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Así vive un día el director de la Policía de Colombia, general William René Salamanca, el hombre encargado de la seguridad de los ciudadanos

El general William René Salamanca a su llegada a La Hormiga, Putumayo.

El general William René Salamanca a su llegada a La Hormiga, Putumayo.

Foto:Policía de Putumayo.

En La Hormiga, Putumayo, se inauguró la estación de Policía que beneficiará a 58.000 habitantes del Valle del Guamuez.

Alicia Liliana MéndezSubeditora
El director de la Policía de Colombia es un hombre que duerme poco, máximo cuatro o cinco horas al día, pero siempre procura tener una sonrisa en su rostro para hablar con amabilidad al patrullero o general que se acerca a saludar. 

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Cercanos lo describen como un hombre mesurado, que antes de hablar piensa con calma lo que va a decir, y más cuando tiene que llamar la atención a un subalterno.
El día jueves 11 de julio, el general William René Salamanca se levantó sobre las 4:30 de la mañana, revisó los reportes y novedades de cada región y tras una oración salió con destino a su oficina ubicada en la dirección de la Policía Nacional, en el sector del CAN, en Teusaquillo, centro de Bogotá.
Allí, sobre las 6 de la mañana revisó algunos papeles y verificó información actualizada sobre la red criminal transnacional 'Tren de Aragua'; a las 9 de la mañana tenía en su agenda una rueda de prensa junto al embajador de Estados Unidos en Colombia, Francisco Palmieri, quien anunció un plan de recompensas contra tres jefes de esta red.
De hecho, Palmieri aprovechó el evento para destacar el trabajo del general Salamanca, de quien aseguró que, "bajo su liderazgo, la colaboración entre Estados Unidos y la Policía Nacional de Colombia sigue mejorando la seguridad y la calidad de vida de los ciudadanos de ambos países".
Las autoridades colombianas y estadounidenses anunciaron coordinadamente recompensas de hasta US$12 millones.

Las autoridades colombianas y estadounidenses anunciaron coordinadamente recompensas de hasta US$12 millones.

Foto:Getty Images

Viaje a la Colombia profunda

Finalizada la rueda de prensa los dos funcionarios hablaron en un salón reservado, seguramente sobre los alcances del viaje del director de la Policía de Colombia a Washington, el próximo 24 de julio, donde se reunirá con varias agencias de seguridad y congresistas.
El general Salamanca tenía ese día otro acto muy importante, por eso, miraba de reojo su reloj, de hecho, del lugar salió a su oficina a una pequeña reunión y a las 11 en punto de la mañana, se desplazó hasta la base de la Policía Antinarcóticos, en Catam, al lado del aeropuerto internacional El Dorado.
En Antinarcóticos recibió un parte rápido de los oficiales y abordó -con personal cercano de trabajo- un avión Kingair 350 de la Policía, el destino Puerto Asís, en Putumayo. Durante el vuelo, de una hora larga, el general se fue revisando documentación, recibió información de la oficial encargada de los temas internacionales y revisó el discurso que iba a pronunciar.
Río Putumayo

Río Putumayo

Foto:EL TIEMPO

El viaje fue tranquilo, desde el aire se visualizaba la riqueza hídrica de la región, el camino que abrían ríos como el Putumayo, Guamuez o Mecayá; y la espesa vegetación.
Paradójicamente se veía sobre Puerto Asís una espesa bruma, la misma era consecuencia del fuerte aguacero que caía, mientras que alrededor se veía el pleno del sol.
El piloto, coronel Luis Serna, fue descendiendo en búsqueda de la pequeña pista, desde la silla el general Salamanca observa los instrumentos, el movimiento rápido de los parabrisas y las señas de los pilotos.
El avión empezó a descender, pero de un momento a otro empezó nuevamente a tomar altura, se había cancelado el aterrizaje, después explicó el coronel Serna que no "estaban dadas las condiciones mínimas de visibilidad que se requerían".
El coronel Serna y su copiloto, capitán Juan Rivas, hicieron un sobrepaso -de la pista 18 de norte a sur- y al virar ingresaron sobre la pista 36 de -sur a norte- logrando la visibilidad para aterrizar con toda seguridad.
Aunque fue un momento tensionante, el general Salamanca y sus acompañantes estuvieron tranquilos, "por el entrenamiento y profesionalismo de cada uno de los pilotos de la Policía, confió en ellos", aseguró, al liderar un fuerte aplauso tras apagar los motores para Serna y Rivas.
Banda de guerra, niños La Hormiga, Putumayo.

Banda de guerra, niños La Hormiga, Putumayo.

Foto:EL TIEMPO

Lucha máquina -lluvia

Bajo la fuerte lluvia se bajó el general Salamanca y su pequeña comitiva, aún faltaba otro capítulo. Dos helicópteros Black Hawk de la Policía los esperaban para trasladarlos a La Hormiga, un municipio de Putumayo, casi en la frontera con Ecuador.
De hecho, llegar a La Hormiga era el objetivo del oficial, su prioridad en ese momento, por eso, cuando los pilotos de las máquinas de ala rotatoria afirmaron que podrían despegar pese a la intensa lluvia la orden fue una sola: "nos vamos".
En los poderos Black Hawk el ruido del motor se confundía con los fuertes golpes de la lluvia, que por varios segundos hicieron sentir que la naturaleza doblegaba la máquina y no la dejaba despegar; ganaron los pilotos y tras elevarse, dos minutos después el sol se tomó protagonismo al igual que la hermosa panorámica de Putumayo.
Niños Guardia Indígena Putumayo.

Niños Guardia Indígena Putumayo.

Foto:EL TIEMPO

La alegría de los niños y la banda de guerra

Al aterrizar en La Hormiga, la sensación térmica era de 35 grados o más, calor que se confundía con la algarabía de la comunidad que corría para ver el helicóptero y conocer al personaje, el general Salamanca, quien había viajado para inaugurar la  Estación de Policía del municipio.
"Una Estación digna, dotada y con calidad, como se merece la comunidad y cada integrante de la Policía", afirmó el Director.
En la vía, hacia la Estación estaba formando la banda de guerra compuesta por los niños del municipio, que con sus toques marciales le daban la bienvenida a la comitiva;  al lado, una representación de niños de la guardia indígena que engalanaban el lugar con su uniforme y sus sonrisas. Sin duda, era un día de fiesta en La Hormiga.
A la par, el general Salamanca le daba la mano y abrazaba a las personas en el lugar, muchos pedían foto, y para todos hubo una sonrisa y unos minutos para hablar.
Policía en La Hormiga, Putumayo.

Policía en La Hormiga, Putumayo.

Foto:EL TIEMPO

Las peticiones

Como en toda inauguración, el representante de la iglesia Católica bendijo el lugar, y oró por la protección de la comunidad, paso seguido sonaron el himno Nacional y el de la Policía y hasta condecoraron al director de la Policía Nacional.
La secretaria de Gobierno de Putumayo, Vilma Zapata Ortiz, agradeció la obra que se inauguraba: la sede del Distrito de Policía la Hormiga que beneficiará a 58 mil habitantes del valle del Guamuez y de paso,  aprovechó para exponer algunos temas que le preocupaban.
En respuesta el director de la Policía de Colombia anunció que ampliará su capacidad de respuesta en temas de la protección de la niñez con la llegada de 10 funcionarios más de la Policía de Infancia y Adolescencia.
De igual forma, le dijo a la comunidad que como resultado del encuentro de Comandantes 2024, que plantea una hoja de ruta contra los delitos de alto impacto, en menos de 30 días llegarán a Putumayo, un grupo de uniformados de la Unidad Nacional de Intervención Policial y de Antiterrorismo (Unipol) para ayudar con la gestión de la segurida.
Condecoración al director de la Policía Nacional en La Hormiga, Putumayo.

Condecoración al director de la Policía Nacional en La Hormiga, Putumayo.

Foto:Policía Putumayo

Reunión clave con la comunidad de indígenas

Finalizado el acto protocolario, y bajo un fuerte aguacero, los indígenas de varios resguardos, entre ellos el de Santa Rosa Sucumbio y Diviso San Miguel, le pidieron al general Salamanca sostener una reunión a puerta cerrada. 
De inmediato el oficial pidió acceder a un lugar y escuchó por cerca de una hora a la comunidad que le expuso varias situaciones a lo que se acordó que la próxima semana viajará a la zona una comitiva de alto nivel de la Policía para analizar cada punto expuesto por estos indígenas del  distrito del Valle del Guamuez.
Sobre las cinco de la tarde, empezó el regreso, rápidamente la comitiva se subió a los helicópteros aprovechando que la lluvia había bajado, en Puerto Asís de inmediato se prendieron los motores del Kingair 350, y se cerró la puerta.
En el avión, se escuchaban comentarios sobre la comunidad, lo agradable de compartir con aquellas personas que habitan la llamada Colombia profunda, "pero lo más emotivo para mi fue ver a mis policías en unas condiciones dignas y recibir el cariño de los ciudadanos, estos detalles y la condecoración; lejos de mi levantarme hoy y pensar que me iban a dar una medalla tan especial, en La Hormiga", aseguró con cara de satisfacción el general Salamanca.
Durante el vuelo de regreso a Bogotá, el director de la Policía va hablando del trabajo que han venido desarrollando para que la Policía Nacional reciba este año, en septiembre la presidencia de Ameripol. A la par, habló de los excelentes resultados del Nuevo Servicio de Policía y citó como ejemplo la reducción de homicidios en Cali y Medellín. 
Salamanca, es un hombre que lleva en su ADN la Policía, de hecho, cuando aterrizó en Bogotá, y el cansancio -por los bruscos cambios de clima ya se sentía- él salió rápidamente a la dirección de la Policía, allí, lo esperaba el cuerpo de generales, sobre las 7 de la noche, iban a revisar las hojas de vida de los teniente coroneles que serían llamados a curso de coronel, un tema que perfectamente les tomaría tres horas.
En plena reunión llegaron los informes que daban cuenta de los ataques con drones de las disidencias a la estación de Policía en Suárez, Cauca. De inmediato se apersonó de la situación. Esa noche salió de su oficina sobre la medianoche.
ALICIA LILIANA MÉNDEZ
Enviada especial a Putumayo
Redacción Justicia.
Alicia Liliana MéndezSubeditora
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