra vez hasta formar una línea diagonal. Pasaron dos años antes de que el mundo lo viera por primera vez: el look 42 de la colección de primavera de 1969 presentaba a una modelo de aires mod, con abrigo de lana, gafas redondas XL y un bolso tipo caja estampado con el monograma que se convertiría en icono. Desde entonces, John Galliano salpicó de todo con el Oblique, desde exiguos bikinis hasta sus emblemáticos bolsos Saddle, y la actual directora creativa de Dior, Maria Grazia Chiuri, lo ha aplicado generosamente a bolsos de todas las formas y tamaños. Pero la historia de los bolsos Dior no estaría completa sin el modelo que hizo famoso la más regia de las Misses Dior, una tal princesa Diana de Gales, en cuyo honor se nombró el bolso Lady Dior.

Desde que, en 1947, el vuelo de la falda New Look diera la vuelta al mundo, la maison Dior ha dado mucho que hablar. Hoy repasamos las anécdotas más famosas de los bolsos de Dior.

Diana de Gales con el bolso Lady Dior.

Getty Images

El Lady Dior

En 1989, Gianfranco Ferré comenzó su andadura como director creativo de la casa Dior. Una de sus aportaciones más duraderas a la marca es, sin duda, el bolso Lady Dior. Según cuenta la historia, en 1995, Bernadette Chirac, la esposa del presidente francés Jacques Chirac, llamó a Dior con una petición: quería que la casa creara un bolso exclusivo para regalárselo a Lady Di en su visita a París. El diseño resultante fue, por supuesto, digno de una princesa. Se trata de un bolso de cuero negro acolchado (un diseño inspirado en la tapicería de las sillas Napoleón III que Monsieur Dior utilizó en sus primeros desfiles) que envuelve una elegante caja rectangular. Al igual que el porte que ha de mantener una dama de su categoría, el bolso no se encorvaba ni podía encorvarse, tal vez como guiño a la filosofía con que diseñaba Monsieur Dior: "Quería que mis vestidos se construyeran como edificios", dijo en una ocasión. El bolso Lady Dior también estaba dotado de un par de asas en arco y de detalles metálicos en oro amarillo. La princesa Diana recibió este bolso en una exposición de Cézanne en el Grand Palais y lo llevó en posteriores visitas a Birmingham, Inglaterra y Argentina. El bolso es tan querido como la mujer que lo inspiró, y desde entonces se ha convertido en un imprescindible de la colección de bolsos de Dior. En los últimos tiempos, el bolso se ha fabricado –siempre a mano– en tamaño pequeño, mediano y grande; en piel de ternera flexible, charol o la famosa toile de Jouy de Dior, así como otras versiones y remezclas más llamativas.

Primavera 2000 de Dior.

Vogue Runway
Vogue Runway
Vogue Runway

El Saddle 

John Galliano cuenta entre sus méritos el haber revelado al mundo el Saddle Bag en 1999, como parte de su colección de prêt-à-porter primavera 2000 de Dior. El bolso marcó el inicio de una nueva era: ¿cómo íbamos a entrar sin él en el nuevo milenio? Las fotos de aquella colección muestran looks en denim recortado, con aberturas laterales a la altura del muslo y bajos que rara vez eran rectos. El modelo no tardó en salir del universo fantástico de Galliano y convertirse en tendencia de masas: Carrie Bradshaw lo llevaba (guardaba en él su cigarrillo de emergencia en aquel infructuoso intento de dejar de fumar) así como otras estrellas de principios de los 2000 como las coprotagonistas de Simple Life, Paris Hilton y Nicole Richie, y Mischa Barton en la época de The O.C. El principal rasgo distintivo del bolso era su forma, y Galliano se lo pasó en grande forrándolo con mil y un motivos, del monograma Oblique teñido de rosa bebé a bordados florales de inspiración japonesa. Al poco de lanzarse, el bolso ya gozaba del estatus de ‘it bag’ y desde entonces ha resurgido con frecuencia. En 2018, nuestra locura por todo lo relacionado con el efecto 2000 desencadenó a una fuerte vuelta al Saddle y de ahí que Maria Grazia Chiuri, la actual directora creativa de Dior, devolvió el modelo a la pasarela para la colección de patchwork típicamente norteamericano que de ese otoño. 

Cortesía de Dior
Cortesía de Dior
Cortesía de Dior

El Book Tote

Una temporada antes de que Maria Grazia Chiuri recuperara el bolso Saddle, armó a las modelos de la colección de primavera 2018 de Dior con bolsos tote. Bautizado como Book Tote, este bolso en el que cabe de todo no tardó prácticamente nada en acabar en manos de celebrities, influencers y toda esa jet-set que pulula por Capri, Ibiza y Saint-Tropez en los meses de verano. El rápido ascenso del Book Tote a la categoría de clásico tuvo mucho que ver con que, en realidad, no es un tote cualquier. Según la casa, el modelo se basa en un boceto de Bohan de 1967. Su forma sencilla sirve de lienzo en blanco para acoger los tejidos profusamente bordados con el logo de Dior, el toile de la casa e incluso un monograma propio. Los tamaños van de mini a grande e incluso hay una versión en vertical para llevar, por ejemplo, una o dos revistas.

Este artículo se publicó originalmente en Vogue.com