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Las pinturas de Pablo Picasso cobran vida en la primavera/verano 2020 de Moschino

El último desfile de Jeremy Scott para la casa italiana es una carta de amor al trabajo del prolífico pintor malagueño. Hablamos con el diseñador sobre su inspiración para la Semana de la Moda de Milán.
La vida y el arte de Pablo Picasso cobran vida en la primaveraverano 2020 de Moschino
Copyright Jamie Stoker 2019. All Rights Reserved.

En 1911, Pablo Picasso fue acusado del robo de la Mona Lisa. Después de que la obra maestra de Leonardo da Vinci desapareciera del Louvre, el poeta francés Guillaume Apollinaire se convirtió en sospechoso e implicó a su amigo Pablo Picasso (ambos fueron exonerados cuando el verdadero culpable resultó ser el empleado del museo Vincenzo Peruggia). Este dato desconocido, hoy en día relegado a los libros de historia del arte, fue uno de los puntos de partida para la colección primavera-verano 2020 de Jeremy Scott para Moschino. “Ese es el tema con Picasso”, nos cuenta el diseñador unas pocos horas antes de su desfile para la Semana de la Moda de Milán. “Justo cuando piensas que sabes todo lo que necesitas saber, él va y te sorprende”.

La mujer Picasso

En un guiño al incidente de la Mona Lisa, la última presentación del diseñador hará que estas obras de arte se paseen entre el público. “He creado un par de marcos dorados gigantes para que las modelos los atraviesen”, explica. Las modelos lucirán por turnos sus looks inspirados en Picasso, algunos de ellos haciendo referencia a sus musas y otros que beben directamente de su obra artística. Para prepararse para el desfile, Scott leyó todo lo que encontró al respecto, vio documentales y devoró Genius: Picasso, la serie de 10 episodios de National Geographic en la que Antonio Banderas interpreta al artista. “Pintó muchísimos retratos de las mismas mujeres una y otra vez”, añade el diseñador. “Sus esposas, sus amantes, incluso sus hijas. Me hizo pensar en la mujer Picasso”.

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Cita a la pintora Françoise Gilot y a la fotógrafa surrealista Dora Maar como principales ejemplos, ya que ambas fueron portentos creativos por derecho propio. “Ella es la más cercana a mi corazón”, dice refiriéndose a la última. “Los retratos que le hizo Picasso son muy emblemáticos dentro de su obra y Dora realmente inspiró algo especial en él”. Al traducir estas imágenes en vestidos extravagantes, el diseñador empleó sus osadas paletas de color y experimentó con el volumen y la proporción. “Pensé mucho en el cubismo”, dice. “Quise subvertir las formas de las prendas de la misma manera en que Picasso lo hizo con la realidad. Los ángulos están distorsionados y jugué mucho con la simetría”.

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Matadores y mortalidad

Incluso más teatrales son los outfits que improvisan en torno a algunos temas recurrentes en la obra de Picasso. “Tuvo una carrera muy larga, así que traté de abordar diferentes períodos”, añade el diseñador. “Sabemos que le encantaban las corridas de toros, por ejemplo, así que tuve que hacer referencia a eso”. Aludiendo a pinturas como Corrida: la muerte de un torero de 1933, creó una torera y pantalones de lo más pictóricos a los que añadió borlas doradas. “Ya he hecho toreras otros años e incluso Franco Moschino tuvo una larga historia con los looks al estilo matador”, dice Scott. “Te hacen pensar en la fragilidad de la vida. En las corridas de toros se derrama sangre y alguien morirá, ya sea el toro o el torero”.

Esta idea de mortalidad es la que también domina otro look al que Scott llama “el vestido de la muerte”, un vestido largo de mangas globo que incluye una ilustración blanquecina de un esqueleto. “La muerte fue una parte muy importante de la vida de Picasso”, explica el diseñador. “Cuando su hermana pequeña enfermó hizo un pacto con Dios para que la dejara vivir a cambio de que él no volviese a pintar. Después de que muriera sintió que era culpa suya porque amaba tanto el arte que quería seguir dedicándose a él”. Dos de sus compañeras y musas, Jacqueline Roque y Marie-Thérèse Walter, se quitaron las vidas. “Para Picasso la muerte siempre andaba cerca acechando”, dice Scott. “Eso transmite una sensación muy potente”.

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Motivos abstractos y formas cubistas

Más allá del vestido negro de luto, desde luego no hay escasez de espectáculo. Uno de los favoritos de Scott es un “vestido de guitarra cubista reconstruido”, realizado en cuero con tachuelas. “Tiene un corsé sexy, paneles pintados y parece abstracto, como una guitarra hecha astillas”, explica. “El motivo de la guitarra fue importante para Picasso, así como para Juan Gris y Georges Braque. Las rompieron y diseccionaron, así que quise analizar los instrumentos musicales dentro de esa lengua vernácula cubista”. También hay un vestido de novia hecho de chifón fruncido y salpicado de palomas con lentejuelas. “Es un doble sentido porque Picasso llamó Paloma a su hija”, explica. “Es algo angelical”.

¿Y el broche de oro? “Mi querido amigo Stephen Jones ha hecho unos cuantos sombreros inspirados en esto”, añade el diseñador. “Son una versión gestual y abstracta de la montera que tengo muchísimas ganas de ver”. Ese es el lema unido a Scott: cuando crees que se ha superado, va y hace algo mejor.