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Gente

Ecoísmo, la cara opuesta del narcisismo que provoca sentimientos de inferioridad y baja autoestima

La soledad es la incapacidad de poder comunicarles a esas personas las cosas que realmente nos importan.

Expertos indican que, el ecoísmo puede desarrollarse a partir de experiencias de abandono afectivo en la infancia.

Foto:iStock

Este rasgo de personalidad puede causar disfuncionalidad en el comportamiento debido a malas relaciones interpersonales y limitadas habilidades sociales, emocionales y cognitivas.

Noticias GDA
En una sociedad que valora cada vez más la autoafirmación y la expresión personal, existe un tipo de personalidad que se caracteriza por preferir el silencio y la discreción

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Piensa en alguien que elige no destacarse, que permanece en segundo plano en las reuniones sociales y rara vez expresa sus opiniones. Este comportamiento, lejos de ser simplemente timidez o modestia, es una manifestación de una personalidad compleja conocida como ecoísmo.

Orígenes del Ecoísmo

Tatiana Mogollon Carrillo, psicóloga y docente en la Continental University of Florida, explica que el término "ecoísmo" se origina de la mitología griega, específicamente de la historia de Eco, una ninfa que se enamoró de Narciso. Maldecida para repetir solo las últimas palabras que escuchaba, Eco fue rechazada y menospreciada por Narciso, lo que la llevó a replegarse en su cueva hasta convertirse en una piedra.
“En psicología, el ecoísmo se refiere a una codependencia marcada, especialmente en relación con personas de personalidad narcisista, narcisismo oculto o adicción afectiva”, señala Mogollon Carrillo.
Soledad.

El ecoísmo es un rasgo donde la persona invalida su 'yo' y subordina su autoestima, derechos y deseos para complacer a otros y reflejarse en ellos.

Foto:iStock

Características de una personalidad ecoísta

La psicóloga clínica Angela María Otazú López describe el ecoísmo como un rasgo donde el individuo invalida su propio "yo", subordinando su autoestima, derechos y deseos para complacer a otros y reflejarse en ellos. Este rasgo es complementario al narcisismo, y se distingue por una entrega amorosa casi masoquista, donde la persona encuentra su valor en otra.
“Estas personas creen que merecen menos de lo que tienen, por lo que priorizan las necesidades de los demás, lo que resulta en una disfuncionalidad social, emocional y cognitiva significativa”, explica Otazú López.
Entre las características principales de una persona con rasgos ecoístas se incluyen:
  • Dificultad para identificar sus propias necesidades y deseos.
  • Miedo a sentirse especiales.
  • Baja autoestima.
  • Tendencia a atraer personas narcisistas.
  • Malas relaciones interpersonales.
  • Sentimiento de no ser merecedores de amor o felicidad.
Tatiana Mogollon comenta que estos individuos temen ser el centro de atención y consideran que no tienen derecho a validarse, lo que los lleva a ver la atención como algo egocéntrico y vanidoso. Esto contribuye a una falta de confianza en sus habilidades y una carencia de amor propio, llevándolos a perder su identidad al intentar adaptarse a otros.

Factores contributivos al ecoísmo

El ecoísmo puede desarrollarse a partir de experiencias de abandono afectivo en la infancia, donde estas personas aprendieron que solo al “portarse bien” podrían recibir afecto o atención. 
La experta de la Continental University of Florida añade que experiencias traumáticas y abuso en la infancia también pueden influir en el desarrollo de comportamientos desadaptativos.
“Aunque no hay una correlación directa entre ecoísmo y traumas de la infancia, sí se observa una relación con la codependencia emocional y el apego ansioso”, menciona Mogollon Carrillo.

Impacto del ecoísmo en la vida diaria

Angela María Otazú López explica que el ecoísmo puede causar disfuncionalidad en el comportamiento debido a malas relaciones interpersonales y pocas habilidades sociales, emocionales y cognitivas. Mogollon añade que estas personas suelen mostrar una empatía extrema y poca asertividad, lo que les impide expresar sus necesidades o decir no a las peticiones de otros.
“Este tipo de personalidad puede llevar a relaciones tóxicas y deterioro psicobiológico, desde pensamientos de desvalorización hasta enfermedades somáticas. En casos extremos, puede llevar al suicidio debido a la pérdida de la figura que les da sentido de vida”, alerta Otazú López.

Gestión del ecoísmo

Aunque los rasgos de personalidad no desaparecen con el tiempo, Mogollon Carrillo sugiere que se pueden aprender a gestionar. Las estrategias prácticas dependen del apoyo terapéutico, pero hay recomendaciones generales:
  • Reconocimiento interno: Trabajar en la autoestima basada en el autorreconocimiento en lugar de la aprobación externa.
  • Reestructuración de pensamientos irracionales: Cuestionar la realidad y veracidad de los pensamientos limitantes.
  • Autorreflexión: Analizar las vivencias diarias para identificar sentimientos y pensamientos.
  • Redes de apoyo saludables: Establecer vínculos que aporten de forma saludable al desarrollo personal.
  • Refuerzo positivo: Celebrar logros, por más pequeños que sean, para contrarrestar la autocrítica.
  • Autocuidado: Priorizar actividades que proporcionen satisfacción personal.
  • Asertividad: Aprender a decir no y establecer límites saludables para proteger el bienestar propio.
Gestionar estos rasgos es fundamental para mejorar la autovaloración y desarrollar una autoestima saludable, permitiendo una vida más equilibrada y respetuosa.
MILENKA DUARTE - El Comercio (Perú) / GDA

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio, y contó con la revisión de un periodista y un editor.
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