La reciente muerte de Catalina Gutiérrez, residente de cirugía del programa de medicina de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, es una tragedia que le ha dolido a todo el país y ha sido un llamado de atención para que muchas conversaciones se lleven a cabo.
Catalina dejó una nota que decía: "Gracias, de cada uno me llevo muchas enseñanzas. Siempre los llevaré en mi corazón, ustedes sí pueden, ánimo".
Este mensaje no sólo tocó fibras, sino que abrió muchas conversaciones sobre la concientización de los tratos por parte de los profesores hacia los residentes. Tratos que afectan su cotidianidad, su vida privada y su salud mental.
Desde entonces han salido muchas denuncias sobre maltratos, abusos y acosos en este medio. Muchas personas que también se consideran víctimas se han atrevido a exponer a los acusados, pero más que eso, exigen un cambio en el sistema; no sólo en esta universidad, sino en todas.
Miles de personas le agradecieron al doctor Carlos Jaramillo por usar su amplia plataforma y compartir su historia. Una historia más entre los miles de residentes que han sido víctimas de un acoso sistemático que viene sucediendo desde hace muchas décadas.
Por medio de un en vivo, el doctor Carlos Jaramillo contó su experiencia durante su residencia en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Una etapa importante y llena de sueños en la vida de cualquier médico, pero que se ve interrumpida por una realidad que no debería ser así.
Desde el primer momento en que Carlos entró, recibió malos comentarios y avisos sobre el futuro maltrato que padecería. Pasó por turnos esclavizantes, que se complementaron con desgaste, falta de sueño, mucha exigencia, pero sobre todo, altos niveles de maltrato.
Los maltratos que sufrió y que vio sufrir a sus compañeros por parte de los profesores, van desde la humillación no sólo frente a ellos mismos, sino también frente a los pacientes. También, que se les asignaran turnos de castigo, preguntas imposibles de contestar para clasificarlos como malos estudiantes, hasta a pegarles en las manos por ser zurdos y muchas más.
Van cogiendo al que quieren como se les dé la gana y lo van atropellando. ¿Por qué? Porque eso forma carácter y estos personajes hacen que todos tengamos que vivir en silencio y en desgracia, porque como no sabemos cuándo seré yo el que voy a entrar en desgracia, entonces todo se vuelve un silencio entre todos. Yo empecé a caer en una gran sensación de depresión, lloraba a escondidas, empecé a tener momentos en que llegaba a mi casa y me sentía el peor ser humano del mundo. Acaban con la vida de una persona a tal nivel que todos terminamos odiando nuestra vida, acabados y desgastados sintiéndonos los peores seres humanos. Son maltratadores, son personas que acaban con jóvenes médicos que quieren hacer su residencia.
Carlos Jaramillo durante su denuncia.
A pesar de que no lo vivió de primera mano, Carlos confiesa que las mujeres residentes sufren de acoso sexual, desde chistes hasta comentarios, en algunas oportunidades machistas.
Carlos hace una invitación con lágrimas en los ojos a no aguantar ni dejar pasar estas situaciones por más tiempo, por las que él, Catalina y muchos estudiantes más han tenido que atravesar.
Muchas personas se han identificado con esta situación o simplemente la han rechazado escuchando las diferentes historias, a tal punto que miles de personas se reunieron a honrar la memoria de Catalina por medio de una velatón en la universidad, donde asistieron todo tipo de personas, quienes dejaron mensajes de aliento y flores.
⚫️ En imágenes, emotiva velatón por la muerte de la residente Catalina Gutiérrez: comunidad se reunió en la Universidad Javeriana ► https://t.co/RAxJXorxVI
— EL TIEMPO (@ELTIEMPO) July 22, 2024
📷: Néstor Gómez - EL TIEMPO pic.twitter.com/Sk6gFhulgs
La salud mental es un tema importante del cual se debe hablar, esta puede pasar por cambios y es sumamente difícil mantenerla sana cuando se vive en entornos tóxicos y dañinos.
Esta es una invitación hacia la reflexión, hacia el respeto por parte y parte, a considerar cada acción que realizamos en nuestra cotidianidad y cómo puede afectar a los otros, pero sobre todo, una invitación hacia un cambio que es necesario desde la raíz.