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Noticia

Medio Ambiente

Un millón de corales: así logró Colombia marcar un hito global por la restauración de océanos, que ahora otros países quieren replicar

Gran parte de la siembra de un millónd e corales se desarrolló en el Caribe.

Gran parte de la siembra de un millónd e corales se desarrolló en el Caribe.

Foto:Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible / Emilio Aparicio Rodríguez

El proyecto, liderado por el Ministerio de Ambiente, tuvo una inversión de más de 8.000 millones de pesos. Se capacitaron a pescadores y comunidad local para lograr el objetivo. 

Edwin CaicedoPeriodista de medioambiente y salud
A mitad de noviembre de 2020, el huracán Iota, que alcanzó vientos máximos de 250 kilómetros por hora, pasó el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El peor impacto fue en las dos últimas islas, donde la violencia de este ciclón tropical arrasó con casi todas las infraestructuras, quemó casi todo el manglar, y por debajo de las aguas, impactó en la segunda barrera arrecifal más grande del Caribe. Apenas unos cuantos días después, cuando distintos actores del Sistema Nacional Ambiental llegaron a la isla, el llamado de los pescadores fue unísono: hay que recuperar el mar, y con él, los corales.

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Los corales son como la selva de los océanos. Biodiversos, coloridos, repletos de vida y claves para la subsistencia de las comunidades costeras, pero también de la humanidad. Y es que los arrecifes coralinos no solo son una barrera contra la erosión y los huracanes, sino también el hogar de una cuarta parte de las especies marinas, albergando a peces, erizos, tortugas, langostas, camarones y cangrejos, por solo nombrar algunos. 
Sin embargo, los corales, unos animales que parecen más bien raíces coloridas que crecen de formas extrañas, corren hoy un grave riesgo debido al aumento de las temperaturas, la sobrepesca y la contaminación de los océanos. Y en 2020, en Providencia, el paso de Iota había empeorado esa situación. Ante ello, Colombia se propuso en el 2021 marcar un hito global en la restauración coralina: sembrar un millón de corales, una iniciativa que recientemente, tres años y medio después, alcanzó su objetivo.
La iniciativa 'Un millón de corales' surgió tras el paso del huracán Iota por el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

La iniciativa 'Un millón de corales' surgió tras el paso del huracán Iota por el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Foto:Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible / Emilio Aparicio Rodríguez

El proyecto ‘Un millón de corales por Colombia’, desarrollado por el Ministerio de Ambiente en conjunto con la oenegé Conservación Internacional, y en alianza con otra decena de actores como Parques Nacionales Naturales, Corales de Paz, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), la Fundación Malpelo, las corporaciones autónomas regionales Coralina, Cardique, Corpamag, Carsucre y Corpourabá, además de comunidad local y escuelas y centros de buceo, entre otros, logró en poco más de tres años no solo el objetivo principal que era restaurar uno de los ecosistemas claves para el país, sino también poner los ojos del mundo en Colombia, pues el proyecto fue escogido por la organización Projet Managment Institute Caribe como una de las diez iniciativas más influyentes en Latinoamérica y una de las 50 con mayor impacto a nivel global.
“Fue espectacular. Hubo muchos beneficios en la isla de Providencia”, asegura Casemiro Newball, un pescador local de 56 años y quien fue uno de los líderes de la iniciativa en Providencia y Santa Catalina, capacitado como jardinero de coral. 
En su concepto, esta iniciativa tuvo un impacto muy importante en la restauración de la vida marina de la isla, porque en las zonas donde se ha restaurado los peces han regresado, pero también fue un mecanismo para emplear a las comunidades locales, quienes se involucraron con el objetivo de recuperar la riqueza de las profundidades. 
“Los corales son lo más importante que hay”, asegura Newball en una mezcla entre español y creole, la lengua criolla que hablan muchos de los habitantes del Caribe.
Durante varios días, los buzos realizaron al menos dos expediciones diarias para recolectar datos sobre el estado de salud del arrecife.

Los arrecifes coralinos son clave para la subsitencia de las comunidades  costeras.

Foto:Mauricio Moreno. EL TIEMPO

Un millón de corales y 200 hectáreas de impacto

Según datos del Ministerio de Ambiente, Colombia cuenta con más de 180.000 hectáreas de arrecifes coralinos, de las cuales la mayoría, cerca de un 79 por ciento, está en el Caribe, siendo las regiones de los archipiélagos de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, el de San Bernardo y las Islas del Rosario donde más se concentran. Por eso, cuando surgió ‘Un millón de corales’, el mayor foco estuvo en Providencia y Santa Catalina.
El proyecto inició sus siembras en el año 2021, con una inversión de 8.450 millones de pesos y bajo el liderazgo de Conservación Internacional y el Ministerio de Ambiente
El objetivo era no solo recuperar, rehabilitar y restaurar más de 200 hectáreas de arrecife a través de la instalación de guarderías para criar corales, los animales que conforman estos ecosistemas, sino también dejar capacidad instalada en las comunidades. Es decir, como Casemiro Newball, Colombia se llenará de jardineros de coral con capacidad para seguir replicando estas iniciativas.
Los jardineros de coral aprendieron una técnica denominada fragmentación y microfragmentación, a través de la cual el coral es dividido en pequeñas partes, y cultivado dentro de guarderías instaladas ubicadas en las profundidades del mar y con condiciones que permitieran un rápido crecimiento. 
Posteriormente, cuando ya estaban listos, eran trasplantados a zonas arrecifales a restaurar. Esta, si bien no es la única forma de reproducir coral, sí es muy rápida y costo eficiente, lo que permitía ampliar las poblaciones de especies como el coral cuerno de alce (Acropora palmata) y coral cuerno de venado (Acropora cervicornis), ambas en peligro crítico de extinción.
Tras su cultivo, los jardineros llevaban los fragmentos a puntos claves, la mayoría dentro de áreas protegidas como el Distrito de Manejo Integrado del Área Marina Protegida Seaflower y el Parque Nacional Natural McBean Lagoon, en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; el Parque Nacional Natural Tayrona y Bahía de Taganga, en Magdalena; el Parque Nacional Natural Corales del Rosario y San Bernardo, Isla Barú, Isla Palma e Isla Fuerte, en Bolívar; Rincón del Mar, en Sucre; el Santuario de Fauna Acandí, Playón y Playona, en el Caribe chocoano; el Parque Nacional Natural Utría (Chocó) y el Parque Nacional Natural Gorgona (Cauca), en el Pacífico colombiano; además de otras áreas marítimo-continentales e insulares del país. Además, se capacitó a más de 150 personas que hoy tienen los conocimientos para replicar esta iniciativa titánica e inédita.
El coral es recolectado por los ardineros quienes luego realizan un proceso de fragmentación o microfragmentación.

El coral es recolectado por los ardineros quienes luego realizan un proceso de fragmentación o microfragmentación.

Foto:Ministerio de Ambiente

“Si bien (la siembra de un millón de corales) no es la panacea de la salvación de los corales a nivel planetario, sí es una señal muy importante de que es posible hacerlo e integrar las acciones de restauración a una economía azul como una actividad recurrente que vincule a las comunidades”, asegura Fabio Arjona, vicepresidente de Conservación Internacional.
De acuerdo con él, Colombia, tras lo logrado con esta iniciativa, debería liderar un proyecto masivo de siembra de corales en el Caribe, que masifique el impacto del hito alcanzado en nuestro país hacia otros territorios del mundo, porque, al final, el océano no tiene fronteras políticas, y la vida marina se mueve a sus anchas mientras haya arrecifes conservados.
“Yo creo que el siguiente paso sería acometer un programa multinacional, especialmente en el Caribe, donde hay de varios países del Caribe como la Alianza Coralina del Caribe Sur, incluyendo República Dominicana, Jamaica, muchos países en esta acción de restaurar corales en el Caribe y hacer intercambio de experiencias, volver el Caribe el hotspot de la restauración coralina del mundo. Y teniendo todo eso en cuenta, nos convertimos en el primer país que logra este hito y otros países nos están siguiendo”, destaca Arjona, quien asegura que ya hoy en Fiyi hay una iniciativa similar.
Consultados por EL TIEMPO, el Ministerio de Ambiente señaló que desde que recibieron el proyecto, que venía del gobierno anterior, decidieron impulsarlo y apoyarlopara ampliar su alcance. “El gobierno del cambio ha apoyado el proyecto ‘Un millón de corales’ con un fuerte compromiso, buscando asegurar su continuidad y expansión considerando las valiosas lecciones aprendidas durante el proyecto. De esta manera, recibimos en agosto de 2022 el programa con un 30 por ciento de avance, fecha a la cual se sembraron cerca de 300.000 fragmentos de coral, lo que quiere decir que en este Gobierno avanzamos en la ejecución del 70 por ciento restante, sembrando más de 700.000 corales. Es importante destacar que gran parte de estas experiencias y éxito del proyecto ‘Un Millón de Corales’ fueron posibles gracias al compromiso de la entidad ejecutora del proyecto, Conservación Internacional Colombia", señaló la cartera ambiental.
Según adelantó el Ministerio, actualmente, se están buscando alternativas para darle continuidad a las acciones de restauración de arrecifes coralinos del país y además, se está trabajando en la formulación de lineamientos técnicos para la restauración, recuperación y rehabilitación de ecosistemas coralinos colombianos, que sirvan de base para la creación de un Programa Nacional de Restauración de Arrecifes de Coral.
“Este logro fortalece la capacidad del país para enfrentar los desafíos impuestos por el cambio climático y la degradación ambiental. Estos esfuerzos para la restauración de los arrecifes coralinos son un paso fundamental para mejorar la salud de estos ecosistemas, lo que a su vez busca beneficiar a las comunidades costeras a través de la mejora de los bienes y servicios proporcionados por este ecosistema, incluyendo pesca, turismo y protección contra la erosión costera. Sin embargo, es importante aclarar que muchos de estos beneficios derivados de las actuales acciones de restauración se evidenciarían a largo plazo, teniendo en cuenta el lento crecimiento de los corales y la continua presión de múltiples factores causantes de estrés y mortalidad coralina", agregó el Minambiente.
Por su parte, el exministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, quien fue uno de los actores que lideró en su momento la iniciativa, resalta que gran parte del crédito se lo llevan las comunidades, quienes fueron claves en el desarrollo de las siembras y las actividades de fragmentación, y que hoy están capacitados para ir a replicar, por todo el mundo, lo que se hizo en Colombia.
Correa, además, hace un llamado a continuar con estas iniciativas, que tienen impacto muy grande al ser tan masivas y que son esenciales debido a que, cada vez más, el océano aumenta sus temperaturas generando pérdidas -algunas veces irrecuperables- de cobertura coralina. 
“Todas estas afectaciones hacen que debamos ser más rápidos en la conservación y en la restauración de esas barreras coralinas”, enfatiza el exfuncionario.
Los jardineros de coral son los encargados del cuidado de las guarderías y el correcto crecimiento de estos animales.

Los jardineros de coral son los encargados del cuidado de las guarderías y el correcto crecimiento de estos animales.

Foto:Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible / Emilio Aparicio Rodríguez

‘La batalla por los corales no ha terminado’

De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), el mundo experimentó desde finales de 2023 y hasta abril de este año un blanqueo masivo de corales, el cuarto de alcance global desde que hay registros y el segundo en los últimos 10 años. Este blanqueamiento se traduce, en muchos casos, en mortalidad de estos animales y Colombia no estuvo exenta de esa realidad. Por eso, una de las cosas que se hizo durante ‘Un millón de corales’ fue escoger a especímenes que tenían capacidad de resistir ante el aumento de las temperaturas, para así mejorar la resiliencia de estos animales a futuro.
“Todavía estamos a la merced de este tipo de cambios, pero el hecho de que haya un stock en guarderías y que se estén haciendo estos esfuerzos y tomando los corales que hayan resistido estos fenómenos, que son los más resilientes y los más fuertes, nos deja un paso adelante para poder contrarrestar estos fenómenos”, asegura Andrea Caicedo, directora ejecutiva de Corales de Paz, otra de las organizaciones que participó en el proyecto. Para ella “la batalla no está terminada”, y todavía hay mucho por hacer por la conservación de los arrecifes.
Con esa opinión coincide Cesar García Llano, biólogo marino y profesional de Recursos Hidrobiológicos de la Subdirección de Gestión y Manejo de Parques Nacionales Naturales. Para él si bien este proyecto tuvo un impacto positivo en las zonas donde se implementó, que en su mayoría fue dentro de áreas protegidas, la realidad es que este es aún “un primer paso” de una iniciativa que debe tener más alcance en el tiempo, porque restaurar, enfatiza García, es un trabajo de décadas.
El experto e investigador señala que esta iniciativa “reafirmó” otros proyectos que ya se venían adelantando en los Parques Old Providence, Tayrona y Corales del Rosario, pero para realmente ver qué tanto impacto puede llegar a tener deberán pasar al menos 12 años. 
“Un millón de corales se visionó para muy poco tiempo. Cuando uno habla de restauración de ecosistemas tenemos que hablar de 12 años para poder empezar a mirar si lo que usted está haciendo dio frutos”, finaliza García.
EDWIN CAICEDO
Periodista de Medioambiente y Salud
@CaicedoUcros 
Edwin CaicedoPeriodista de medioambiente y salud
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