Jennifer Lopez conversa con Vogue sobre su camino al amor y la felicidad

Una entrevista exclusiva con la cantante, actriz y empresaria que ha roto todos los esquemas. 
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En un día de octubre particularmente caluroso y con mucho viento, a las afueras del Valle de San Fernando, en Los Angeles, Jennifer Lopez (alguien a quien nunca se le ha acusado de carecer de ambición) se prepara para salvar el mundo. No este mundo, aunque este seguramente también necesita ser salvado, sino una distopia imaginaria, a un siglo de distancia, en la que los robots (como suelen hacerlo) amenazan a la raza humana.

‘Para mi, esta es una historia de amor’, dice Jennifer Lopez, entre risas. 

Ella se ríe porque, por supuesto, el amor es su gran proyecto en este mundo, el amor revuelto, público, de décadas, a veces glamoroso, a veces traicionero, a menudo un frustrado proyecto. Se trata de un lente que reposa sobre sus ojos, y ella no puede evitar ver todo tan rosa como el diamante de seis quilates con el que Ben Affleck le propuso matrimonio la primera vez, en 2002. 

Pero Atlas (la película que está filmando hoy, y que es parte de un nuevo acuerdo entre su compañía de cine, Nuyorican Productions y Netflix) no es lo que la mayoría de la gente tiene en mente de una historia de amor. De hecho, es un thriller de ciencia ficción en el que Jennifer Lopez interpreta a un analista de inteligencia militar designada para reconfigurar una forma potencialmente letal de inteligencia artificial. Aunque el vestuario es más de Mad Max que de la comedia Wedding Planner, los estudiosos de la carrera de Jennifer López encontrarán en Atlas a un personaje familiar: una valiente mujer, testaruda, con poco tiempo para los sentimientos de la vida, hasta que llegue el hombre (o androide) adecuado.

‘Cerrada. Totalmente obsesionada con su trabajo. Lidiando con mucho dolor y tristeza desde su infancia’, continúa Lopez, haciendo una alusión explícita a la porosidad que ha caracterizado la relación entre su vida y su arte en las últimas tres décadas. ‘Ella tiene que aprender a dejarlo entrar en su vida para que puedan ser más fuertes juntos’. 

Estamos sentados y hablando en una pausa, entre la grabación de algunas tomas. Nos ubicamos en su tienda de campaña ubicada en el foro de sonido, donde se han hecho grandes esfuerzos para crear un verdadero oasis en un entorno agitado y bullicioso. Su vela favorita parpadea en un escritorio de color crema de imitación de shagreen, y una manta negra Hermès cubre una mesa de masajes. En la pequeña sala de estar, un juego de ajedrez de mármol descansa sobre una mesa de café del mismo material, y encima cuelga un cartel de neón verde cuya tipografía cursiva suave dice ‘Sra. Affleck’. Este fue un regalo del crew. 

Jennifer Lopez, con el cabello algo despeinado, su cuello y sus sienes cubiertas de sangre falsa, se sorprende al enterarse de que unos días después de su matrimonio en julio, el New York Times publicó un artículo de opinión expresando su decepción, ya que en un momento en que los ideales feministas se veían en peligro en Estados Unidos, Jennifer Lopez había tomado el apellido de su marido. (Ella compartió esta noticia, junto con algunas fotos de la excursión familiar a Las Vegas, en su newsletter gratuito, que le llega a todos sus fans gracias a una suscripción y que se llama ‘On The Jlo’. Con este boletín sus fans reciben una actualización mensual, con pocos filtros, pero sin embargo, muy bien curada, sobre su vida). 

Jennifer Lopez en su más reciente portada para Vogue. 

‘¿Qué? ¿En serio?’, me pregunta. ‘La gente me va a seguir llamando Jennifer Lopez. Pero mi nombre legal será el de Sra. Affleck porque estamos unidos. Somos marido y mujer. estoy orgullosa de eso. No creo que sea un problema’. ¿Quiere decir que no hay una parte de ti que quiera que Ben sea el Sr. Lopez? Ella se ríe. ‘¡No! No es tradicional. No tiene nada de romántico. Parece un movimiento basado en el poder, ¿me entiendes? Tengo mucho control de mi propia vida y mi destino y me siento empoderada como mujer y como persona. Puedo entender que la gente tenga sus sentimientos sobre el asunto, y eso también está bien. Pero si quieres saber cómo me siento al respecto, siento que es algo romántico. Todavía llevo la tradición y el romance en mí, y tal vez soy ese tipo de chica’. 

Esta misma Jennifer Lopez es la que ha perseguido el amor a través de cuatro matrimonios, dos compromisos rotos, y varias alianzas mal gestionadas durante 25 años, por eso esto no debería ser noticia nueva para casi nadie. Tampoco el hecho de que sus grandes apuestas románticas hayan coincidido con un impulso profesional implacable, una carrera enormemente productiva y aún en expansión (más de 30 películas, ocho álbumes de estudio, una vertiginosa gama de esfuerzos de branding), y ahora, a la edad de 53 años, un aura intocable que de alguna manera contiene glamour, coraje y bondad a la vez. 

Mientras que a veces parece como si Beyoncé viviera en una pequeña estación espacial tapizada de satén, Jennifer Lopez, a pesar de su aura, se ha mantenido accesible, real, con sus engranajes expuestos. En efecto ella es Jenny From The Block y todo lo que eso representa. Aunque posee un toque inusualmente hábil con la prensa, desempolvando temas con migajas y permaneciendo como un objeto de extrema fascinación mediática, durante un cuarto de siglo, Lopez también ha construido sus propios muros para protegerse a lo largo de los años.

‘Al principio pensaba que podía decir o hacer cualquier cosa’, recuerda. ‘Yo era del Bronx, ¿y quién no decía lo que pensaba, estando allí?’ Su temprana relación con Affleck le ofreció una cruel lección, ya que la prensa sensacionalista la denigró con titulares racistas y clasistas; South Park la parodió brutalmente, y Conan O'Brien le dijo a su audiencia que la ‘dama de la limpieza’ del programa interpretaría a Lopez en un sketch. 

‘Éramos tan jóvenes y estábamos tan enamorados en ese momento, éramos realmente muy despreocupados, sin hijos, sin apegos. Y simplemente estábamos viviendo nuestras vidas, siendo felices y allá fuera. No parecía que necesitáramos escondernos de nadie o ser muy discretos. Estábamos viviendo todo en voz alta, y resultó que realmente aquello nos mordía. Había mucho bajo la superficie, gente que no quería que estuviéramos juntos, gente que pensaba que no era la persona adecuada para él’. Durante los años siguientes, Jennifer Lopez ha parecido reunir un campo de fuerza a su alrededor, como si se convirtiera en un arma contra el escrutinio burlón de la prensa. ‘Me volví muy cautelosa porque me di cuenta de que te iban a destazar. Realmente me gustaría poder decir más. Yo solía ser así. Soy así. Pero también he aprendido’. 

A Jennifer Lopez le gustaría hablar más, especialmente sobre el viaje de regreso hacia Ben Affleck, que, en realidad, ha sido un viaje de auto-descubrimiento que comenzó hace unos 12 años, cuando se separó del cantante y actor Marc Anthony y de repente se encontró siendo una madre soltera de bebés gemelos. Fue un punto muy bajo en lo profesional, en lo emocional y en su carrera: Un par de álbumes habían fallado, y ya no parecía estar recibiendo ofertas de películas como sí habían fluido en años anteriores. Una época financieramente tensa y sin objetivos. En 2011 aceptó un trabajo como juez en American Idol, que, para su gran sorpresa, revitalizó su carrera. Resultó que el toque humano era lo que su audiencia y la industria necesitaban de ella.

'Fue como, ¡Oh! ¿Eso es todo lo que tenía que haber hecho todo este tiempo? ¿Tenía que ser yo misma? Aunque era una competición, era en verdad un reality show', explica, ‘y yo nunca había hecho uno. Hasta entonces solo teníamos lo que los medios de comunicación decían de mí. Me encantaba conocer a los jóvenes porque me identificaba con sus sueños, me encantaba. Hubo muchas cosas que la gente vio de mi, a través de ese programa, pero más que nada creo que vieron mi corazón, que yo era una persona genial, divertida, que era una buena persona. No importa cuántos shows de premios hagas o programas de entrevistas nocturnos en los que te sientes a hablar, la gente siente que estás actuando. Con un reality show, no puedes esconderte tras un guión o una entrevista de cuatro minutos. Estás ahí fuera expuesta’. 

En paralelo, Jennifer Lopez estaba iniciando un proceso privado de autorreflexión y superación que emanaba de la experiencia de la maternidad. Los motivos habían surgido en sus infructuosas relaciones románticas, y ella se sentía lista para interrumpir estos ciclos. ‘Simplemente no entendía lo que era cuidarme a mí misma, no anteponer los sentimientos y necesidades de otra persona (y tu necesidad de que te amen) frente al cuidarte a ti misma’, revela. ‘Te conviertes en un pretzel para la gente y piensas que eso es una cosa noble, ponerte en segundo lugar. Y no lo es. Esos patrones se convierten en patrones profundos que llevas contigo, y luego en un cierto punto te dices: Espera, esto no se siente bien. ¿Por qué nunca soy feliz? Realmente me sentí así durante mucho tiempo. Y finalmente pensé: ¡Ugh! Es hora de que me entienda a mi misma, porque necesito ser buena para estos bebés. E incluso a partir de ahí, con toda la voluntad que tenía, me tomó años y años juntar las piezas, como, saber que esta cosa que hago es debido a esto, esa cosa la hago porque me pasó a esta edad’. 

Jennifer Lopez creció en el barrio de Castle Hill en el Bronx, en lo que ella describe como un típico hogar puertorriqueño de clase trabajadora. Aunque su historia ha sido sobreexplotada por la prensa al hablar de su grandeza futura (la estricta educación, la iglesia todos los domingos, la exposición temprana de su madre a los musicales, una impresionante carrera atlética en la escuela secundaria), vale la pena destacar dos detalles: Guadalupe Rodríguez era una madre joven, divertida y apasionada, pero dura y a veces abrumada con sus tres hijas, e incluso recurría al castigo corporal con ellas, algo que Jennifer ha tratado de entender como una costumbre propia de ese tiempo y lugar. ‘La respetamos, pero también la temíamos’, recuerda. ‘Hizo lo que necesitaba hacer para mantenernos en el carril’. Y David López, su padre, trabajaba de noche y no siempre estaba disponible para su familia. Cuando se divorciaron, después de 33 años de matrimonio, Jennifer recuerda, ‘fue un shock, aunque quizás no debería haberlo sido’. 

En el transcurso de nuestras conversaciones, Lopez trae a colación sus encuentros con textos de autoayuda, meditación, psicoterapia, psiquiatría y coaching de vida. Ella parece haber atacado el proyecto de trabajar a través de su propio trauma infantil, y sus patrones más actuales en forma de apegos poco saludables, con la misma intensidad que ha llevado a cabo sus actividades profesionales. ‘Mis padres me enseñaron el valor del trabajo duro y la importancia de ser una buena persona’, explica. ‘Pero el balance entre ellos fue lo que tuve que averiguar por mi misma. Dio forma a lo que me gustaba en lo que respecta a mi vida personal. Sin infringir en su privacidad, eso fue todo: Quién es tu mamá y quién es tu papá y cómo te aman y te enseñan a amar, en eso se convierten los patrones positivos y negativos que tienes que superar en la vida’. 

Lopez y yo nos reunimos para desayunar en el Polo Lounge en el Hotel Beverly Hills, en una mesa en la parte trasera del jardín, frente a la cual una gran maceta crea una suerte de defensa de seguridad. El restaurante es una especie de sitio de reunión, por defecto, para los residentes de enclaves vecinos de alta alcurnia, como Bel Air y Holmby Hills, y ella llega sin seguridad. La privacidad es importante para ella, pero también es importante que la gente entienda que ella no está pidiendo la simpatía de nadie a cuestas de su fama. ‘El otro día’, recuerda, 'uno de mis hijos dijo, 'Quiero ir al mercado de pulgas.' Y yo le dije, 'Oh, quieres que Ben y yo vayamos?' Luego solo me dijo: 'Sabes que… Es que es todo un tema cuando vas, mamá'. Eso hirió mis sentimientos. Lo entiendo. Quieren pasar tiempo con sus amigos cuando y no estar siendo observados, seguidos y fotografiados. Eso en un tema. No me estoy quejando, pero es un tema'. 

Ella se come un tazón de avena con canela y azúcar, un desayuno popular puertorriqueño, como lo hace su madre, y bebe un capuchino descafeinado (dejó la cafeína hace años). Usa una chaqueta de mezclilla negra con el cuello hacia arriba, su cabello está anudado en un moño apretado, su piel se ve sobrenaturalmente juvenil, quizás el efecto propio de su ADN y los pigmentos ricos en aceite de oliva en su línea JLo Beauty. (Para responder a una pregunta que mucha gente me hizo después de conocernos. Sí, ella se ve absolutamente tan hermosa en persona, como en las fotos)

‘No soy una de estas artistas torturadas’, dice Lopez. ‘Sí, he vivido con gran tristeza, como cualquier otra persona, muchas, muchas veces en mi vida, y con dolor. Pero cuando hago la mejor música o mi mejor arte, es cuando estoy feliz y llena y siento mucho amor’. Tal fue el estado de ánimo que rodeó la composición y grabación de su próximo álbum, que será su primero en casi una década. No se me permite revelar el título, pero basta con decir que sirve como una especie de piedra angular para This Is Me... Then, el álbum que lanzó hace 20 años en los primeros días de su primera temporada en la relación con Affleck.

El mánager de Lopez, Benny Medina, me dijo que ella tiene una manera especial de enamorarse de lo que sea en que esté inmersa en ese momento. Mientras que tiene varias películas a estrenar en los próximos meses, incluyendo la inesperada comedia Shotgun Wedding este invierno y The Mother, en la que ella protagoniza como una ex-asesina, y que saldrá a mediados del próximo año; es este álbum lo que atrae el entusiasmo de López en este momento. 

Ella dice que será el trabajo más honesto que ha hecho, ‘una especie de culminación de lo que soy como persona y artista. La gente cree que sabe cosas sobre lo que me pasó en el camino, los hombres con los que estuve, pero realmente no tienen ni idea, y muchas veces se equivocan. Hay una parte de mí que escondía un lado de mí misma ante todos. Y siento que estoy en un lugar en mi vida, finalmente, donde tengo algo que decir al respecto’.  

Ella me presta sus AirPods para que pueda escuchar algunos cortes inéditos del disco. Hay canciones tristes, confesionales, reflexiones sobre los retos de su pasado, canciones optimistas que celebran el amor y el sexo. Mientras escucho, noto que ha cerrado los ojos y está bailando en su silla y cantando con su propia voz. Por un momento se me ocurre que podría estar engañándome y actuando un poco, pero no, ella está muy metida en su proceso. 

Se podría decir que Lopez ha estado en un territorio tranquilo desde 2019-2020, el período que ella considera como el pico de su carrera hasta ahora. Realizó una actuación bien recibida en Hustlers, su película más exitosa hasta la fecha; completó una gira internacional de 38 conciertos, también su más exitosa hasta la fecha; caminó por la pasarela de Versace en una reencarnación de su icónico vestido de selva verde que llevó a los Grammys, con motivo de su vigésimo aniversario (y se mantuvo como el foco de atención en un mar de modelos de 19 años); ella co-encabezó el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl; y cumplió 50 años

‘Era como, ¡moda! ¡películas! ¡música! Todo se estaba uniendo’, recuerda. También se sintió animada para asumir una posición política pública, añadiendo un segmento en su show del Super Bowl en el que los niños latinos, entre ellos su propie hije, Emme, cantaron su éxito Let's Get Loud en jaulas, en una crítica contra las injusticias de la administración Trump ante los niños y familias detenidas en la frontera. Según López, la NFL inicialmente quería cortar el acto de su programa, pero ella se mantuvo firme.

‘Al principio de mi carrera, la gente me preguntaba sobre política, pero siempre sentí que la gente realmente no quería escuchar a un actor o alguien que cantaba canciones pop’, recuerda. ‘Era como una situación de callarse y bailar. No tenía la confianza, y no quería cometer un error. Pero llegas a un punto en tu vida donde te das cuenta, y si algo está mal, lo dices. Si no estás haciendo algo al respecto entonces eres una especie de cómplice. Ya fueran niños en jaulas, o niños siendo baleados en la calle por la policía, eran todas estas cosas donde me preguntaba, ¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Cuándo perdimos nuestro camino? Salieron a la luz muchas reacciones horribles y feas. Fue realmente triste porque no tenía que ser algo político. Se trataba de ser una buena persona, amar al prójimo, todas las cosas que la gente dice que representan pero luego no practican porque alguien no es igual que ellos o alguien tiene una orientación sexual diferente o identidad de género o una raza diferente. Es como, ¿En serio? ¿No puedes hacerlo? ¿No puedes ser tú y ser feliz y dejar que alguien más sea feliz también?’. 

Ella afirma que la casa Affleck-Lopez en Los Ángeles es un lugar donde esta familia recién unida (sus gemelos de 14 años, sus tres hijos de su matrimonio con Jennifer Garner, que van de los 10 a los 17 años) es apasionada y abierta sobre una variedad de cuestiones políticas y sociales. ‘Esta generación es maravillosamente consciente e involucrada y valiente’, dice, ‘y llamarán la atención sobre las cosas muy rápido. Quiero que mis hijos se defiendan por sí mismos y por las cosas que les importan. Quiero que todas las niñas del mundo hagan ruido. ¡Hagan ruido! Di cuando algo esté mal. No tengas miedo. Tuve miedo durante mucho tiempo: miedo de no conseguir el trabajo, de molestar a la gente, miedo de que a la gente no le gustara. No’. 

Los íntimos de Lopez saben que siempre ha estado a la altura de Affleck. Poco después de que ella y el gran jugador de béisbol retirado, Alex Rodríguez, cancelaran su compromiso a principios de 2021, recibió un correo electrónico del actor y director, que acababa de salir de una relación con la actriz Ana de Armas. Una revista le había pedido a Affleck un comentario sobre Lopez, y quería que ella supiera que había ofrecido una línea de conexión. Siguieron hablando. Empezaron a visitarse en casa. ‘Obviamente no estábamos tratando de salir en público’, explica. ‘Pero nunca me aparté del hecho de que para mí, siempre sentí que había un amor real allí, un amor verdadero allí. La gente en mi vida sabe que él era una persona muy, muy especial en mi vida. Cuando nos reconectamos, esos sentimientos por mí eran todavía muy reales’. 

Ella asegura que de igual forma, Affleck está tan sorprendido como cualquier otra persona por haber logrado recuperar un amor tan joven e importante, y el final de cuento de hadas de toda esta historia sigue divirtiéndolos. (Esto no quiere decir que ella no lo crea. López cree en el cuento de hadas. Un anuncio que aparecía en su boda, celebrada en la casa de Affleck en Savannah, Georgia, este agosto, un mes después de que estuvieran legalmente casados, decía: El amor siempre espera y siempre persevera). 

‘No sé si le recomiendo esto a todo el mundo’, dice. ‘A veces se superan mutuamente, o simplemente crece de manera diferente. Los dos, nos perdimos y nos encontramos. No para desacreditar nada de lo que pasó, porque todas esas cosas eran reales también. Todo lo que siempre hemos querido es llegar a un lugar de paz en nuestras vidas donde realmente sintamos ese tipo de amor que sientes cuando eres muy joven y te preguntas si puedes tener eso de nuevo. ¿Existe? ¿Es real? Todas esas preguntas que creo que todos tienen. Pasas a través de todas estas relaciones, y estás buscando y conectas y desconectas con la gente, y luego dices cosas como, Dios, ¿esto es la vida? ¿Es un carrusel, una montaña rusa, una atracción de carnaval? Y luego todo se asienta. Pero el viaje para lograrlo es un misterio para todos’. 

Aunque ella no usó esta palabra, mi sensación es que Lopez y Affleck están en una especie de recuperación, luego de sus caminos separados. Affleck ha luchado con el alcoholismo durante más de 20 años y recientemente ha trabajado duro para consolidar una sobriedad duradera. Si Lopez ha tenido una adicción paralela, es en el dominio del amor, y ella también ha hecho su trabajo. ‘Tengo que perdonarme por las cosas que hice de las que no estoy orgullosa, las decisiones que fueron en mi contra’, explica. ‘El amor propio es realmente acerca de los límites. Aprender qué es con lo que te sientes cómoda y poner los límites, no tener miedo de las consecuencias. Sabiendo que al cuidar de ti misma, todo saldrá bien, que la gente te tratará de la manera que quieres ser tratada y tu vida se sentirá bien. Durante mucho tiempo, me dije: ¡Sí, haz lo que quieras! Puedo soportarlo, estaré aquí, porque soy muy fuerte, y estaré bien. Poco a poco vas perdiendo tu autoestima, tu alma’. 

La pareja ha trabajado mucho en el proyecto de integración de sus hogares, y están aprendiendo sobre la crianza de los hijos juntos. La ex-esposa de Affleck es, dice López, ‘es una increíble co-madre, y trabajamos muy bien juntas’. López no tiene el beneficio de tal relación con su ex marido, que vive en la costa este. ‘La transición es un proceso que necesita ser manejado con mucho cuidado’, dice. ‘Tienen muchos sentimientos. Son adolescentes. Pero va muy bien hasta ahora. Lo que espero cultivar con nuestra familia es que sus hijos tienen una nueva aliada en mí y mis hijos tienen un nuevo aliado en él, alguien que realmente ama y se preocupa por ellos, pero que puede tener una perspectiva diferente y ayudarme a ver cosas que no puedo ver con mis hijos porque estoy tan emocionalmente atada a ellos’. 

Por supuesto, López está criando niños con muchos más privilegios de los que ella disfrutaba a esa edad, y espera que su propio modelo de trabajo duro les permita mantenerse con los pies en la tierra. ‘Es difícil, a su manera, cuando no tienes que luchar por las cosas, porque entonces no aprendes a ser una luchadora’, dice, boxeando al aire con sus puños. ‘Yo tenía que aprender a luchar. Yo quería darles una vida que no tenían… quería que lograran desarrollar esa mentalidad de supervivencia’. 

Lopez ha anotado un punto al salir de la sombra de su madre, tratando de no levantar la voz, mantener su temperamento, no batallar con sus hijos cuando se rebelan. ‘Realmente quería encontrar una mejor manera que tener que imponer el miedo en ellos. Es como, puedo mantener un límite con ustedes, pero también ser su aliada. Ese es el equilibrio, donde te respetan lo suficiente porque actúas de una manera que ellos puedan admirar. Es lo que siento que quiero hacer porque cuando era joven eso no era lo que veía’. 

Y no obstante, Guadalupe Rodríguez trabajó duro para enseñarle a sus hijas a ser buenas y grandes. Es una lección que Lopez está dispuesta a transmitir. ‘Quiero que les vaya bien en la escuela’, agrega (sus gemelos comenzaron la secundaria este otoño), 'y luego mi hijo siempre termina la oración. Él me dice, 'Pero te importa más que seamos buenas personas.' Yo digo, 'Así es. Así es.' 

‘La belleza de ser padre es que piensas que vas a enseñarles todas estas cosas, y lo haces. Transmites todas las cosas que sabes, todo el conocimiento que tienes. Pero al final del día ellos terminan enseñándote tanto y recordándote las cosas que necesitas saber sobre la vida y cómo amar a alguien y cómo cuidar a la gente, que en tus 20 y 30 años, mientras haces lo tuyo, puedes perder de vista. Nos volvemos tan egocéntricos en ciertos puntos de nuestras vidas cuando tenemos nuestras metas y nuestras cosas’, agrega. 

Affleck, por su parte, se alegra de que su esposa tolera cuando él canta en la ducha. Para él, el gran atractivo de todos estos años que pasaron no fueron las formas en que Lopez ha cambiado, sino las formas en que no lo ha hecho. ‘Hay algo innato, mágicamente amable y bueno y lleno de amor en el corazón de lo que es Jennifer’, explica. ‘Esa es exactamente la persona que recuerdo de hace 20 años. Tal vez veo todos los cambios que ha hecho, pero mientras la veo a detalle, sobre todo veo a alguien que ha conservado, contra todo pronóstico, lo que siempre la hizo la más increíble para mí: una persona con un corazón que parece sin límite de amor. Ella es mi ideal del tipo de persona que quiero ser’. 

Lopez tiene grandes planes multimedia para su actual proyecto musical. Ella quiere crear una odisea sonora a la manera de The Wall de Pink Floyd, dice, pero con un mensaje sobre esperanza y amor. Quizás el momento más conmovedor en Halftime, el documental sobre su presentación en el Super Bowl lanzado en Netflix en junio pasado, ocurre cuando Lopez está leyendo en voz alta un artículo sobre sí misma en Glamour. ‘Es emocionante ver a una actriz siendo subestimada criminalmente’ (aquí se detiene, y se le salen las lágrimas) ‘tras obtener su debida mención en los medios más prestigiosos relacionados al mundo del cine’. Y de hecho, Lopez no consiguió su debida nominación al Oscar, algo que muchos en la industria vieron como un gran desaire. 

El Grammy sigue esquivándola, también. A pesar de su estrellato, ha pasado años luchando por la credibilidad, y por todos sus logros artísticos. Y es que para algunas personas ella simplemente vive de ser Jennifer Lopez. Esto duele menos que antes.

‘Siempre me he sentido como una extraña, en el mundo de la moda, el mundo de la música, el mundo del cine’, explica. ‘Siento que todos se conocen y todos los artistas se hablan. Vas a la MET Gala y todas las chicas están juntas, y yo no estoy en ese grupo. Quizás sea inseguridad. No es porque sea antisocial o no quiera hacer amigos. Siempre ha sido una especie de marcha al ritmo de mi propio tambor, una persona del tipo solitario. Me digo, voy a permanecer centrada en mis cosas. Siempre me he sentido así. Todavía lo hago. ¡Pero lo intento! Antes todo solía girar alrededor de la idea de la validación ante los ojos de otras personas. Realmente solía serlo. Porque quería ser parte del club. Pero ya no. Hay algo más grande que busco. Se trata de tocar la vida de la gente y ser tocada’. 

Hace veinte años, en una época que el mundo ha bautizado como Bennifer 1.0, Affleck le dio a López el apodo de ‘Little’. Él mide 1,80 metros y es casi 30 centímetros más alto que ella. Cuando se reunieron, le dijo que no estaba seguro de si ese viejo apodo todavía aplicaba, ya que ella parecía de alguna manera demasiado realizada y plena, como para ser llamada ‘Little’, incluso siendo un apodo de cariño. 

Pero el apodo ha regresado, incluso cuando Lopez ha llegado a parecer la madre de todos nosotros, una fuerza para el bien en un planeta a veces oscuro. Crecer, llegar allí, ha sido el trabajo de su vida, y además de todo eso... un trabajo constante. ‘Llegas al otro lado, y eres mejor, eres más fuerte, eres buena por tu cuenta’, dice. ‘Pero hay un pedacito de ese yo anterior que era totalmente abierto, inocente y sin miedo, que se ha ido. A veces lloro eso, porque soy tan romántica’. Su voz se ha suavizado a un susurro: ‘Y porque amaba tanto a esa persona’. 

‘Toda mi vida, toda mi carrera musical fue por amor: cada película que elegí, cada álbum que hice. Aunque estoy súper orgullosa de lo que soy hoy, y no cambiaría una puta cosa, y finalmente puedo decir que, como ser humano, como mujer, como compañera, como esposa, como compañera de trabajo, como madre y madrastra, solo hay un pedacito donde te sientes como, ¿Ese era mi viejo yo? Ella era una persona muy dulce’. 

En esta sesión de fotos: Cabello, Chris Appleton de Color Wow; maquillaje, Mary Phillips. 

Artículo originalmente publicado en Vogue US, vogue.com.