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Entrevista

Otras Ciudades

‘Quieren hacer política con esto y decir que nosotros no estamos haciendo nada’: Carlos Carrillo, director de la UNGRD

Carlos Carrillo fue anunciado por el presidente Petro como director de Gestión del Riesgo.

Carlos Carrillo, director de Gestión del Riesgo.

Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO

En entrevista con EL TIEMPO, Carrillo habla de las dos más grandes emergencias que hoy enfrenta el Caribe colombiano. La otra es la erosión costera que amenaza con devorar a dos barrios en Magangué.

John MontañoPeriodista
Las dos grandes amenazas que enfrenta la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) en el Caribe están en La Mojana sucreña con el boquete de Cara de Gato y la erosión costera que amenaza con tragarse a dos comunidades de Magangué, el puerto a orillas del río Magdalena, y la segunda población más importante de Bolívar, después de su capital, Cartagena.

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La emergencia de La Mojana suma 15 años, en los cuales el Estado colombiano ha invertido miles de millones de pesos sin hallar una solución definitiva mientras los damnificados se multiplican con la llegada de cada ola invernal.
En el caso de Magangué, la erosión costera es una tragedia lenta pero continua que se está tragando dos barrios: Girardot y Santa Lucia, y que ha puesto sobre la mesa un pulso entre el gobierno local, en cabeza del alcalde Pedro Alí, y el director para la UNGRD, Carlos Carrillo.
En buena medida, la polémica se da porque Carrillo ha señalado la forma como se estaban financiando estas y otras emergencias de riesgo en el país y que terminaron con la captura del exdirector de la entidad, Olmedo López, y el subdirector de riesgo de la misma Sneyder Pinilla, en medio de un escándalo de corrupción.
En entrevista con EL TIEMPO, Carrillo presenta la radiografía de estas dos emergencias en el Caribe y la forma como se estaban manejando los recursos para enfrentarlas, que resultan ser la ‘punta del iceberg’ de una problemática de corrupción que hoy tiene a Olmedo López y Sneyder Pinilla procesados por la Corte Suprema de Justicia y en manos de la Fiscalía, respondiendo por el más grande escándalo de corrupción del actual gobierno que se inició por cuenta de los camiones cisterna para distribuir agua en La Guajira.

¿Cuál es la situación de riesgo en Magangué?

El Riesgo en Magangué es con alrededor de 25 casas que están a la orilla del río y que literalmente se vienen abajo por la erosión costera frente a los ojos de todo el mundo. Vaya usted y recorra en el río Magdalena, en Magangué, y pase por los barrios Girardot y Santa Lucia y verá el estado de las viviendas y que muchas ya se desplomaron.

¿Qué está haciendo la administración municipal?

Están tratando de hacer creer que 25 casas están obstaculizando el desarrollo de una obra que fue contratada hace un tiempo. Esa obra, como todas las obras de la unidad, ha tenido demoras, y es carísima.

¿Qué ha hecho la UNGRD para enfrentar esa emergencia?

Hemos estado en contacto directo, no solamente con las autoridades, que, por supuesto, hay unos canales institucionales entre la Gobernación y la Alcaldía, sino también en contacto con las comunidades y con sus voceros, que, de hecho, en este caso son mujeres, para poder generar un diálogo y reconstruir una confianza.

¿Cuál es el conducto regular para atender este tipo de emergencias?

El alcalde local debe declarar la calamidad pública para hacer uso de, por ejemplo, de los traslados presupuestarios y darle solución al problema.

¿Cuánto vale sacar a esas personas de ahí?

El problema ni siquiera es el valor, hay un problema mayor y es que casi toda Magangué está en zona de riesgo ilegalmente. Nosotros no podemos invertir dinero, o sea, yo no puedo como Estado comprar una casa que está en una zona de riesgo. Incluso, si usted tiene un crédito para un apartamento en Bogotá pues lo primero que hace el banco es revisar los estudios de remoción en masa. A ver si el edificio está o no en riesgo.

¿Cuántas familias están riesgo en Magangué?

Son 25 casas, pero puede haber más familias habitando en cada una y ahí hay otro problema, porque el Estado solo podría entregar esas 25 casas y no más. Realmente es una situación muy preocupante.

La otra emergencia polémica en el Caribe es el boquete de Cara de Gato en La Mojana que tiene inundados a ocho municipios entre Sucre y Bolívar, ¿cómo va el manejo de esa emergencia?

Cara de gato La Mojana

Cara de gato, en La Mojana.

Foto:UNGRD

Hay personas vulnerables, que a nosotros nos importan muchísimo proteger y que tratamos de ayudar, pero también hay unos supuestos damnificados que son como las pobres viejecitas: son los que más ruido hacen pero en realidad tienen toros de 30 millones de pesos y caballos de paso fino y no viven en La Mojana soportando los mosquitos, sino en Montería, Barranquilla o Medellín.
El Presidente de la República fue claro desde el comienzo de su mandato con el caso de La Mojana. Recordó que el agua busca su curso natural y que esas familias debían ser reubicadas. Lo que han hecho es invadir las zonas que le pertenecían al agua histórica y los cuerpos de agua y eso se va a seguir inundando.

¿Esas personas en otras ciudades se dedican a la ganadería extensiva?

Y en algunos casos para hacer otros cultivos, pero hay un problema mayor y es que el río Cauca a ese punto llega envenenado por el mercurio de la minería aguas arriba. Entonces usted tiene un problema adicional y es que esa contaminación por mercurio es cada vez más grave.

¿Desde el 2011, cuando se dio la primera gran emergencia por ola invernal en esta región, cuánto puede haber invertido el Gobierno Nacional en ese boquete de Cara de Gato?

Alrededor de 377.000 millones de pesos y sigue abierto.

¿Cómo van a manejar ustedes esa emergencia?

La colocación de mega bolsas y geo bolsas está paralizada.

La colocación de mega bolsas y geo bolsas está paralizada.

Foto:Archivo particular

Primero se tienen que agotar las capacidades de los municipios, porque, insisto, así es como funciona el sistema. Entonces mañana van a llegar los señores de los toros y los caballos finos con unas pancartas que dicen ‘dónde están las ayudas humanitarias’. Yo no puedo enviar una ayuda humanitaria hasta que el alcalde municipal me entregue un registro legalizado de los posibles afectados. eso no es que yo llego y entrego recursos y ayudas porque sí, yo tengo que saber a quiénes se les van a entregar esas ayudas.

En el caso de Magangué, usted había señalado que el alcalde no había hecho la declaratoria de calamidad pública y por ello no podía pedir recursos ni ayudas para damnificados. ¿Cuál es el conducto regular para estas emergencias?

El municipio tiene que decir cuántas familias hay y quiénes son los damnificados. Así es como se debe gestionar la seguridad, antes de eso no se puede. Inmediatamente después de que los alcaldes lo hacen, nosotros procedemos con la entrega de las ayudas.

¿Entonces por qué se han generado polémicas?

Porque simplemente quieren hacer política con esto y decir que nosotros no estamos haciendo nada, porque quieren presionar al director para que el director le entregue cientos de miles de millones.

¿Es decir que las emergencias son usadas para otros fines?

Usted se inventa un dique y se gasta cientos de miles de millones en el dique, y lo que construye es una solución de conectividad, porque esos diques generalmente son carreteables. Entonces, el pueblo A y el pueblo B están incomunicados porque hay agua en la mitad, y la solución es hacer un dique, una pequeña carretera terciaria, entonces todos terminan felices porque se pueden comunicar y además se expande la tierra y pasa a ser una tierra productiva: eso es un crimen ecológico que se viene haciendo desde la reforma agraria en Colombia hace 70 años,

¿Y esto es lo que ha sucedido en Cara de Gato?

Lo que pasa en Cara de Gato es lo mismo, se hacen unos diques no para proteger a nadie, se hacen diques para explotar la tierra, y al otro lado hay personas pobres y damnificados que, por supuesto que a nosotros nos interesan proteger, pero también hay unas pobres viejecitas, que son los que más ruido hacen, que tienen toros de 30 millones de pesos, caballos de paso fino y no están ahí aguantando el zancudero, ellos vive en Montería, o en Buenavista, en Barranquilla, o viven en Medellín, y son estas personas las que financian estas protestas, porque así como están en contra mía, son del olmedismo más radical.
John Montaño 
Corresponsal de EL TIEMPO
Cartagena

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