Cumplir una promesa a los mineros de nuestro país

Nota del editor: esta publicación se publicó originalmente como artículo de opinión en The Patriot-News. Lea el original en inglés en PennLive.com. 

Kevin y su pequeña hija se toman una selfie. Ella está poniendo cara de tonto.
Kevin Weikle sostiene a su hijo pequeño

Kevin Weikle, minero del carbón de Virginia Occidental de 34 años, empezó a trabajar en las minas a los 18. El año pasado, su carrera laboral llegó a su fin. A este padre de cuatro hijos le diagnosticaron una fase avanzada de neumoconiosis y tiene una capacidad pulmonar reducida por respirar polvo nocivo en el trabajo. La enfermedad es incurable, aunque espera un trasplante de pulmón.

“Nunca se me pasó por la cabeza que estaría así a los 34 años”, dijo en una audiencia pública realizada el verano pasado sobre la norma propuesta por la Administración de Seguridad y Salud Minera (Mine Safety and Health Administration, MSHA) para limitar la exposición a la sílice cristalina respirable, conocida como polvo de sílice.

En el Departamento de Trabajo, la historia de Kevin – y la de otros mineros del carbón y sus familias en el centro de Pensilvania – son nuestro llamado a la acción. Los mineros como él – y los más de 11.000 mineros en Pensilvania – son la razón por la que la MSHA anunció su norma definitiva sobre el polvo de sílice, que se estima que salvará más de 1000 vidas y evitará enfermedades graves a miles de personas más.

La comunidad minera lleva mucho tiempo esperando esto. Los peligros del polvo de sílice se conocen desde que Frances Perkins era Secretaria de Trabajo. Los mineros están expuestos a esta sustancia tóxica durante la mayor parte de las actividades mineras. Su inhalación los expone al riesgo de desarrollar enfermedades totalmente prevenibles, pero debilitantes y potencialmente mortales, como la silicosis, el carcinoma broncopulmonar, la bronquitis crónica y las nefropatías. Mezclado con polvo de carbón, puede causar neumoconiosis. Honestamente, es inconcebible que los mineros de nuestro país hayan trabajado sin la protección adecuada contra el polvo de sílice que se ofrece a los trabajadores de otras industrias. La nueva norma de la MSHA equipara el límite de exposición permisible para los mineros con el límite para otros trabajadores, que es de 50 microgramos por metro cúbico de aire, promediados en una jornada de 8 horas.

Informes recientes han ayudado a sacar a la luz el número de mineros a los que se les diagnostica hoy neumoconiosis y otras enfermedades graves como consecuencia de la inhalación de polvo de sílice. Por supuesto, estas noticias desalentadoras no sorprenden a los mineros. 

Durante el proceso de elaboración de la norma, la MSHA examinó y tuvo en cuenta los testimonios presentados en tres audiencias públicas, así como 157 comentarios escritos. Gracias a los valiosos aportes de los mineros y muchas otras partes interesadas, los requisitos de la norma final incluyen una serie de medidas para proteger mejor la salud de los mineros, incluidos los requisitos de controles técnicos y vigilancia para evitar la sobreexposición.

Al igual que los requisitos actuales para las minas de carbón, la norma también exige a los operadores de minas metálicas y no metálicas que creen programas de seguimiento médico que incluyan revisiones periódicas de la salud de los mineros sin costo alguno para ellos. Y, lo que es más importante, la norma definitiva actualiza las normas de protección respiratoria para mejorar la protección de los mineros frente a todos los peligros transportados por el aire, no solo el polvo de sílice.

El personal de la MSHA está preparado para proporcionar conocimientos técnicos y asistencia en materia de cumplimiento a los operadores de minas, de modo que estén preparados para cumplir la norma cuando esta entre en vigor; las minas de carbón disponen de 12 meses y las minas metálicas y no metálicas de 24.

Según la Ley de Minas, la responsabilidad principal de la seguridad y la salud de los mineros recae en los operadores de las minas. También nos hemos comprometido a garantizar que los mineros conozcan sus derechos a un lugar de trabajo seguro y saludable y a que se sientan capaces de denunciar los peligros y poder ejercer esos derechos sin temor a represalias o discriminación.

Desde que llegué al Departamento de Trabajo, le pedí a mi equipo que utilice todo su poder para proteger a los trabajadores, que emplee todas las herramientas de las que disponemos no solo para realizar inspecciones y emitir citaciones, sino para mantener a los trabajadores realmente seguros y asegurarse de que se les escucha. Esto es importante para mí. Es importante para el Presidente Biden.

La MSHA ha intensificado sus esfuerzos para proteger la seguridad y la salud de los mineros. Las inspecciones mensuales del impacto están identificando y eliminando peligros que pueden costar la vida a los mineros. La campaña “Tómese el tiempo, salve vidas” de la agencia ayuda a educar a mineros y operadores de minas sobre la prevención de accidentes mediante una formación adecuada y medidas de precaución, como colocarse un arnés o asegurarse de que la maquinaria está bloqueada. Además, la iniciativa de la Parte 90 de la MSHA está ayudando a los mineros del carbón a ejercer los derechos que les confiere la Ley de Minas para trabajar en una sección de la mina menos polvorienta y más saludable. La MSHA también envía alertas de seguridad y salud específicas a través de su aplicación Miner Safety and Health y otros canales. Y, justo el mes pasado, la agencia puso en marcha una nueva herramienta de localización de recursos de salud que facilita a los mineros el acceso a la atención médica que necesitan.

Estamos utilizando todo en nuestro poder para garantizar que todos los mineros puedan volver a casa sanos y salvos al final de cada jornada laboral, y para hacer oír a las personas que han sido ignoradas durante demasiado tiempo.

 

Julie Su es la secretaria de trabajo interina. Sígala en Twitter, Facebook, Instagram, Threads y LinkedIn