Lady Di llevó primero la manicure francesa que hoy está de moda

Lady Di sabía que llevar la manicura francesa es una forma sencilla de ir bien arreglada porque, además, combina con todo.
Princesa Diana con manicura francesa.
Antony Jones/Getty Images.

El fin de semana vi todos los episodios disponibles de la sexta temporada de The Crown y, entre tanta charla sobre Lady Di, las escenas fantasmales y anillos de compromiso, fue otro pequeño –pero no insignificante– detalle el que me obligó a escribir sobre ello. Así que me encuentro aquí redactando una nota sobre cómo a la princesa Diana, interpretada brillantemente por Elizabeth Debicki, nunca se la ve sin una inmaculada manicura francesa, ya sea de vacaciones en el sur de Francia con Dodi Fayed, o en casa con sus hijos en Londres.

Hay una razón para ello: A Diana le gustaba llevar la clásica manicura francesa, como a tantas mujeres en los años 90, la década en la que la combinación de una punta blanca y una base rosa se hizo tan popular. La manicura clásica de Diana daba un brillo óptimo a las puntas de los dedos de la realeza, combinaba a la perfección con cualquier conjunto y resultaba tan glamurosa en las noches de fiesta como suave y sutil en las visitas a proyectos comunitarios y hospitales.

‘La manicura francesa era –y sigue siendo– una forma sencilla de conseguir unas uñas bien arregladas’, afirma la manicurista Julia Diogo, que cuenta con Rosie Huntington-Whiteley entre sus clientas. ‘Además, ayuda a alargar el aspecto de los dedos’.

Tras pasar de moda en los años 90, la manicura francesa resurgió hace unos años y ahora es tan popular que las búsquedas en Google se han disparado un 2.400% este año. Hoy en día no nos limitamos a los tonos rosas y blancos que tanto gustaban a Lady Di, sino que experimentamos con diferentes colores, texturas y otros tipos de nail art para que nuestras uñas canten.

Una escena de la última temporada de The Crown.

Cortesía de Netflix.

‘Creo que con el paso de los años hemos conseguido elevar la manicura francesa’, dice Diogo, ‘y me alegro de que haya vuelto: una microfrancesa brillante es atemporal y combina con todo’. Hay formas de conseguir que luzca regia y refinada, en lugar de anticuada u hortera. ‘Una punta fina es mejor que una gruesa, y elegir el color de base adecuado para tu tono de piel también es muy importante’, dice, ‘suelo aplicar otra capa del tono de base que he elegido sobre la punta blanca para atenuar ligeramente el brillo del blanco, así se consigue un aspecto más natural’.

Un buen técnico de uñas debería ser capaz de aconsejarte sobre el mejor nude para tu tono de piel, pero si quieres probar el look en casa, Diogo recomienda La Base Camélia de Chanel para tonos de piel pálidos y aceitunados, 108 Muguet de Dior para tonos de piel ligeramente más oscuros o asiáticos, y Spun Out Of Dreams de BioSculpture para pieles más oscuras.

Una buena manicura tiene el poder de hacer o deshacer un look, por no hablar de mejorar cómo nos sentimos. Y, aunque la actual princesa de Gales tiende a evitar llevar esmalte en las uñas –salvo un toque de esmalte nude de vez en cuando–, no cabe duda de que el esmalte francés le sentaría de maravilla.

Artículo publicado originalmente en British Vogue, vogue.co.uk.