Casi un siglo de un vestido negro que jamás pasará de moda
Ajustado y enseñando el hombro, lo han llevado desde Ava Gardner a Lady Di, pasando por Giorgia Tordini vestida de Prada
Christian Vierig1/11En el balance que se puede ir haciendo en términos de 2019 hay un vestido negro que nos ha calado: ajustado, en forma de sugerente uve hacia el pecho y enseñando hombro. Giorgia Tordini y Rosie Huntington Witheley ya han llevado en los últimos mese el vestido de Prada que podría ser un buen resumen del año en términos de elegancia híperfemenina y, por qué no, también en términos de 'revenge dress'.
Princess Diana Archive2/11Resulta inevitable pensar en aquel de Prada sin tener en mente el 'vestido venganza' firmado por Christina Stambolian con el que Diana de Gales llegó a la Serpentine Gallery de Londres en 1994. Se acababa de hacer público el affaire del príncipe Carlos con Camila Parker Bowles y Lady Di decidió sacar del armario un diseño que anteriormente había considerado "demasiado arriesgado".
Getty Images3/11Aquel vestido venganza fue una versión más escotada de otro diseño en terciopelo azul creado por Victor Edelstein que Lady Di lució en 1985 en un baile en la Casa Blanca (el mítico con John Travolta). Su color tan oscuro y sus líneas lo hacen digno de esta lista, además de su actualidad: saldrá a subasta con un precio de salida de 350.000 libras.
Henry Clarke4/11Modelo de noche de tafetán negro que se ajusta a los hombros, firmado por Pertegaz. La modelo posa para Henry Clarke en la entrada de la taberna Las Cuevas de Luis Candelas, de Madrid (1954).
Silver Screen Collection5/11Ava Gardner, con un vestido negro enseñando el hombro, en 1955.
Edward Steichen6/11El mítico fotógrafo Edward Steichen inmortalizó a Vivian Dixon para Vogue luciendo un vestido negro de tafetán con capa en 1934.
Arthur Elgort / Conde Nast7/11Paulina Porizkova en una fotografía de Arthur Elgort luciendo un vestido de terciopelo negro con detalles de lazos (1987).
Horst P. Horst8/11Horst P. Horst fue otro de los fotógrafos de moda que inmortalizó este tipo de vestido atemporal, esta vez en la figura de la esposa de Alfred Gwynne Vanderbilt vestida para el baile de Bellas Artes (1940), con joyas de Cartier.
