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Miguel Gómez Martínez

Frases de cajón

La educación es la clave del progreso y la paz.  Pero le entregamos la educación a un sindicato que frena las iniciativas.

Miguel Gómez Martínez
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Miguel Gómez Martínez

Fue un amigo extranjero que me hizo caer en cuenta que somos campeones mundiales de las frases de cajón. Le impresionaba la forma coloquial de saludar: “¿Qué hubo?, ¿Qué más? ¿Qué ha hecho?, ¿Cómo le ha ido?”, una ametralladora de preguntas y quien las formula no permite ni le interesa que se las responda. Son frases de cajón que dan la impresión de ser muy amistosas cuando en realidad no lo son porque no hay voluntad de escuchar.

Siempre que un colombiano es capturado en el extranjero delinquiendo o cuando estalla uno de los frecuentes escándalos de corrupción aparece la clásica frase de cajón: “los colombianos buenos somos más”. Sin meterle estadísticas al tema, ¿de qué sirve ser más si no hacemos nada para frenar a los criminales y delincuentes? Cuando Mancuso cometió todos sus crímenes, los buenos también éramos más, pero no hicimos nada y ahora lo premiamos como “gestor de paz”.

Frase de cajón es aquella según la cual “la educación es la clave del progreso y la paz”. Todo se resuelve con más educación. Pero le entregamos la educación a un sindicato que frena las iniciativas que pueden mejorar la calidad mientras el país cae, año tras año, en los indicadores internacionales comparativos. Para completar nombramos a un hombre sin experiencia en estos temas, grosero y vulgar, como ministro de Educación.

Cómoda frase de cajón es: “Colombia es un país con vocación agrícola”. Todo político demagogo, investigador académico u opinador urbano, insiste en que nuestro país es una potencia agropecuaria en ciernes cuando las cifras muestran lo contrario. Según estos mismos “expertos”, es necesaria una reforma agraria para liberar ese potencial. La vocación agrícola es algo que tiene que desarrollarse con inversión, comunicaciones y tecnología para sacar al sector rural de su abandono. No hacemos nada de lo que el campo requiere porque queremos seguir presos de la frase de cajón.

Hasta en los más altos mandos de la policía se escucha la célebre frase de cajón: “en materia de seguridad, es preferible la prevención a la represión”. La prevención es útil cuando la policía tiene el control de las calles. No opera cuando los bandidos imponen su ley como es el caso de la inmensa mayoría de las ciudades colombianos. Primero hay que garantizar la seguridad, sacando a los hampones de circulación y castigándolos con penas disuasivas y efectivas. La seguridad llega cuando no hay impunidad. Después podemos dedicarnos a la prevención.

El uso y abuso de las frases de cajón es muy propio de las sociedades que no quieren enfrentar sus fantasmas. Más fácil resulta convivir con los problemas en lugar de ir a la médula de estos para resolverlos. Las frases de cajón son mentas que utilizamos para edulcorar nuestra amarga realidad.
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Coletilla: la selección nos ha dado colectivamente uno de los pocos momentos felices en los últimos años.

Miguel Gómez Martínez
Consultor empresarial
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