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La historia secreta de la costurera que confeccionó el velo de Lady Di 

Todos recordamos el vestido realizado para Lady Di por Elizabeth y David Emanuel, pero poco se sabe de las manos y talento de la costurera encargada del velo. 
Lady Diana y el principe Carlos desde el balcón de Buckingham
Lady Diana y el principe Carlos. Getty Images. 

Todos recordamos la imagen de Lady Di, la princesa de Gales, saliendo de su carruaje real y subiendo por las escaleras de la Catedral de San Pablo en el día de su boda. ‘Fue como ver una mariposa saliendo de su crisálida’, afirma Elizabeth Emanuel, una de las creadoras del vestido en una conversación con Vogue UK. 

En ese momento el viento movía su velo que caía sobre una larga cola repleta de perlas, la más larga en la historia de la monarquía británica. La imagen tan espectacular resumió perfectamente el estilo real mezclado con romance que caracterizó a Lady Di, junto a su mundo de curiosidades. 

Este increíble vestido marcó la historia de la moda nupcial por décadas, y fue realizado por Elizabeth y su entonces esposo David, quienes no dudaron en recurrir a los mejores artesanos del Reino Unido para reunir las mejores técnicas y materiales, incluído el trabajo de Peggy Umpleby. 

Lady Di con un vestido de tul que parecía una nube, llegando a la Catedral de San Pablo, lista para casarse con el príncipe Carlos y convertirse en la princesa de corazones. 

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¿Quién fue la encargada del velo de Lady Di?

Peggy Umpleby, conocida cariñosamente en el mundo de la moda británica como ‘Miss Peggy’, junto a su empleador, la firma S. Lock (ahora conocida como Hand & Lock) fueron los encargados de crear el espectacular velo de tul de seda, bordado a mano. 

Pese a que la principal casa de bordados, decora las prendas oficiales de la familia real desde 1767, para este vestido las reglas cambiaron y este especial pedido se mantuvo en completo secreto.

Únicamente la señorita Peggy podía ver los avances y saber todos los detalles de esta increíble creación. Peggy había estado trabajando para S. Lock por más de 35 años, así que era la candidata óptima para llevar a cabo el complejo ‘brief’ que le habían dejado Elizabeth y David Emanuel. 

El increíble velo de más de 139 metros de tul de Lady Di cayendo como una cascada por las escaleras de la catedral de San Pablo. La pieza estaba asegurada a las faldas del vestido con un mecanismo especialmente ideado que también incluía una herradura dorada, para la buena suerte. 

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‘Pedí que las diminutas lentejuelas de perlas de nácar parecieran estar esparcidas por el tul’, explicó Elizabeth. ‘Como las lentejuelas eran casi transparentes, solo los reflejos de brillo serían visibles, creando un efecto como de polvo de hadas. Usamos las mismas lentejuelas en el vestido, para que también brillaran mientras Lady Di caminaba hacia el altar’.

Con 139 metros de tul, 10 mil micro perlas y sin un patrón específico, Umpleby se puso manos a la obra usando únicamente su intuición y un gran bastidor para ir trabajando sobre las delicadas capas de tela. 

La tiara Spencer, un dulce guiño a la herencia familiar de Lady Di, que aseguró el vasto velo en su lugar.

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'Al inicio 'Miss Peggy' trabajaba en el velo en su casa por las noches, incluso llegando a trabajar hasta las 5 de la mañana para subirse de nuevo al metro y regresar al taller', recuerda el historiador de Hand & Lock, Robert McCaffre. 

‘El avance era muy lento y para lograr la fecha de entrega le dijo a sus compañeros que tomaría vacaciones, cuando en realidad estaba en la cocina de su casa, bordando sin parar por dos semanas completas. El velo fue entregado a tiempo y enviado a los diseñadores. Luego tuvo que regresar al trabajo y sus colegas no paraban de decirle que estaba muy pálida, pese a sus dos semanas de vacaciones’. 

El duo Emanuel creó un segundo vestido, en caso de que el original fue filtrado por la prensa. Pero solo había un único velo bordado para la cabeza de Lady Di. 

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David y Elizabeth, tuvieron que emplear a sus madres para completar a tiempo la laboriosa costura del vestido de Lady Diana, y ellas fueron el único salvavidas de la señorita Peggy durante todo el proceso solitario. ‘A pesar de la enorme cantidad de trabajo que implicaba, ella mantuvo la calma durante todo el tiempo’, recuerda Elizabeth sobre la costurera, ahora jubilada.

‘Confiábamos en que interpretaría nuestra visión a la perfección y lo hizo’. Los diseñadores solo vieron a Diana con el vestido y velo en la prueba final en el Palacio de Buckingham, porque había demasiado tul en la creación y no cabía en el pequeño ‘showroom’ de los Emanuel. ‘El efecto fue mágico y Diana se veía deslumbrante, como una princesa de cuento de hadas en la vida real’, nos explica la diseñadora. 

Las imágenes de la radiante princesa, una maestra de guardería convertida en miembro de la realeza envuelta en una nube de tul brillante el día de su boda de 1981, pasarían a la historia como uno de los 'looks' nupciales más épicos de todos los tiempos.

Ese día, los Emanuel empacaron sales aromáticas y muchos imperdibles, pero el icónico look nupcial se logró sin problemas (y sin desmayos). 

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Artículo publicado en Vogue UK, vogue.co.uk.