JW Anderson

Se veía venir. Jonathan William Anderson, más conocido como JW Anderson, estaba a punto de dar el campanazo. Lo llevaba haciendo desde que creó su marca, de nombre homónimo, en el año 2008, pero había muchos indicios que llevaban a pensar que esas dos iniciales, acompañadas por un ilustre apellido, estaban llamadas a algo muy grande. Y así fue, el “niño prodigio” de la pasarela británica se consagró como director creativo de Loewe.

Jonathan nació en Irlanda del Norte. De niño soñaba con ser actor. Hizo algunos cursos de interpretación pero finalmente decidió (al menos de momento) aparcar la actuación y centrarse en la moda. Se graduó en el London College of Fashion y poco después comenzó a colaborar con Prada como visual merchandiser. Con la experiencia justa se lanzó a la aventura de crear su propia marca. Empezó haciendo moda masculina para, dos años después, meterse de lleno en el diseño de prendas para ellas.

Firme defensor de la transversalidad en esto de la moda, sus colecciones con toques femeninos para ellos y masculinos, o directamente neutros para ellas son de lo más sugerente visto en los últimos años. Anderson confirmaba en Vogue USA que: "a la hora de diseñar, para mí no hay diferencias entre hacerlo para hombre o para mujer". Su particular forma de entender la moda le reportó no pocas satisfacciones: un premio al diseñador emergente del año en los British Fashion Awards; una colección para Versus sucediendo a Christopher Kane; otra para Topshop y, la más importante, un puesto como diseñador estrella en Loewe.

"Cuando Delphine Arnault -hija de Bernard Arnault, presidente del grupo LVMH, al que pertenece la legendaria marca española- y yo conocimos a Jonathan, consideramos de inmediato que podíamos ayudarle a expresar todo el potencial de su firma; una marca innovadora, emergente y que ya entonces era influyente", asegura Pierre-Yves Roussel, presidente y consejero delegado de la División de Moda del grupo. "Al conversar sobre nuestro acuerdo, y según lo fuimos conociendo mejor, comprendimos que, por su conocimiento de todas las facetas del proceso creativo de una marca, y por su capacidad para transformar la tradición en una visión excitante para el presente, era, además, perfecto como director creativo de Loewe".

Él, por su parte, aseguraba: "Estoy entusiasmado por unirme a Loewe, una de las más antiguas firmas de lujo del mundo, especializada en artículos de piel, y en la que he encontrado una artesanía excepcional combinada con pureza y ligereza ". Y añadía: "Cuando pienso en Loewe, pienso en la mano española, que es entregada y apasionada. Hay una forma diferente de hacer bolsos. Única, ruda y llena de fuerza ".

En lo personal, Anderson se define como "extremadamente positivo y fanático del control, me gusta estar involucrado en todo". Para definir su estilo a la hora de vestir bastarían términos como sencillez o practicidad: " No compro ropa. Solía estar obsesionado con Tom Ford, Hedi Slimane y Prada de joven. Cuando empecé a diseñar, sentí algo parecido a cuando cocinas para alguie: si cocinas es difícil comértelo. Tiene que ser muy simple, porque sólo así siento que puedo transmitir ; y además odio tomar decisiones por la mañana" conluía en una entrevista concedida a Vogue España en enero de 2014.

En sus colecciones, tanto para Loewe como para su propia marca, apuesta por el color y por las colaboraciones. Uno de sus grandes éxitos al frente de la casa de moda de origen español fue la creación del bolso Puzzle, su primer éxito de ventas y uno de los bolsos más deseados del mundo.