Manchester City tendrá que usar mejor su reloj a partir de ahora, pues, como corresponde a la puntualidad británica, no seguirán esperándolos hasta la hora que ellos quieran.
El equipo de Pep Guardiola se ha ido acostumbrando a saltarse los horarios en sus partidos de local y eso, que está estipulado en el reglamento del torneo inglés, no se permitirá más.
La decisión ha sido castiga a los 'ciudadanos' por impedir el inicio de los juegos a la hora estipulada. Son en total 22 infracciones, entre ellas la que se comprobó en el último partido contra el West Ham en el que celebraron el título: salieron dos minutos y 46 segundos tarde al complemento.
La sanción total se elevó a 2,3 millones de euros, sumando multas que van entre 12.000 y 23.000 euros. Según se informó por parte de las autoridades de la Premier, 18 de estos 22 casos están relacionados con demoras en los descansos e inicios de los partidos. El tiempo total de demora fue de 39 minutos y 52 segundos en los dos últimos campeonatos.
El castigo, en todo caso, no tiene nada que ver con con las más de 100 casos que se investigan por cuenta del 'fair play' financiero, las cuales sí que representarían un castigo ejemplar en puntos en incluso en posible pérdida de la categoría.
